Javier
Del Valle Monagas Maita
Las oleadas de la historia, son masas de sucesos que van y vienen desde
el corazón del océano de los hechos, hacia las orillas de las tierras de los acontecimientos
de la vida cotidiana. Pero que inevitablemente modifican las playas de la vida
natural, incluyendo a los seres humanos, en cada arremetida y posterior
retirada. Es por eso que decimos que lo hecho, hecho esta y sus consecuencias son inevitables.
Desde 1992, desde Venezuela se destaparon los vasos que contenían la dialéctica
recién durmiente, y que ya había decretado el fin de la historia. El principio del fin de la hegemonía arrogante, soberbia y prepotente, de un poder supra nacional
sanguinario que se auto erigió en juez, acusador y carcelero del mundo. Según
sus egoístas intereses.
Si se ciñen a la historia. Notaran, que Estados Unidos en su
desarrollo durante la llamada guerra
contra el alcohol y las mafias, fue asumiendo un tipo de gobierno muy similar a
las mafias que supuestamente combatía (Ley Volstead) de 1919, es decir públicamente
asume una actitud de mascara: Aparente
normalidad y respeto, pero que tras bastidores comete toda clase de crímenes y
agresiones, para mantener un orden que solo favorece a los capos poderosos,
dueños de capitales, empresas mafiosas transnacionales, mientras oprime a las mayorías
débiles jurídica y económicamente.
Tal como la tradición de las grandes organizaciones criminales de
siempre, Estados Unidos, fue asumido como centro mundial de dominación y eje
central de los capos, mundiales para desde allí impulsar una batalla global-mafiosa
para ejercer el poder dictatorial de los grandes capitales hasta concluir en un
gigantesco supra estado que absorbería todo los territorios del planeta como una
predio propio único y que convertiría todo lo existente en simple mercadería a
su voluntad, incluyendo la vida humana. Por eso en esa nación fallida, los
lobby’s se juegan el imponer monigotes
como presidentes, para garantizarse sus privilegios e influencias...
La nueva realidad mundial que avanza irremediablemente hacia el fin de
la hegemonía del crimen organizado gobernante en EEUU, hace que la
conflictividad se acelere, debido a las reacciones espasmódicas del criminal herido
en su esencia. Pero –ojo-, no quiere decir esto, que la fortaleza de esa mafia
radique solo en EEUU. No. Cada oligarquía nacional es parte tributaria activa del poder mafioso sionista. Y los
pueblos sus víctimas
Mientras el crimen organizado logró
imponerse por el voto manipulado a los pueblos, las elecciones eran el cono
sagrado del mando. Era la meca irrenunciable para acceder al poder. Pero en la medida que los pueblos se fueron liberando
del chantaje, la dominación por ignorancia y la represión del miedo, y ocupando
los espacios de poder políticos por medio del voto democrático. Entonces las
elecciones dejaron de ser una alternativa válida para las mafia y así sus
medios de opresión mediática, van demonizando a las elecciones y los gobiernos
de corte popular, liberador a anti capitalistas.
Cuando los lacayos y el propio clan dominante
de crimen organizado Sion capitalista
atacan al poder electoral de Venezuela y a la voluntad mayoritaria popular. Solo
están defendiendo sus deseos de desaparecer los Estados Nacionales y reventar
sus instituciones. Cuando ese crimen organizado utiliza sus herramientas de manipulación
y maldad, como las iglesias, religiones, paramilitares, narco tráficos,
sicarios, mercenarios, corrupción, politiqueros apátridas, etc. Solo ejecuta
sus planes de imposición. Pero en el fondo, en la esencia de la verdad, de lo
que se trata es de reforzar la dominación diabólica de los ricos sobre las mayorías
pobres. Es decir imponer la dictadura de
clases de una vez y por siempre.
La dinámica de la historia está conduciendo esta parte de la existencia
hacia el fin de la pretendida hegemonía del crimen organizado capitalista. Hoy los lacayos del sionismo,
presionan sobre Venezuela, para tratar de impedir los resultados catastróficos de
sus mercenarios internos en las recientes elecciones a gobernadores. Una demostración del miedo y del retroceso
que esa mafia vive nuevamente, que tiene en Venezuela una columna firme contra
el dominio criminal del capital. Ellos no olvidan que fue el presidente de Venezuela,
Hugo Chávez Frías, quien en solitario en la cumbre de Quebec –Canadá-, el que
inicio el fin de su sueño de un ALCA que suponía la atadura final de todo este continente al
poder maquiavélico del crimen
organizado Sion imperialista capitalista y que pocos años después lo enterró
en Mar Del Plata, Argentina, en una avalancha de dignidad, coraje y soberanía de
esta región… los gestos de odio, desprecio y maldad que brotaban de los rostros
constreñidos de George W Bush y Condoleezza Rice eran la expresión de la
impotencia y la derrota sufrida por ese imperio sanguinario y genocida. Fue ese
el momento que se decretó la muerte de Chávez, Kirchner, Lula, Lugo, Dilma,
Cristina, a quienes les cayó una ola muy sospechosa de cáncer y otras enfermedades
inducidas. Pero la derrota del crimen
organizado Sion yanqui, es inevitable y así será, pese a su resistencia,
maldad y soberbia.
Algo es cierto, está cerca un final de historia, pero es otra la
historia, la que caerá. Aunque debemos saber y entender que ese final será doloroso
para ganadores y perdedores, es una batalla que debemos pelear para poderla
ganar, porque de lo contrario, dolerá más y no solo en el presente, si no en el
futuro y es precisamente al futuro que debemos proteger y salvar del dolor y la
esclavitud. Por eso es que el Estado venezolano deberá permanecer, todos los
estados deberán seguir siendo. El pueblo venezolano ha de permanecer haciendo
historia, para poder seguir siendo un solo pueblo, tal como nosotros, los demás
pueblos del mundo.
¡VENCEREMOS!
*Abogado con Patria
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