Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Nuevamente el escenario mundial asistirá a la
manifestación del verdadero rostro del capitalismo por estos rincones de la
tierra Abya Yala. No es que sea una
novedad pocas veces vista. Todo lo contrario es tan usual, que hasta se ha
vuelto rutina. Producto de esa
manifestación del capitalismo, es que ha habido 2 guerras mundiales, varias guerras frías, miles de guerras para
la pobreza (no es contra, es para) otras para el narco trafico, otras para
despojar tierras cultivables a los campesinos pobres, más contra la educación,
vivienda, salud, etc…
El
momento actual es crucial. Las fuerzas del capitalismo explotador, se han
envalentonado y acometen contra el proceso, creen llegado el tiempo del
fin de éste y activan para tomar venganza. Ellos no tienen piedad. Palestina, Libia,
Siria, - tan solo para nombrar los tres últimos escenarios de su acción – así lo comprueban, SIN OLVIDAR EL GOLPE DE
ESTADO, EL SABOTAJE PETROLERO Y EL LOCKAOUT ECONOMICO DEL 2002 – 2003, AQUÍ EN
VENEZUELA.
Todo lo
que pasa hoy en Venezuela, a partir de las elecciones y el tiempo previo del 7
o y después del fallecimiento del camarita Hugo Chávez, en 2012, tiene su justificación: Generar las condiciones políticas, sociales y económicas que
avalen acciones vandálicas y terroristas que hagan ver al gobierno de Nicolás
Maduro como ineficiente, incapaz y corrupto.
Por eso la especulación concertada con el sector comercial, empresarial
y financiero, aliados con paramilitares colombianos, centroamericanos y agentes
de inteligencia de la CIA y el MOSSAD. Para sembrar al país de caos y
desconfianza. El peligro es que desde el
mismo gobierno se refuerzan esas acciones, aportando ellos también elementos
para acelerar esa desconfianza con cosas como: multar a los consumidores de
electricidad del pueblo pechándolos con un grosero pago, por que usa sus
equipos electrodomésticos, lo cumbre es que ni siquiera se hizo un estudio de
factibilidad para ello, amen de ser ilegal, lo que convierte al gobierno en
ladrón, al saquear el bolsillo del pueblo,
ya de por si golpeado por la inflación y la usura comercial. Si a eso sumamos el malestar por tanta
impunidad judicial para los que hacen el daño
al país y al pueblo, pero que nunca son enjuiciados, pese a los delitos
notorios y públicos que cometen. Todo hace mella en el apoyo popular al proceso,
cosa que se nota en la calle a simple vista, pero que parece no importar al
gobierno.
Si algo es
claro, es que la burguesía no entrega sus espacios fácilmente. Así que es iluso
creer que se consolidará una revolución que de al traste con los privilegios de esos
malvados sin disparar un tiro. Ellos
ya lo vienen haciendo. Han asesinado
campesinos, obreros, estudiantes, líderes sindicales, gente humilde, etc. Pero nosotros solo hacemos retoricas,
promesas de venganza, actos solidarios simbólicos, el hecho es que los muertos. Muertos quedan y los asesinos materiales e
intelectuales, van libres planificando nuevos crímenes.
Esta
confrontación armada definitiva se dará en cualquier momento. Pero la lógica nos dice que somos los
revolucionarios quienes deberíamos escoger el momento para tal hecho y en las condiciones
más convenientes en un escenario favorable.
Pero debido a los errores hemos ido mermando fuerzas, no tanto por la
acción enemiga, que si juega. Si no, por nuestra corta visión política.
