Javier Del Valle Monagas Maita
No se ha concretado en firme
el mentado proceso de paz en Colombia, cuando ya un apurado y AFANOSO Juan Manuel
Santos, acelera el paso para justificar la presencia del brazo armado del Sion imperialismo
en Colombia (la OTAN) esto viene confirmar mi tesis de que el fulano acuerdo,
no es mas que la intención de quitar del
terreno la presencia armada de mas de diez mil hombres armados, haciendo frente
a la oligarquía narco traficante colombiana y su ejercito mercenario regular y al
paramilitar. Además se muestra generoso
y complaciente para iniciar ¿negociaciones? Con la segunda guerrilla popular
armada (ELN) que también posee una cantidad respetable de miembros armados en
sus filas y que representan una verdadera amenaza al poder oligárquico colombiano
y al neo liberalismo sionista yanqui.
No Nos caigamos a mentiras y creamos que la oligarquía y el narco
presidente genocida Juan Manuel Santos se han vuelto buenas personas de la noche
a la mañana y ahora les importa el destino del pueblo colombiano. No, lo que
ocurre, es que el Sion imperio ha ordenado acelerar los pasos para una guerra
contra Venezuela. Ellos necesitan muy urgentemente el petróleo y demás riquezas
estratégicas venezolanas. Tienen urgencia de asegurarse la energía suficiente
para continuar sus aventuras sangrientas en otras regiones del mundo y para poder
hacer frente a su decadencia evidente de afluencias en el orbe. Entienden los Sion
fascistas que es importante para ellos recuperar el poder decisivo que tuvieron
una vez en esta región y que a partir de Chávez, se resquebrajó, al punto de
estar aislados casi totalmente y execrados de las nuevas organizaciones
regionales (UNASUR- CELAC, PETROCARIBE, ALBA).
Los recientes sucesos en siria, Irak, Ucrania, le plantean a los genocida
imperialistas (Colonia Sion judía) la
disyuntiva de fortalecerse en sus áreas cercanas fronterizas para tratar de
tener fuerzas competitivas a las nuevas realidades chino, ruso, iraní, - ASIAN –
Lo cierto de todo, es que quiera el Sion imperio o no, el mundo está
cambiando y ese cambio es inevitable. Se acaba la hegemonía de la mayor colonia sionista del mundo y su
historia. Es el fin del imperio hegemónico
yanqui, el fin del capitalismo dictatorial global. Venezuela asiste a una faena histórica de enfrentar los rigores
de un imperio herido. Pero con mucho poder destructivo. Lo bueno es que nuestra patria, tiene la
autoestima popular por las nubes. Muy
fortalecida, el pueblo no tiene miedo y está preparado para el combate. El
gobierno ha comprendido la urgencia de fortalecer la defensa armada y la unión cívico
militar, en la cual el pueblo y sus fuerzas armadas conforman un binomio muy
fuerte y que no están dispuestos a ser
colonia de ninguna potencia extranjera, por encima de lo que sea. Y lamentablemente
Colombia q y su oligarquía, quieren ser los tontos útiles para iniciar la
guerra. Bueno. Aquí los esperamos y listos para el combate que haga falta.
Les dejo con unas
consideraciones muy importantes del camarada Timoleon Jiménez – Timochenko - recogidas originalmente de Resumen
Latinoamericano.
“COLOMBIA: A PROPÓSITO DEL JÚBILO DE SANTOS CON LA OTAN.”
(Por Timoleón
Jiménez)
“Es claro que la oligarquía aspira a convertir el fin de la
confrontación armada en el escenario ideal para la entronización absoluta del
neoliberalismo
Zbignenw Brzezinski, ex consejero de
seguridad nacional del Presidente Jimmy Carter, calificado como uno de los más
duros halcones de Washington en su interés por imponer y defender la hegemonía
global de los Estados Unidos sobre cualquier otra consideración, profesor de
política exterior estadounidense en la Escuela Superior de Estudios Superiores
Avanzados, es un erudito en el Centro de Estudios Estratégicos e
Internacionales de la Universidad John Hopkins, además de ejercer como miembro
de varias juntas y consejos relacionados con la estrategia de dominación
mundial. Por tanto no debe tratarse de un charlatán cuyos planteamientos puedan
ser minimizados, por más que nos disgusten.
