miércoles, 27 de febrero de 2013

La revolución tiene sus bemoles y sus lacayitos también, tan peligrosos como el imperio y la opodrición



Javier Del Valle Monagas Maita
     En  mis días de vida he visto y comprobado muchas cosas. Al punto,  que puedo tener certeza de mis afirmaciones en un alto porcentaje. Claro, sin pretender ser infalible. El asunto es que no estoy conforme con el manejo que se hace últimamente de los aparatos de propaganda y difusión del Estado, o mejor dicho: el sistema nacional de medios”.  No es que me crea un erudito de las comunicaciones, ni un sabio  de la expresión. Simplemente es que tengo una concepción de idea de revolución, que no compagina ni se adapta a intereses personales, egoístas, elitistas o grupalistas. Así se vistan de color rojo o del que sea... Bien sea de derecha o de pseudo izquierda. 
     El meollo del asunto radica en que están saturando y acosando con informaciones que ya son conocidas. Que agobian con mensajes, que son hartos repetidos (Me disculpan por el uso de la primera persona y por hacer énfasis en lo absurdo de la propaganda y, que revolucionaria. -Aquí expreso mi queja y la de una gran cantidad de compatriotas, camaradas o revolucionarios chavistas -. Según se me identificaron)
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2013/02/proceso-revolucionario.html. Pero  esos medios  del Estado, siempre soslayan los terroríficos vicios en nuestras filas y tratan de ocultar los peñones demoledores de la realidad.  De tal forma. Nuestros camaradas, medios alternativos revolucionarios y, gestores por la verdad.  Discriminan y ocultan estas noticias certificadas y comprobadas como ciertas mucho antes de ser emitidas y enviadas a su publicación, como la del link antes colocado.
      Los vicios y abusos de poder que se han dado en el proceso interno de postulación de candidatos para alcaldes y concejales del PSUV, están demostrando, que  en alta proporción, lo que existe a lo interno del proceso, es un canibalismo inmoral y tan destructivo como el que acabó con la derecha reaccionaria del pasado y del presente: Zancadillas, presiones, ofertas de dinero, de empleos, de alianzas mal sanas, de negociaciones  vulgares por mantener cuotas de poder políticos y administrativos que no dejan nada que envidiar a AD, COPEY, o Primero Injusticia.
      ¿Qué revolución es esa, donde un grupo elitezco de seudos lideres de pacotilla o mercantilistas de la política. Se encumbran en espacios de poder imponiendo macabras  presiones para obtener fortaleza a partir del chantaje y las necesidades básicas humanas?  ¿Cuando carajo se ha visto que un empresario, que vive del sudor y sacrificio de los empleados va a cambiar su ritmo de vida, su costumbre, y sus posesiones materiales, por convertirse al socialismo?  Es más. Ese mismo empresario tuvo las bolas y el descaro de aliarse con lo peor de las elites empresariales del estado Yaracuy, para explotar y traficar con la mayor riqueza de la región, que son los minerales no metálicos y que de paso, basa su gestión en una intoxicación mediática tratando de disfrazar los errores y desaciertos administrativos de una gestión, que lo único destacable es haber logrado fracturar la unidad de los sectores honestos de la revolución y de haber jalado para su lado a ex camaradas que creíamos honesto y sinceros. Pero que cedieron al chantaje del dinero y de las riquezas fáciles. Si no, pregunten a Rafael Morales,  Juan Torrealba,  Ángel Gamarra, Carlos Gamarra, Nabor Herrera.  Mismos que embaucaron al ex gobernador Carlos Giménez en una cruzada de Corrupción y después lo abandonaron a su suerte, previa obtención de beneficios. Lo más detestable de todo esto, es que quien urdió toda esa trama es el actual gobernador del estado. Julio León Heredia. Un prefecto capo, que tiene la facultad de hilar fino para no aparecer en sus leoninas jugadas.
      Es peligroso, que concentremos nuestra matriz propagandística, en delatar y descubrir el pasado solamente, obviando lo podrido del presente dentro de muestro proceso, el ataque debería ser parejo contra ambas tendencias.   Los sucesos lamentables en la selección interna de nuestros candidatos a cargos de alcaldes y concejales, indica que tenemos muy graves problemas ideológicos dentro del proceso revolucionario, y que si se tratan de ocultar y desviar, pueden dar al traste definitivamente con nuestro sueño colectivo.  No es que no relatemos la historia, no. Si no que digamos toda la historia.
     ¿Qué harán nuestros medios  de comunicación alternativos? ¿Reiterarán su conducta de avestruz, en creencia de cumplir con un deber, creyendo que escondiendo la verdad salvaran una revolución en picada?  O ¿que harán esos “lideres” revolucionarios, que envían denuncias por correo, pero que callan por conveniencias, usando otros medios para decir las cosas; por no arriesgar sus pequeñas cuotas de poder? ¿Se podrán llamar revolucionarios de verdad o calculadores?
O somos cómplices o agarramos a los corruptos por los cachos

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