Javier
Del Valle Monagas Maita
Siempre se ha dicho que los excesos, al igual que los extremos son peligrosos. Creo
realmente que es cierto. En todo accionar en la vida, el equilibrio es una
necesidad que conlleva al logro de las metas. Pero es bueno aclarar que no
implica concesión, si no balance justo en la aplicación de la justicia.
La delincuencia en Venezuela es
consecuencia de muchos factores. Pero gran parte de ellos, son inducidos,
impuestos, preparados a los fines de generar situaciones favorables a algunos
intereses y en procura de objetivos muy
malignos. En Venezuela, el delito se ha convertido en una industria de la que
se benefician mafias de toda índole, desde clanes judiciales, donde actúan jueces,
fiscales, abogados, alguaciles, secretarias(os) hasta mensajeros. Pasando por
corporaciones mafiosas policiales, núcleos de empresas de vigilancia privada
con doble faz. Delincuentes
sindicaleros, traficantes de influencias, politiqueros, empresarios maulas,
expoliadores y explotadores del sudor obrero.
Toda esa gama de agentes promotores del delito, tiene como factor aliado
de mucha importancia en la pobreza y la deficiencia educativa, desde el hogar,
hasta las instituciones creadas para tal fin (Ministerios, programas y
educadores, etc.). Se entiende y
comprende que esos factores incidentes en el delito, deben ser atacados con
programas preventivos y represivos. Pero es el caso de que ante la impunidad y
falta de castigo severo, por más prevención que se quiera aplicar, lo que se
hace en verdad es darle rienda a la ocurrencia de delitos.
En
Venezuela, es lamentable que los derechos humanos que más se violan y no se
reclaman, sean los de las inocentes victimas del delito. Así, un trabajador,
profesional o campesino asesinado, pasa a engrosar una lista y numeración estadística, con la cual se dan
charlas, pero que no aportan nada a la solución. Mientras que al asesino, al ladrón, al
estafador, al delincuente se le garantizan una serie de beneficios ABSURDOS,
que en lugar de hacer más humanista a la
sociedad y contribuir al rescate del delincuente, mas bien la convierte en
rehén de los criminales. Que se envalentonan y hasta se dan el tupé de hacer
huelgas, secuestros masivos en colaboración con mafias externas a las prisiones
y algunos familiares tan o mayor delincuentes como los mismos hampones.
Las
leyes en nuestra nación no están hechas para el reinado de la justicia y
las garantías de la paz y la convivencia pacífica. Al contrario, aun hoy , mediante el uso,
aplicación y manipulación de las leyes, se condena al pobre y se da inmunidad
al poderoso, pero a la vez se convierte al la sociedad sana, a la que trabaja,
produce y vive en honestidad en rehén
del delito y de la impunidad.
Mediante
unos falsos derechos humanos, que son utilizados para múltiples crímenes:
Desde justificar invasión de países por naciones poderosas, pasando por
justificar mediante un libertinaje convertido en libertad. Programaciones de
medios masivos televisivos, radiales, impresos. De incitaciones a delitos,
desde pornografía, consumo, tráfico y
producción de drogas, invisibilizacion de asesinatos, promoción de
asesinos y condena a la decencia. Las legislaciones últimas en el país van en
la dirección de desconcentrar las cárceles, en detrimento de la estabilidad
social. Así vemos a delincuentes que son capturados y reseñados en los medios
con prontuarios que vas desde varios homicidios, trafico de drogas, porte
ilícito de armas, estafas, robo de vehículos y otros crímenes graves, pero que
sospechosamente andan en libertad reincidiendo una y otra y otras veces más
¿Cómo se comprende eso? Si un asesinato, lo mas leve que se condena es con 12
años de prisión ¿Por qué un asesino anda libre en apenas meses, incluso se dan
el lujo de amenazar a los que lo acusan y muchas veces cometen crímenes también
contra esas personas? ¿Que hay detrás de
esas liberaciones sospechosas? NEGOCIOS CAMARADAS, NEGOCIOS. Negocios, donde se
implica desde el policía que elabora el informe policial, el fiscal que debe
acusar, el alguacil que debe mover los expedientes, hasta los jueces que deben
decidir en base a las evidencias.
Los
politiqueros que establecen alianza con narcotraficantes, paramilitares y
gobiernos extranjeros para que los apoyen a los fines de convertirse en
gobierno y cometer actos al mejor estilo por ejemplo: de Álvaro Uribe en
Colombia, Obama en USA, Peña Nieto en México, Rajoy en España, Lobo en
Honduras, etc. De esa forma los
criminales politiqueros, cuando son alcanzados por fin, por la justicia, se
declaran perseguidos políticos (Casos por ejemplo, Leopoldo López, Simonovich,
Antonio Ledezma, y toda esa caterva de ladrones, estafadores y asesinos
refugiados en Miami)
Las garantías de Derechos Humanos, las libertades y todas las demás
garantías ciudadanas, tienen un límite
cuando afectan las libertades colectivas. O cuando se convierten en
instrumento de coacción y chantaje para lograr fines políticos, geo
estratégicos o militares. La
degeneración en la búsqueda de esas
garantías se convierte en una aberración despreciable. Así organismos como la
CIDDH por ejemplo, dejó de ser un organismo imparcial de justicia de Derechos
Humanos, para convertirse en un instrumento de ataque, acoso y apoyo para que
Estados Unidos y los monopolios económicos internacionales por su intermedio, conquisten objetivos egoístas
y enfrentados con esos Derechos Humanos.
Hoy,
Venezuela ha convertido sus calles en prisiones enrejadas, donde la
ciudadanía trabajadora y honrada (la mayoría) ha cedido su espacio a la
delincuencia (una ínfima minoría)y las cárceles son antros con regímenes de poder, donde el presidente
se llama PRAN y puede imponer su voluntad en cualquier región del país, hasta
donde lleguen sus sicarios. Mientras tanto, las leyes se hacen para proteger
los derechos de esos asesinos y para ignorar los de los inocentes asesinados y
sus familias.
Pranes y su poder en las carceles |
Una calle cualquiera |
Creo firmemente que
en lugar de beneficios procesales absurdos, que ponen a criminales en las
calles, lo que se debe hacer es crear nuevas prisiones, clasificarlas, usar la
inducción reeducativa, con los que valga la pena y hacer trabajar a los demás
criminales irrecuperables, para que paguen sus sustentos, ropas, alimentos y
gastos de prisión, incluso la energía, agua que consumen. ESO NO
ES DICTADURA. ES JUSTICIA. Y LA JUSTICIA, ES PARA QUE SE PAGUEN LOS DELITOS, NO
PARA QUE SE PRIVILEGIEN LOS CRIMINALES.
Basta de ceder a los chantajes de los promotores y protectores externos
de los delincuentes en Venezuela. Como EE.UU. Entre otros Estados forajidos
mediante el chantaje de Derechos Humanos y la amenaza de la fuerza militar sanguinaria ya demostrada al mundo…
Abogado
con patria
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Twitter: @javiermonagasm
Excelente, hermano, la justicia tiene que cortarle las alas a todos estos tipejos
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