sábado, 29 de agosto de 2015

¡NUESTRA CULPA!


Javier del valle Monagas Maita


    
         Una de las funciones de los gobiernos, entre muchas otras. Es tomar decisiones oportunas a los fines de evitar que el delito se convierta rutina o derecho adquirido por los violadores de la norma y, se fortalezca hasta el punto de hacer de las leyes adefesios inútiles debido a la masiva impunidad.
       15 años, hemos tenido como gobierno revolucionario para poner coto al desmán del narco paramilitarismo colombiano en las fronteras con Venezuela. Pero todo se ha quedado en retorica y en la repetición cansona de la canción del hermanamiento que nos desangraba en todos los sentidos.
        El narco paramilitarismo, viene fortaleciéndose en la frontera del Táchira, Zulia, Apure y amazonas cada día más. Incluso se ha expandido al resto del territorio nacional y nuestras autoridades no reaccionaron jamás con la debida contundencia y responsabilidad necesaria.
        Ahora esas organizaciones criminales adquirieron poder para retar al Estado en muchos escenarios, incluso, sabemos que han penetrado sectores políticos, militares, económicos, judiciales y sociales.  Esa es la razón de la captura de policías, mandos medios y altos militares, sectores de la economía  y, hasta dirigentes de partidos políticos implicados en el trafico de drogas, sicariatos, protección de delincuentes,  decisiones  de dudosa legalidad judicial y hasta beneficios sospechosos.
       El colmo de la situación, es cuando se establece la alianza entre políticos de derecha, el narco terrorismo y el poder económico de las grandes mafias transnacionales para asumir el poder político en Venezuela. A partir de allí la ola de crímenes barbaros, espeluznantes y desconocidos hasta ahora en nuestra esfera delictual. Aparecen los crímenes televisados y apoyados por todos los medios de comunicación cómplices, bajo el disfraz de lucha política y de defesa de una supuesta democracia burguesa, que en realidad, es la defensa de una dictadura económica contra el país, que converge en la entrega de las riquezas del país y en el empobrecimiento del pueblo: privatización de la educación, salud, vivienda, servicios básicos, etc.
     La tardía reacción oficial no solo de Maduro, si no también de nuestro comandante Chávez para enfrentar este grave problema, dio derechos no reconocidos, pero de uso a los ciudadanos de las ciudades fronterizas colombianas, que se beneficiaron del delito promovido desde las esferas de gobierno de Colombia, del contrabando de gasolina, gas, diesel, alimentos, medicinas, etc. y que dio a esas regiones antes precarias, un estándar de vida muy elevado para sus elites y algunos sectores populares privilegiados y cómplices del despojo inmoral, incuso desde la propia PDVSA, se impulsó el contrabando descarado de combustibles y unos gerentes maulas, se benefician de esa trácala en el pasado y en el presente. Recientemente se removieron unos gerentes de mercadeo de nuestra empresa petrolera, que tenían mucho tiempo en esa estafa vulgar y criminal.  Esa es la razón, por la que ahora, escuchamos a ciudadanos en Cúcuta diciendo que ellos nunca habían tenido problemas de combustible y alimentos, pues desde Venezuela, de manera ilícita, se les cubrían de manera muy barata (comparativamente) y reclamando derechos ilegítimos de permanencia, estafa, asesinato, robo y expoliación en nuestro territorio. Incluso, sus inmorales autoridades gubernamentales, desde gobernaciones, alcaldías y hasta la propia presidencia nacional, se sienten con el derecho estúpido y absurdo de reclamar que se les corte ese saqueo permanente que se ejecuta contra nuestra gloriosa patria.  Aducen derechos sin sentido e írritos, violaciones de derechos humanos, de quienes nos los venían violando desde hace tiempo al pueblo de Venezuela.
      Toda solidaridad, apoyo y respeto tiene un límite. Es mas, esos actos se deben ganar con honor, respeto, vergüenza humana. No se puede atacar a un país de la manera como nos tacaron a los venezolanos, por parte de extranjeros, no solo colombianos, si no europeos, ahora chinos y árabes, que han convertido a nuestra economía en una convergencia de marabuntas carniceras, que sin el uso de armas, atracan a pueblo en sus comercios. A esa cadena de  maldad, debemos sumar la inconsciencia, bajeza y cobardía de muchos venezolanos, que se suman al coro y desde sus comercios, cargos oficiales, partidos políticos de derecha y no tan derecha. Se enriquecen a costa de la angustia y necesidad del pueblo. Y ¡Oh Cosas de la vida! Son los que más critican al gobierno que les permite cometer esos deleznables actos.
     Afortunadamente ya se está atacando por fin esa costra en la frontera. Ahora se impone ir de frente contra los estafadores comerciales que juegan con los precios de alimentos, repuestos, servicios  y otros. Se debe expropiar todo negocio con locales, mercancías, y maquinarias que se les comprueben la estafa.  Son esas alimañas las que les dan fuerza a esa lacra llamada dólar today. Esa cloaca mediática, no tendría ningún poder de imponer precios de cambio, si no fuera por la complicidad expresa de los sectores empresariales, económicos maulas, dentro de Venezuela y de las mafias asesinas yanquis, colombianas y europeas, que son quienes financia toda esa agresión descarada y reconocida.  Si debemos asumir el control total del expendio de alimentos al detal,  distribución y mayoristas,  repuestos en el país, pues hagámoslo.  Pero no podemos seguir siendo rehenes de ladrones, estafadores y criminales enemigos de la patria. Debemos y podemos defender al pueblo colombiano y a los pueblos del mundo. Pero coño, ellos deben hacer su trabajo. Miren al querido, respetado y amado pueblo Sirio o Palestino ¿Cómo negarles nuestro mas grande y absoluto apoyo y reconocimiento? Afortunadamente en Colombia la esperanza, la dignidad y el coraje no ha desparecido. Por eso existen las FARC, ELN y las organizaciones sociales humanistas que defienden su derecho a existir sin ser esclavos en su propia tierra y a tener un amo nacional ni externo, que no reconocen ni aceptan. Por eso los asesinan

Es justicia y revolución. Solidaridad no implica complicidad ni entrega. Es un acto de amor y de derecho humano.
COLOMBIA SERÁ LIBRE.
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2015/08/nuestra-culpa.html
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