Javier Del Valle Monagas
Maita
Si la situación actual en Venezuela fuese al contrario: desde Colombia se trafica mercancía de todo tipo hacia Venezuela
hasta el extremo de generar escases. La reacción de los oligarcas enfermos
colombianos y sus gobiernos lacayos, sería de acoso y exigencias
inverosímiles. Pero siendo otra la
realidad. El gobierno venezolano está en la obligación de exigir al colombiano que
ponga coto a los delincuentes, narcotraficantes y paramilitares terroristas en
su lado de la frontera.
Existe
un circulo vicioso entre las mafias
colombianas, algunos infelices venezolanos ¿empresarios? Mediante la cual se
contrabandea de todo hacia Colombia, luego se recicla y se vuelve a vender con
sobre precio a Venezuela. Generando así
una estafa masiva contra el pueblo
venezolano. Repito. En esta criminal
acción participan los esbirros narco
para militares colombianos, parte de su pueblo y otras mafias de seudos
empresarios venezolanos.
El
gobierno venezolano debe controlar la frontera y hacerla mas restringida,
no permitir el paso de colombianos de cualquier
zona hacia ese país, sin una precisa y comprobada justificación. No
comprar mercancías a Colombia (alimentos, carnes, repuestos de autos y otros
rubros contrabandeables), no vender combustible a ningún vehículo con
placas colombianas. Cobrarle al estado colombiano todos los daños comprobados
ocasionados por sus delincuentes a la nación venezolana
Se
le debe exigir al gobierno de Colombia mayor presencia y responsabilidad en
combatir a sus mafias internas, sobre todo las cercanas a la frontera. El
gobierno de Colombia deberá demostrar fehacientemente si su relación con
Venezuela es de amistad o está en una guerra solapada en complicidad con el
Sion imperio yanqui, que es lo que parece ser en la práctica.
No
se trata aquí de querer una guerra contra Colombia, si no de que el
gobierno oligarca de ese país demuestre que no quiere una guerra con Venezuela.
Pues casi todos los ataques físicos y mediáticos externos en la práctica
provienen de Colombia impunemente.
Venezuela está sembrada de paramilitares colombianos, previamente
desmovilizados en ese país como parte de un plan de ataque. Eso no lo puede negar
nadie. Desde que esos asesinos
delincuentes fueron traídos aquí, los delitos crueles y efectistas sanguinarios
se incrementaron exponencialmente. Imponiendo modalidades de delitos que nunca
sucedieron en Venezuela. Ya cobran vacunas a los productores, a los constructores,
a los comerciantes, a los conductores de cargas y taxis, en los barrios de las
grandes ciudades de Venezuela, movilizan, venden y menudean drogas de todo
tipo.
Vienen
desarrollando unas estrategias de
terrorismo cotidiano, crímenes
selectivos y provocación deliberada de desmoralización y destrucción de los
valores cívicos del país. Ya hasta la televisión, la radio y la prensa escrita
promocionan mas la música y otras realidades colombianas por encima de los
nuestros. Es común hasta en las telenovelas, ver la inducción al tipo de vida
putrefacta de las mafias colombianas y sus capos corruptos y asesinos. En pocas palabras están colombianizando a
Venezuela de manera acelerada. No me extraña que sea esta una estrategia del
enemigo Sion yanqui imperialista asesino. Pues como todos sabemos todo lo que
posee Colombia hoy, como riqueza nacional y, organización. Está controlado y
gobernado por Estados Unidos e Israel, sin resistencia alguna. Al punto de
ceder todo, repito, todo su territorio como una inmensa base militar y
empresarial yanqui. Misma donde ninguno
de sus invasores puede y debe ser juzgado por los crímenes que sea y que oprobiosamente ha ocasionado una oleada
de violación de mujeres colombianas por parte de los soldados yanquis, sin
castigo alguno. Es tal la inmoralidad. Que cuando el pueblo serio, noble y
decente de Colombia se rebela y manifiesta su descontento. Enseguida son
masacrados y asesinados selectivamente
sus líderes. Con el aval del silencio y complicidad internacional de la ONU,
OEA y demás gobiernos títeres del mundo.
Venezuela
sabe que nos declararon la guerra. Respondamos entonces a los ataques y
defendamos nuestro derecho a vivir en paz y en socialismo. Ya basta de falsas
hermandades de sectores que no creen ni en sus propias familias, a las que solo
ven como mercancía. Si debemos tender la mano a esos colombianos de buena fe y
que también son victimas de sus gobiernos títeres. Pero a los delincuentes hay
que joderlos.
*Abogado
con Patria
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