Los semilleros del diablo siembran la matriz de la muerte a nombre de la libertad

Javier Del Valle Monagas Maita (*)

Una cosa es informar y otra es promocionar. A diario recibo notas y correos de muchos lugares del mundo. Donde el factor común es la muerte a manos del hampa de personas en diferentes circunstancias y lugares. Es lógico que a quienes aman la vida, la paz y la estabilidad, esas muertes causan alarma y dolor. Pero hay otras cosas en común en esos mensajes recibidos, es la queja de sus redactores respecto a la manera como los grandes medios comerciales de información y las agencias de información enfocan la noticia. Ellos magnifican el hecho en sí. Morbosamente se centran en el detalle sanguinario y destacan fotos que rayan en el terror, que generan una impresión impactante en el lector que se atreve a leer esas informaciones amarillistas. Analizando el tema, me preguntaba ¿que efecto puede producir en el medio social una matriz constante de esa índole? y me respondía: “la mente humana es moldeable, es decir mediante una campaña permanente y consistente, lo que es en un principio una sorpresa algo alarmante, de tanto promocionarlo se convierte en rutina, se acepta como parte de la realidad y se asimila como un mal necesario. Sobre todo en los niños. Es en este punto donde la cosa se pone más peligrosa: si un niño se cría viendo y oyendo de hechos y acciones violentas, y estas acciones a la vez son resaltadas y magnificadas por los medios a los cuales tiene acceso, incluyendo al cine, la televisión, los video juegos, donde los héroes a emular son de esa característica violenta y sus actos quedan impunes. Llega a aceptar toda esa violencia como algo natural, como una conducta cotidiana, y así la asume. El problema se agrava cuando ese niño al llegar a la adultez, sino cuenta con una orientación capaz de hacerle ver que eso no es la verdad, que la violencia es una desviación de la conducta humana y que sus consecuencias son impredecibles tanto para el que la aplica como para quien la recibe. No es casual que quienes cometen los delitos en el mundo son adolescentes y adultos jóvenes, tampoco es casual que el grado de violencia va a ser semejante a la que reflejan los programas de televisión y el cine, lo que ve y lee en la gran prensa. Tampoco es casual que los valores de esos jóvenes están dirigidos a la acumulación y obtención de bienes materiales, de la procura de dinero fácil y de desprecio a la solidaridad y apoyo social a sus hermanos de clase. No es casual que esos jóvenes tengan como un sueño residir en la meca donde se realizan todos los sueños de los que logran obtener esas grandes masas de dinero y cosas materiales Estados Unidos primero y Europa luego. Observen las vestimentas, los gestos, las acciones, incluso los vocablos, las formas de distracción y descubrirán que es la misma que ven en esas programaciones. Quienes piensen y se comporten diferentes, son tenidos por enemigos, por que así los condiciona esa misma programación, cuando se habla de civilización occidental, se refiere aun patrón de conducta definido, en el cual se enmarca desde la cultura, el idioma, la vestimenta, la alimentación, el caminar, valores anti vida y anti solidaridad, competencia en todos los terrenos, desprecio al semejante vencido, egoísmo, egocentrismo. Las diferencias de concepciones y culturas, son tenidas como motivo para guerra y saqueo. Incluso las religiones diferentes son consideradas como motivo de odio y enemistad. Fíjense por ejemplo que en la reciente invasión a Irak, los primeros blancos de ataque y saqueo fueron las bibliotecas y museos históricos identificativos de la cultura de ese país. Tesoros culturales e históricos, fueron destruidos y robados deliberadamente como para tratar de borrar su existencia y que los sobrevivientes perdieran la memoria y la conciencia de pertenencia a una civilización diferente a la invasora. La magnificación y promoción sicológica de la violencia y la muerte consecuente de ésta, es un motor que la impulsa. No es el hecho o el derecho a informar. No, es la morbosa y amarillista presentación de esa información como un acto heroico, al presentarla como un suceso digno de emular. Esa es la razón por la cual los crímenes son cada vez más espectaculares y las aberraciones gozan de mayores comentarios. ¿Se han preguntado cuando es que se vende mayor volumen de periódicos y cuando hay mayor rating de sintonía de televisión? Justo cuando existen crímenes espectaculares y magnificados. La prensa y el sistema capitalista nos están convirtiendo en una sociedad consumidora de noticias carroñas. ¿Qué es lo que precede a la invasión o guerra contra una nación? Una sistemática y sostenida campaña de descredito, de diabolizacion, de esa nación, su cultura y su religión. Para ello, la mentira, el acometimiento de acciones terroríficas de asesinatos y ataques a la población cometidas por el agresor, que luego son achacados al país agredido, a los fines de justificar el genocidio ya preparado. Así pasó contra Vietnam, contra Irak, Afganistán, Libia, Siria, Venezuela en el 2002, en fin contra todas las naciones invadidas y masacradas por un mismo poder ¿saben cual es verdad? La matriz de magnificación del crimen y la violencia está tan avanzada, que algunos editores y medios ya la asumen como la mejor forma de hacer periodismo y negocio. No hay diferencias entre los medios regionales, nacionales y transnacionales. Es una cruzada deliberada contra la paz, contra la vida, contra el amor al prójimo, incluso se utiliza la defensa de la libertad, la democracia, la paz y la humanidad para destruir países y sus poblaciones aterrorizadas por las armas ultramodernas, países que pagan el precio de su terror con saqueos y robos de lo que pueda representar riquezas y posesiones estratégicas apetecidas por el invasor. Y lógicamente esos medios de descomunicacion, son el vehículo de difusión de la matriz justificadora de toda esa aberración. De esa forma priva el lucro por encima de la verdad y se convierte la noticia en negocio. (*)Abogado Bolivariano javierdelvallemonagas@gmail.com www.planertaenpeligro.blogspot.com / lo que será Facebook: Javier Monagas Maita