Es cierto
que en apenas 14 años no se puede hacer una revolución, menos aun, cuando el
enemigo posee mucha vitalidad y sigue controlando el espacio económico nacional
y sus implicaciones en los medios de producción. Pero si era posible un mayor avance en lo ideológico
para fortalecer el apoyo popular, que es en definitiva la mayor fortaleza de un
revolución. Pero la corrupción y otras
desviaciones impulsadas por el enemigo dentro de nuestras filas y espacios de
gobierno han dañado mucho. Agreguemos que también existe una pesadez
administrativa que no da respuestas oportunas y que retrasa todo. Pienso que la primera misión que ha debido
implementarse ha de haber sido la misión
eficiencia. Incluso esa misión debió haber iniciado paralela al estado burgués
con los militantes más preclaros del proceso, ejerciendo funciones casi ad
honoren al principio. Para no recargar el gasto publico, pero a la vez ir
desmontando ese estado viejo y obsoleto, eliminando ministerios y creando
nuevas estructuras con el personal no contaminado que pasaría a ser personal
estable y con nueva vocación de servicio, al tiempo que se implementan acciones
concretas para salir de esa vieja carga burocrática viciada y retrograda. Estoy seguro que en el lapso de diez años,
ese monstruo burócrata heredado del pasado, se puede eliminar.
Cualquiera
en su sano juicio, sabe que es imposible la coexistencia en un mismo espacio
geográfico y de tiempo de de un estado burgués y un estado obrero. Uno es
negación del otro. Esto quiere decir que
en la medida que el estado obrerista o socialista vaya avanzando, debe ir
debilitando también las bases del capitalismo.
Al pueblo hay que hablarle claro al respecto. Es lógico usar la estrategia con el enemigo,
para evitar en lo posible los choques innecesarios, pero a la vez, es necesario
generar las condiciones para el choque cuando convenga para avanzar, a veces la
estrategia impone forzar a que sea el propio enemigo burgués quien de ese paso,
creyendo que es su iniciativa. Para que
resienta más la derrota. En eso Chávez
fue un maestro. Puso muchos trapos rojos
frente a los imbéciles burgueses y éstos
lo acometieron erróneamente.
Esa
burguesía sabe que no cuenta con pueblo ni ejercito para su confrontación
armada decisiva. Así ha de mantenerse. Pero recurre al paramilitarismo, a las
fuerzas terrorista bajo control yanqui,
a los mercenarios y narco traficantes que son una verdadera fortaleza en
Colombia y esa nación como se sabe. Es una colonia del sionismo yanqui, que es
la que dicta las pautas políticas, económicas, sociales y militares en ese país
sureño. Por eso la burguesía venezolana,
hace alianza con la colombiana, que es como aliarse con el poder dominante en
EEUU. Pero ellos saben que esa alianza
le cobrará intereses muy caros y el precio lamentablemente se lo
cobraran al pueblo, al común, a las mayorías. En el supuesto negado de
triunfar.
Se impone
armar al pueblo chavista, adiestrarlo en el manejo de esas armas y en tácticas
de guerra asimétrica. Insisto que deben ser los chavistas, por que al enemigo
no se le puede favorecer. No es para
invadir a nadie, es para organizar la defensa de la patria en el momento seguro
que lo necesitemos. Si tenemos fortaleza
militar, eso serviría de disuasivo contra el enemigo, si permanecemos débiles,
es como hacerles una invitación a que nos masacren, experiencias hay muchas en
el mundo. La permanencia y fortalecimiento de este proceso, es una necesidad de
vida. Cualquier titubeo, negociación o retroceso, implica derramamiento de
sangre del pueblo.
(*) Abogado con patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/
lo que será
Facebook, Javier Monagas
Maita
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Por la via de la violencia se acaba la revolución rapidito...
ResponderEliminarLleva la violencia a EUA y a la UE, pero aca tenemos otras salidas......
No hay peor ciego que quien no quiere ver. No es que uno desee la violencia, es que ellos la imponen y la revolución quiérase o no, no se consolidará sin un trauma y destrucción de las bases capitalistas ¿quienes han ocasionado los más de 200 campesinos asesinados, los cientos de dirigentes y obreros muertos, los cientos de militantes de la revolucion masacrados, los que hacen guarimbas, los que esconden los alimentos y sabotean las fuentes de electicidad? ¿Acaso las cosas pasan por que uno solo quiere? Es estupido pensar en consolidar una revolucion atacando al capitalismo en paz. no sea iluso. y si piensa en rendir banderas es peor. solo mire la historia.
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