sábado, 17 de noviembre de 2012

El falso mesianismo. La avaricia y el instinto criminal del capitalismo aceleran el verdadero fin de la historia



Javier Del Valle Monagas Maita 

     Invasiones, saqueos, despojos, represión desmedida, genocidios, militarización de  todos los espacios sociales y públicos, torturas legalizadas, cárceles moviles secretas, violación del debido proceso,asesinatos selectivos, envenenamiento masivo, destrucción de bosques, contaminación de ríos, mares, de tierras fértiles, conversión de la droga en arma de destrucción masiva y gran negocio a la vez, secuestro de los organismos internacionales  de justicia y paz, ataque a los estados e imposición de un super estado con una super dictadura global, la mentira como  instrumento de muerte, la verdad asesinada y enterrada en las catacumbas de los medios masivos de comunicación del imperio, niños asesinados como enemigos peligrosos, hospitales demolidos por el odio y las armas de última tecnología, crisis económicas que sirven de vehículo para arrebatar las reivindicaciones históricas a los obreros, campesinos, sectores populares, logradas con dolor, muerte y sacrificio, gobiernos electos, desplazados por gobiernos  de fácto, impuestos por los banqueros y monopolios económicos.
     Los pueblos condenados a la miseria con el agravante de que si protesta, es masacrado y si sobrevive, mantiene una deuda ilegal, absurda y dictatorial impuesta por obra y gracias de los poderes económico fascistas. La globalización  es solo en el sentido de ser esclavos de una minoría. Los derechos humanos del colectivo mundial desaparecen con un disparo de fusil del soldado o el policía del barrio. Un drom, o una bomba racimo de fósforo blanco, disparada, dirigida y apuntada por alguien que ni siquiera sabia de la existencia de ese pueblo arrasado. pero que están al servicio de los capitalistas. Las fronteras nacionales ahora no son valederas para las abusivas leyes hechas en los congresos de los países criminales y cuya vigencia reposa en las armas de destrucción masiva de sus mortales arsenales.  La razón es suplantada por el interés. La vida es solo un negocio y su permanencia es  cuestión de conveniencia para los señores avaros.
     Las elecciones no son para que los pueblos elijan a quienes les defiendan sus intereses colectivos y velen por su bienestar. No, ahora las elecciones son una competencia entre capitalistas donde el que más gasta, gana y, su meta, es servir a quien o quienes le financiaron la campaña de mentiras. La ignorancia es un tesoro cultivado por las élites para su beneficio. La educación es declarada enemiga peligrosa del sistema.  Dentro de todo este terrorismo inducido, los derechos humanos son convertidos en comodín para usarlos cuando convenga a los asesinos en contra de los pueblos y gobiernos progresistas.

     El factor religión pasa a ser la segunda droga más destructora de la conciencia. Casi todos los espacios, tanto públicos como privados, así, los de comunicación de todo tipo;  son copados por el negocio mercenario de las religiones. Se ven en las televisiones del mundo, cine y prensa escrita, programas amplios y propaganda masiva de los delincuentes mafiosos denominados pastores, curas, rabinos, etc.  ofertando las bondades curativas y salvadoras de sus sectas estafadoras. En nombre de un dios invisible, incorpóreo, insensible, ignorante, indolente, aterrorizador, amenazante,inmoral y estafador, ofrecen curar los males que el mismo sistema capitalista que ellos defienden crean. Venden mojoncitos sagrados de israel o chorritos benditos de orine en fransquitos con la seguridad de que son curativos y bien caros.
      Estas mafias capitalistas en sus diferentes presentaciones diabólicas, han sembrado al mundo de dudas, de temores, de odios, de guerras, de vicios. Pese a eso se venden como humanistas, democráticos y defensores del bien y la libertad.  Incluso dicen defender la propiedad privada, y despojan a los pueblos de sus vidas, de su trabajo, de sus viviendas y de su condición humana, al convertirlos en mercancía.
     El pueblo reacciona. Pero lo malo es que esas reacciones son direccionadas hacia donde no hagan daño al sistema ni a los promotores de éste. De tal forma encontramos a hombres justos y decididos, que captan la situación y conforman las guerrillas. Pero el grueso del pueblo no entiende y apoya a los fascistas que los oprimen y los vejan. Ese pueblo hace huelgas, manifiesta, es reprimido, pero al final todo sigue igual y su deuda se incrementa y el maltrato también. Algunos toman la determinación de suicidarse. Hay los que primero suicidan a sus seres queridos, y por lo tanto dejan en la más absoluta impunidad a quienes los desgraciaron. Eso pasa por que el adoctrinamiento sostenido y permanente por los medios de comunicación, los métodos de educación y las costumbres impuestas, hacen que ignore al culpable ¿Por qué esas personas en vez de suicidarse, no toman la lógica acción de exterminar al culpable de sus males? 

     La guerra de clases hoy está en la cúspide de su cresta. Pero no es por razones de quienes debieron provocarlo - los pobres -, si no por decisión y maniobra de las minorías capitalistas. Ellos están atacando y acorralando a las mayorías y esas mayorías sirven a la vez de instrumento de defensa de sus enemigos en forma de ejércitos y policías ¿Que impide que los medios alternativos, las redes sociales, se conviertan en herramienta de desenmascaramiento del enemigo y se induzca a las mayorías a destruir, eliminar, matar a quienes ocasionan todo el daño? El enemigo usa todas las armas a su disposición para atacar.  Los pocos conscientes de las mayorías, cuando adquieren posiciones de poder, se detienen en escrúpulos impuestos por el enemigo, para perdonarlos, para darles concesiones, para cederles espacios y hasta para negociar con ellos, facilitándoles así un medio para que los destruya  luego. Es un absurdo, que se derrote a un enemigo, y luego se le den espacios y ventajas.  Es decir hacer lo que ellos no hacen por el pueblo, por los pobres, por las mayorías.
     Señores estamos inmersos en una guerra sangrienta. En toda guerra, el objetivo es la destrucción total del enemigo ¿Por qué no se dirigen los ataques directamente contra los centros de poder mundial y sus lideres.  Es decir matarlos a éllos y sus descendencias? Algunos dirán que estas palabras denotan odio. No, no es así. Solo es una razón lógica en tiempos de guerra ¿Ven lo que pasa en palestina? ¿Qué pasa y por que en Siria, Libia, Irak, Pakistan Afganistan, Colombia, Chile, España, Grecia, Italia, Portugal y hasta en el mismo corazón del país sede del imperio sionista contra su gente humilde? ¿Quiénes provocan todo ese dolor y mal?
facebook: Javier Monagas Maita

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