A continuación unos breves extractos
de su obra El Tablero Mundial, publicada a fines de siglo XX:
A medida que la imitación de los
modos de actuar estadounidenses se van extendiendo en el mundo, se crean unas
condiciones más apropiadas para el ejercicio de la hegemonía indirecta y
aparentemente consensual de los Estados Unidos. Igual ocurre en el sistema
doméstico estadounidense, esa hegemonía involucra una compleja estructura de
instituciones y procedimientos interrelacionados que han sido diseñados para
generar un consenso y para oscurecer las asimetrías en términos de poder e
influencia. Por lo tanto, la supremacía global estadounidense está apuntalada
por un elaborado sistema de alianzas y de coaliciones que atraviesan
–literalmente- el globo.
La Alianza Atlántica, encarnada
institucionalmente en la OTAN, vincula a América a los Estados más influyentes
de Europa, haciendo de los Estados Unidos un participante clave incluso en los
asuntos intraeuropeos. Los vínculos políticos y militares con Japón ligan a la
más poderosa economía asiática a los Estados Unidos, siendo Japón (al menos por
ahora) básicamente un protectorado estadounidense. Los Estados Unidos
participan también en las nacientes organizaciones multilaterales
transpacíficas como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), lo
que hace de ellos un participante clave en los asuntos de la región. El
continente americano suele estar protegido de las influencias exteriores, lo
que permite que los Estados Unidos desempeñen el papel central en las
organizaciones multilaterales existentes. Los acuerdos especiales sobre
seguridad en el golfo Pérsico, especialmente después de la breve misión
punitiva contra Irak, han convertido a esa región –vital desde el punto de
vista económico- en un coto vedado militar estadounidense. Incluso el espacio
ex soviético está penetrado por diversos acuerdos patrocinados por los Estados
Unidos para una cooperación más estrecha con la OTAN, tales como la Asociación
para la Paz.
Además, también debe incluirse como
parte del sistema estadounidense la red global de organizaciones
especializadas, particularmente las instituciones financieras
“internacionales”. El Fondo Monetario (FMI) y el Banco Mundial se consideran
representantes de los intereses “globales” y de circunscripción global. En
realidad, empero, son instituciones fuertemente dominadas por los Estados
Unidos y sus orígenes se remontan a iniciativas estadounidenses,
particularmente la conferencia de Bretton Woods de 1944.
A diferencia de lo que ocurría con
los imperios anteriores, este vasto y complejo sistema global no es una
pirámide jerárquica. Los Estados Unidos están situados más bien en el centro de
un universo interconectado, un universo en el que el poder se ejerce a través
de la negociación constante, del diálogo, de la difusión y de la búsqueda del
consenso formal, pese a que el poder, en el fondo, se origine en una única
fuente: en Washington D.C. Y es allí donde debe jugarse el juego del poder, y
jugarse según las reglas estadounidenses.
Pese a la en apariencia compleja
terminología académica, es evidente que el señor Brzezinski expone sin el menor
pudor una situación objetiva, que en su parecer obedece de manera exclusiva a
las virtudes naturales de los Estados Unidos, destinados por su supremacía
económica, militar, tecnológica y cultural a ser los guardianes del mundo
moderno, imponiendo su voluntad de uno u otro modo a cualquier otro poder que
intente obrar de manera distinta o autónoma.
