Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Si la revolución cubana, que obtuvo el poder por medio de las armas, en un proceso revolucionario que batalló contra unas fuerzas armadas al servicio de la dictadura, la corrupción y el entreguismo, ha tenido que seguir luchando contra ese mal denominado corrupción, pese a que la limpieza de traidores y viciosos fue muy acentuada y a que otra parte de esas malignas y carroñeras personas, se marcharon apuraditos a la capital norteamericana de la podredumbre gusanera como lo es Miami, aun hoy, mas de 50 años después del triunfo de la revolución debe seguir combatiendo los resabios de ese mal.
Justamente en el proceso de reorganización y reactivación del aparato estatal, de la introducción de nuevas estrategias económicas, políticas y sociales hacia una dinamización del proceso, una de las prioridades de la revolución cubana es la lucha contra la corrupción. Son muchos los altos funcionarios que han cedido a los encantos fascistas de la corrupción y que caen en desgracia al ser descubiertos. Pero cuba sigue en su fajina de enfrentar a esa maligna desviación de conciencia.
Si con todas las características favorables del facto con que se tuvo acceso al poder en Cuba por la revolución, ese flagelo de la corrupción permanece dentro de la sociedad y el aparato de estado ¿Como es en Venezuela; si este proceso está atado a leyes, organismos burocráticos, mentalidades carcomidas, que desde la oposición, desde las propias organizaciones revolucionarias y desde el aparato administrativo estatal siguen alimentando ese criminal vicio?
Nuestro problemas mas grave, es que venimos de una etapa de vida histórica, sobre todo los últimos 48 años hasta 1998, en los cuales la corrupción fue sembrada tan adentro de la mentalidad de las personas, que se llegó al colmo de calificar como pendejo a quienes se ganaban su sustento honradamente. Todos los valores éticos y morales fueron atacados y colocados como una estupidez propia de personas incapaces; frente a la viveza, audacia e inteligencia con que se clasificó a los ladrones, a los corruptos, que valiéndose de cualquier subterfugio, lograron hacer fortuna, rompiendo todos los esquemas de honestidad.
Esa desviación inmoral está allí, haciendo un daño terrible a la sociedad, sus anti valores se siguen aplicando y se les denomina viveza criolla. De esa debilidad de conciencia se valen los mañosos, que detectando que la oportunidad de acceder a un cargo publico y, a una posición política de liderazgo, Se valen del engaño, de la trampa del compadrazgo, etc. para ocupar espacios que luego son utilizados para crear parcelas de poder que los hace fuertes en el escenario político nacional. Por eso los vemos como lideres de organizaciones, de empresas estatales, de órganos de poder político publico, partidos “revolucionarios”, cometiendo sus fechorías y hasta aplicando políticas de colchón, para asignar cargos o puestos de trabajo dentro de la administración publica ¿Verdad señor Ángel, verdad señor Hermen I, verdad señor Nabor?
Una revolución no se construye sobre bases podridas. Desde el sistema judicial, hasta el mas pequeño órgano publico y hasta la misma empresa privada están infectados de ladronismo, de corrupción, de estafa, de engaño, de sobreprecios injustificables, de despojo miserable a los pobres, al pueblo, al campesino, al obrero. Es tan así el robo descarado, que por ejemplo una sardina enlatada, vale en un caserío pobre de cualquier estado de Venezuela, hasta dos veces su precio de lo que vale en una ciudad, donde ya de por si, están robando con su costo al publico. Incluso, el descaro del robo es tal, que aun teniendo un precio máximo de venta marcado, lo venden hasta dos veces su valor bajo cualquier excusa. Los empresarios en nuestra nación son tan ladrones y maulas, que apenas se les aumenta un 10% de los sueldos a los trabajadores una vez al año, esos malvados empresarios y comerciantes, suben sus productos elaborados, materias primas y demás servicios, hasta un 50%. Existe una organización empresarial denominada “FEDECAMARAS” que más que una asociación, parece un clan de bandas de ladrones al estilo Aly Baba y sus empresarios ladrones. Estas mafias, aliadas de los banqueros, le exprimen los bolsillos a los trabajadores, son tan vulgares, que ellos no compiten, no, ellos se fijan precios generales de sus productos, sin dejar ningún margen de competencia o banda de precio de algún producto. Generalmente sus márgenes de ganancia están por encima del mil por ciento (1000 %) respecto a la inversión.
Se impone entonces, una revuelta en toda la estructura del país, sobre todo en lo judicial, lo económico, lo político, lo educativo y lo social, debe ser de manera mas rápida y brusca, por que si no, esa corrupción acabará por tragarse el proceso y todos los avances logrados hasta ahora. Ciertamente que la constituyente del 99, ayudó, pero se impone una nueva constituyente más agresiva y más socialista. El deterioro moral aun es tan fuerte, que la constitución por si sola no basta para avanzar en revolución. Más lo procedente es seguir la batalla hasta derrotar el mal y no retroceder jamás al pasado oprobioso del entreguismo, el colonialismo y la humillación de la patria
(*) Abogado Bolivariano
javierdelvallemonagas@gmail.com javiermonagasmaita@yahoo.es
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