martes, 22 de febrero de 2011

Oposición, no. Serviles entreguistas, si. Cobardes traidores, también

Martes, 22 de Febrero
Opinión



Por:Javier Monagas Maita


Es natural que ante la vida existan posiciones antagónicas, diferencias de concepciones, intereses particulares y diferentes visiones ideológicas. La libertad de descernimiento y el libre albedrio, permiten todo eso. Pero existen cosas que no permiten duda y posiciones ambiguas: la soberanía, la independencia, la auto determinación de los pueblos. Esos principios son sagrados pese a cualquier posición política, económica o social, no pueden ser negociados para darle privilegios a ningún sector minoritario. El principio de la patria va mas allá de lo individual o grupal; es un concepto que sin ser chauvinista, da personalidad a la idiosincrasia, la cultura y el amor propio por lo que se es y lo que se representa a partir del territorio donde se nace. Diría que es el sagrado derecho de libertad del terruño que nos concibe como vida y como nación.
Oposición no es entregar la dignidad, el auto respeto y la auto estima. Oposición es anteponer un proyecto de nación o de país, a otro que se está estableciendo o se estableció, pero manteniendo la soberanía y la independencia respecto a centros de poder foráneos. Lo que acontece, es que en la medida que la lucha de clases se acentúa en un país, los intereses egoístas que pretenden mantenerse entregan todas las banderas de dignidad a cambio de miserables cuotas de poder y privilegios económicos para unos pocos. Es allí cuando se pasa a ser vasallo, entreguista y cobarde traidor. Pierde legitimidad la lucha y el derecho; aún a la existencia física misma, es ilegitima.
Nuestra Venezuela, desde que se fundó la primera república; ha vivido en una permanente pugna entre la soberanía y la libertad de su pueblo, sostenida por hombres como: Guaicaipuró, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Gual y España, Negro primero, Antonio José de Sucre, Etc. Y la entrega, traición desprecio, sostenida por los miserables traidores como José Antonio Páez, los Mantuanos, la godarria, los Juan Vicente Gómez, los Rómulo Betancourt, los Rafael Caldera, Los Carlos Andrés Pérez, los Jaime Lusinchi, los Luis Herrera y los representantes de esa mal llamada oposición actual. Esa pugna se acentúa ahora por que el pueblo logró accesar a algunas esferas de poder y desde allí se dispone a construir nuevamente las trincheras de soberanía, libertad e independencia, reforzada con la solidaridad hacia los demás pueblos. Después de largos periodos de desmoralizante entreguismo y dependencia de los círculos
de poder imperialista. Como pueblo asumimos el reto de ser libres. En esas circunstancias un sector minoritario, comprado descaradamente, también se abre a la pelea por seguir siendo serviles de un amo extranjero. Para ello están destruyendo la moral, ética y probidad de sus hijos y padres; emprenden campañas costosísimas, financiadas por el amo dominante para confundir y engañar al pueblo a fin de convertirlo en un aliado vendado, sin visión. En esas lides, ya la lucha de clases se internacionaliza. Los logros de la Venezuela post 1999, se propagan a otros pueblos de la región y mas allá, también se ocupan espacio de poder, desplazando a esas oligarquías cómplices nacionales del esclavismo y se respaldan mutuamente para fortaleza colectiva, se asocian los intereses anti imperialistas y nacen los movimientos globales de lucha y apoyo por la libertad de los pueblos oprimidos. Por supuesto que la reacción cobarde y traidora ya venia
actuando orquestadamente, bajo el manto de la dadiva y los privilegios servidos por el poder imperial sionista internacional.
Lo que está en juego en nuestro país ahora, es la existencia misma como nación, ya no se trata de sostener y mantener una integridad territorial, es la defensa de la esencia misma de la nacionalidad ante un fraude llamado globalización. Una globalización para entregar las riquezas y recursos naturales que se tienen, a cambio de nada. En esa estrategia de colonización está circunscrita la llamada oposición venezolana. Ellos están recibiendo raciones fuertes de dinero inorgánico, pero eso será como pago a las entregas futuras de las posesiones del país. Una minoría está negociando las libertades y derechos de las mayorías sin consultarles. Eso no se llama oposición. Eso se llama traición cobarde y rastrera. Se puede estar incurso en esa inmoral estrategia de manera voluntaria o por ignorancia, lo cierto es que en ambos casos el efecto es demoledor ¿Está Ud. señor o señora, que se dice oposición en esa malinche conducta?
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
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Fecha: 21/02/2011

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