Lo anterior viene a cuento a raíz de
las declaraciones del Presidente colombiano Juan Manuel Santos, con las cuales
celebró el anuncio del inicio de las conversaciones con la OTAN a objeto de
celebrar un tratado que permita el intercambio de información, a la vez que
incrementar la lucha contra el crimen transnacional, el terrorismo y el
narcotráfico. Supuestamente todos los colombianos deberíamos emocionarnos con
la noticia, pero la verdad no vemos por qué.
Lo que salta a la vista con la
declaración presidencial es que nuestro país da otro paso atrás en materia de
soberanía e independencia. Ya en tiempos de su ministerio de defensa, de
ingrata recordación, fue el Presidente Uribe quien vivó emocionado con el
acuerdo que permitía la operación de siete bases norteamericanas en nuestro
territorio. Si la Corte Constitucional tuvo a bien tumbar semejante esperpento,
ahora se trata de abrir de nuevo otro espacio a la intervención directa del
poder global y a la sumisión a él de las fuerzas armadas nacionales.
La OTAN no ha sido nada distinto al
aparato de dominación europea de los Estados Unidos, algo semejante a lo que
pretendió esa nación con la creación de la OEA en el continente americano. Si
bien esta última no contó con la estructura militar de aquella, seguramente
como consecuencia de su carácter abiertamente intervencionista y pro
norteamericano, sí contó con otras formas de acuerdo, como el TIAR, y de
cooperación militar, que aseguraron la sujeción de nuestros países a la
voluntad de Washington, indignamente aplaudida por las oligarquías nacionales,
que como en el caso de Colombia aplaudieron estúpidamente el envío de miles de
nuestros soldados a morir en Corea, en una guerra que nada tenía que ver con
nosotros, pero de donde se trajeron las prácticas de contrainsurgencia y terror
que tanta sangre hicieron derramar en nuestra historia reciente.
El siglo XXI ha traído realidades que
los Estados Unidos, pese a toda su arrogancia y brutalidad, no consiguieron
evitar. La extinta Unión Soviética, que muy rápido se encargaron de despresar
los estrategas norteamericanos a objeto de evitar la reedición de alguna alianza
rusa con sus antiguos aliados, lentamente se ve reemplazada por Rusia, que en
la era de Putin se negó a ser un peón más de los intereses de las
trasnacionales estadounidenses, consiguiendo una sobrevivencia económica en
alza y una reedición de su poderío militar. Eso al tiempo que China comienza a
disputar a Norteamérica el primer lugar en la economía mundial, mientras que en
los campos de la ciencia y la tecnología avanza a pasos agigantados. Se puede
tener la certeza, y eso lo corrobora el señor Brzezinski en el libro comentado,
que ninguno de los conflictos de importancia en el mundo actual es ajeno a la
lucha de los Estados Unidos por impedir un cambio en su hegemonía.
En América Latina y el Caribe también
hubo sorpresas. Chávez, Lula, Kirchner, Evo, Correa, Ortega, los Castro, con
independencia de sus avances y retrocesos, se encargaron de probar que los
tiempos de la abyección de los gobiernos de sus países a la Casa Blanca eran
cosa del pasado. La OEA perdió su influencia continental, a la par que
surgieron mecanismos alejados de Washington como UNASUR, la CELAC, el ALBA. El
contragolpe del poder estadounidense estaba cantado. Y ha tomado cuerpo en los
golpes, desestabilizaciones o giros a la derecha llevados a cabo en Honduras,
Paraguay, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Nada está definido,
la lucha sigue, la situación es compleja, pero también es cierto que resulta
apresurado cantar victoria.
En Colombia la lucha adoptó el pulso
de la solución política, obtenida tras una larga lucha de seis años de
discusiones en La Habana. Pero es claro que la oligarquía aspira a convertir el
fin de la confrontación armada en el escenario ideal para la entronización
absoluta del neoliberalismo, la entrega del Estado y de nuestras riquezas
naturales al gran capital financiero transnacional y nacional, incluida la mano
de obra colombiana, para lo cual requerirá del empleo de un aparato militar y
policial de enorme significación, el cual juzga relegitimado con los Acuerdos
de La Habana. Por su parte las FARC aspiramos a convertirnos en el gran
detonante de la lucha y la movilización popular contra los designios del gran
capital y el poder hegemónico.
