Javier Del Valle Monagas
Maita
Amigos y camaradas: Nicolás Maduro, Néstor Reverol, Fiscal del
Ministerio Publico, Defensoría de Pueblo y demás órganos relacionados con la
seguridad ciudadana.
Me consta
que Uds. se dedican a diario a hablar, orientar y difundir información sobre las políticas del
estado para atacar la inseguridad. Pero tristemente, a nivel de ejecución de
esas políticas, todo es un desastre, es decir aquí abajo, en los niveles donde
el mortal común debe acudir en busca de solución o de atención, nada funciona
con orden y eficiencia, mucho menos con disciplina. El siguiente relato es de
mi vivencia, no lo hago para ser protagonista, ni para satisfacer un ego. Es una reflexión sobre algo que afecta a diario al común del pueblo y que
debe ser atacado ipsofacto.
El miércoles 1ero de febrero me fue
robado de mi casa en Cocorote – Yaracuy un tanque para agua de mil litros. Hice
la denuncia por teléfono al 171, no hubo respuesta, el miércoles 8 /2/17 me fue robada el resto de la tubería
de agua que surtía ese tanque. Esa misma semana en la casa de mi familia en san
Antonio - San Felipe – Yaracuy, unos obreros de una empresa que instaló un
cercado electro en la casa del lado, se robaron dos bombonas de gas llenas de
10 kilos. Mi esposa acude al CICPC, a hacer la denuncia, la remiten al
SIPEY de la 5ta Av. Allí no le tomaron la denuncia, pues debía
llevar la copia del contrato de servicio de hace mas de hace 37 años. Además de la dirección de la empresa que
instaló el cercado, la características de los trabajadores y su dirección y
edades. Solo les faltó pedir que se los
lleváramos esposados y con las evidencias en la mano.
Ante esta decidía, vergonzosamente, me veo
obligado a mover algunos contactos, con lo que logro por fin, que procesen el
caso, hagan la inspección y aparentemente hagan la respectiva investigación.
Es el hecho camaradas. Que esos funcionarios que están en esos cargo
para servir y para atender al publico, a veces pareciera que son cómplices de
los hampones, lo primero que hacen es decirte que eso es un delito menor y ya
con eso te cierran las puertas y la
impunidad ocupa su espacio.
Casualmente me encuentro con uno
de los dueños de la empresa que suministra el gas, le planteo el hecho de los cilindros de gas y me dice que debo
hacer lo mismo (¿robarlos?), por en Venezuela no hay t que cada cilindro vale
la bicoca de 300.000 –trescientos mil Bs c/u-
esas cosas camaradas, son las que alimenta al hampa, la desesperanza y la
hipocresía posesionada, del enemigo que ataca a Venezuela desde adentro y desde
afuera, eso, es lo que sirve de argumento a quienes precisamente generan las
condiciones ideales para que la inseguridad galope dentro del pueblo y hace que
los débiles mentales y los desconocedores sean pasto fácil de la propaganda
enemiga.
Esa mala actitud si tiene solución. Es necesario un estricto control del personal
que se coloca a frente de las oficinas de atención al público y a los funcionarios
que deben actuar en consecuencias. No
por que sean denominados delitos menores son crímenes y sus consecuencias son
nefastas. Cuando la inoperancia y la ineptitud se apoderan de los entes y sus funcionarios, las consecuencias las
sufren los ciudadanos. Hay que crear oficinas o puntos de atención, donde esas deficiencias y esos
funcionarios ineptos puedan ser denunciados con las pruebas suficientes.
Debemos recordar que los enemigo del país y
de este proceso, juegan a la frustración, la traición y el engaño.
Es una pena tener que recurrir a las instancias
superiores de gobierno, debido a que desde los niveles medios y bajos no se
asume responsabilidad de acción y ejecución.
¡VENCEREMOS!
*Abogado
con Patria
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