lunes, 24 de septiembre de 2012

El negocio de las revoluciones y las revoluciones de los negocios

Por: Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Son muchas las veces que la pregunta sobre por que el capitalismo sigue prevaleciendo por encima del socialismo, comunismo, o revolución. ¿Cómo es posible que un sistema de organización asocial, sustente una fortaleza increíble a pesar de ser discriminatorio, explotador, expoliador, racista, mortal, inmoral, hambreador, vejador, inhumano y anti natura? La respuesta no es tan complicada como pueden pretender. Todo radica en ese defecto de la razón que hace que lo individual, lo pequeño, lo grupal, lo más íntimo del “yo” egoísta se imponga a las necesidades y prioridades colectivas. Siendo así. Es por eso que vemos y escuchamos gestos y palabras en los cuales el discurso dice desde la boca para afuera que se es revolucionario, anti capitalista, humanista y socialista. Alzamos todas las banderas de las reivindicaciones sociales, mas cuando toca hacer el sacrificio y dar el ejemplo, entonces las excusas y las necesidades personales brotan como la hierba en tierra húmeda. El eterno cuento de “no puedo hacer más por que no tengo recursos”, “necesito o necesitamos que nos financien”, “somos revolucionarios, no una maquinita de resolver problemas”, etc. De la misma manera, utilizamos a los compañeros o sus recursos (cuales sea), cuando no tenemos alternativas. No les vemos vicios, defectos ni críticas a su expresión o forma de ser. Más cuando se consigue cancha, se encuentra una minita de inyección de recursos económicos y el interés se pone de nuestro lado. Entonces empiezan las reglas y los resaltamientos de los defectos que eran invisibles mientras se era útil. Pero que se iluminan y estorban cuando ya no se es indispensable. La arrogancia, la prepotencia, lo fingido, se apodera del ego del que se creía revolucionario y al final resultó neo fantoche (este fenómeno puede ser individual o colectivo) como ya hemos conseguido notoriedad, estamos en condiciones de imponer nuestras nuevas normas. Esas normas están solo al servicio de nuestros intereses y como dentro de esos intereses está la de sostener una nueva imagen que nos garantice dinero o financiamiento, entonces lo común, lo vulgar (del vulgo o pueblo) eso que era capital de personalidad organizativa, ahora es pecado. Ya no se puede llamar a las cosas comunes por su nombre, por que si no, somos racistas. Así no se le puede decir maricòn a quien se enamora de los de su propio género y asume posturas o gestos irracionales ¡Cuidado! muchos de esos maricones manejan partidas y tienen poder político y económico. No importa que vayan por allí, generando estereotipos y falsos valores. La hipocresía interesada convierte a la idea en pensamiento reprimido. ¡Piénsalo, pero no lo digas! Ese culo es de él. A sabiendas que sicológicamente la sociedad ha derivado de libertad en libertinaje (De paso esa es una herramienta del capitalismo: encarcelar la libertad y promover el libertinaje), ese mismo libertinaje impide que se frenen muchas conductas inmorales y se premien corrupciones y delitos. De esa forma el ladrón que se despreciaba y cuyo calificativo resultaba una condena moral, ahora, si logra mediante sus robos hacer un capital, ya no se le condena. Se le adula para ver si invierte en algo de nuestro interés. Ahora no es ladrón ¡Es empresario! ¡Banquero, hombre prospero y emprendedor! Así es la conducta de muchos medios que se dicen alternativos y “revolucionarios”, pero que ponen un peaje a la verdad, a la libre expresión de la idea y del pensamiento. Tan solo para lograr tener un financiamiento del estado. Son estos medios mediocres, los que hacen la revolución de los negocios y de los pactos políticos, para obtener cuotas económicas y de poder. Entonces de revolucionarios derivan en razuradores, censuradores y censuras, de lo que se diga por sus conductos. Por cosas como esas es que el capitalismo galopa por encima de la justicia, la razón y, las necesidades humanas. ¡Ahh! No les haga Ud. una crítica. La hipersensibilidad que los cobija hace que inmediatamente te discriminen y te declaren enemigo. Esa es la esencia, dolorosamente, tristemente y desgraciadamente de: Aporrea, Poder en la Red, Matrizur, Ensartaos, AbreBrechas.Com. Por eso me niego a colaborar en esos medios que han perdido el horizonte y la razón de ser. Ellos se han convertido palabras para afuera y acciones para adentro de manera contradictoria. Es una lastima, pero así es… no me declaro en enemigo de esos medios, pero si es necesario decir las cosas tal como se perciben y como las asumen algunos engreídos. No obstante no dejo de reconocer su importancia en los momentos más aciagos que vivimos en el pasado reciente, pero como perdieron la brújula, hay que jalar las amarras. (*) Abogado Bolivariano javierdelvallemonagas@gmail.com www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será Facebook: Javier Del Valle Monagas Sintonice todos los sábados de 7 a 9 el programa “Información Al Desnudo” por 89.3 FM digital

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