Entonces adquiere todo su sentido el
esfuerzo de la clase dominante colombiana por vincular de manera directa la
intervención de poderes extranjeros en Colombia. La excusa de la lucha contra
el terrorismo, el crimen internacional y el narcotráfico toma simplemente el
lugar que antes ocupó la seguridad nacional contra la expansión comunista. La
OTAN ha mostrado lo que es realmente en sus intervenciones en Afganistán,
Yugoeslavia, Libia, Irak, y ahora en Siria. Son sus tropas las que tienden el
muro y las alambradas para impedir a los súper explotados pueblos de África
buscarse un destino mejor en Europa. Son ellas las que quieren conducir las
tropas colombianas a combatir en lejanos lugares del mundo, para asegurar las
ganancias de los grandes consorcios internacionales que deciden las ocupaciones
militares de otras naciones con cualquier pretexto.
Y son ellas las que en el lenguaje de
la cooperación tendrán cada vez más poder de injerencia en los asuntos
nacionales y nuestro americanos. El afán por las asegurar la presencia de bases
norteamericanas en el país, o de permitir en nuestro territorio la actuación de
la OTAN a cualquier título, a más de garantizar un modelo económico criminal
que se muestra indolente ante el genocidio wayuu mientras porfía por desviar
ríos para la jugosa extracción del carbón, también apunta a jugar su papel en
el tablero continental. La oligarquía colombiana ha dado suficientes muestras
de animadversión ante la experiencia de la revolución bolivariana en Venezuela,
la revolución ciudadana en Ecuador y la resistencia indígena boliviana, como
para negarse a hacer parte de un proyecto transnacional por echarlas abajo. En
definitiva hay fuerzas que luchamos por poner fin al mundo desigual e injusto
en que habitamos, pero lo hacemos contra poderes muy ricos que se alimentan del
empobrecimiento y la miseria de miles de millones de seres humanos. La lucha
será larga y difícil, pero no tenemos la menor duda de que un día venceremos.”
¡VENCEREMOS!
*Abogado
con Patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2016/12/la-bestia-esta-herida-la-bestia-es.html
Por
favor ayude a difundir este blog para enfrentar a la matriz
des-informadora de la derecha. Dale me gusta al blog
Twitter: @javiermonagasm
Face:
javiermonagasm
Por causa del monopolio de las comunicaciones por la oligarquía marginal y asna el pueblo no conoce el desastre de la OTAN en América, pero el pueblo aprende con la realidad, con la pobreza-miseria-ignorancia-fasvismo cara a cara. Puede demorarse en aprender, más e cuando en cuando aparecen heroes como Fidel Allende, Chavez, Ho-chi-min, Mao y otros pocos que libran la conciencia prisionera. El imperio porco-sion chancho tiene sus días contados, él mismo cava su tumba con la porfía de robaros lo que es nuestro tierra, agua, dignidad, educación laica y nacional. Los ex-presos políticos de Chile no tenemos miedo ni nunca lo tuvimos, ni en camoos de concentración, ni en cámaras de tortura ni en el imbecil exilio a que nos obliga el continuismo dictatorial disfrazado de "democracia"(más para mamocracia). Así como Cuba no cayó Venezuela no caerá. Por cada rebelde de izquierda muerto nos llevremos 100 desgaciados derechistas corruptos por la frente. Es hora de responder como HOMBRES y no como esclavos. Salud y Fuerza Popular. Pablo Hernán Pinto Ballesteros - chileno ex-preso politico y aún exiliado en el doloroso Brasil.
ResponderEliminar