jueves, 25 de abril de 2013

PUEBLOS ODIADOS, MASACRADOS, ENGAÑADOS


Javier Del Valle Monagas Maita 


                               dos mafias un mismo poder

       El desprecio hacia los pobres ha sido una constante en la historia de la humanidad.  Pero la pobreza como tal no es una condición natural. Es una situación generada a partir de los sentimientos egoístas y las ambiciones enfermizas de unos pocos que condenan a las mayorías a vivir en la precariedad.

       La naturaleza dotó a los seres vivos de las condiciones y elementos necesarios para sobre vivir decentemente.  Pero sucede que en esa especie que se auto califica de inteligente, se anidó la maldad y la ambición que hizo que se convirtieran algunas cosas u objetos en riquezas. A partir de allí, se desató una alocada carrera hacia la acumulación de esos objetos y acaparar los bienes elementales para la vida, para traficar con ellos a los fines de usarlos como instrumento de dominación.

       Todos nacemos iguales. Las clases sociales se nacen por razones de discriminación y para diferenciar a los poderosos de los dominados. En toda esa calamidad, la ignorancia juega un papel fundamental. Si desconocemos el origen de nuestras realidades, no tendremos los elementos para cambiarla. Entonces lo artificial, se convierte en natural por el tiempo de imposición. Esa es la razón por la cual la educación es programada y dirigida a formar maquinas irracionales, pero con la suficiente capacidad para crear bienes y servicios que alimentaran el caudal de una minoría.  Así nació la clase obrera y campesina.  Una mayoría poblacional, que pese a ser los que crean las riquezas, no las poseen y no las disfrutan por que de ellas se apodera una clase patronal explotadora y expoliadora. Esto que digo no es nuevo, ya Marx, Engels y Lenin, lo habían dicho en otras palabras.

       La pobreza es una condición forzada por parte de los explotadores a los fines de tener siempre a su disposición mano de obra barata y oportuna.  Para ello se valen de todos los instrumentos para mantener a esas mayorías divididas, enfrentadas entre ellas.  Usando sus propios elementos para controlarlos. Así nacen las policías y los ejércitos,  hasta llegar a lo que hoy llamamos los mercenarios y los paramilitares, los cuales al contrario de las policías y ejércitos regulares, no necesitan reglamentos para su funcionamiento. Pero eso si. Todos en función de proteger los intereses de los acaudalados. Incluso las mismas leyes están hechas solo para ser aplicadas a las mayorías empobrecidas. De tal forma si un pobre comete un delito, el tiempo de respuesta a esa acción es inmediato. Pero si un rico  comete algo semejante, entonces las trabas, los procedimientos, las formalidades y toda una madeja de obstáculos se activan para que el delito quede en la impunidad. Ejemplos hay muchos.
        Las clases dominantes  de nuestros días se han dotado de una herramienta muy poderosa. Me refiero a los medios de comunicación masivos.  Éstos fueron creados como medios de información y entretenimiento, ni siquiera en sus orígenes se les fijó la condición de educativos.  No tardó mucho su desvío y su uso como medio de colonización mental, una herramienta capaz de modificar el comportamiento del usuario y de inducir conductas y concepciones dirigidas a asumir una posición especifica conveniente al sistema capitalista ante su realidad y su entorno.  Pero esa manipulación viene a suplementar una fuente muchísimo mas antigua de sometimiento sicológico. Esa es la religión. La más perversa maquinaria de sometimiento y dominación que ha galopado en las creencias humanas.  Todo un complejo perverso de dominación sicológica y social que hasta llega a justificar la pobreza y la explotación como un hecho divino y natural, que proclama la resignación y el sometimiento como una forma de amor a un dios inexistente, una fantasía creada para cometer actos de terrorismo sicológico y freno a las manifestaciones normales de descontento social por las condiciones de precariedad propias de los sistemas de explotación. Esas religiones no condenan las masacres históricas contra los pueblos. Algunas hipócritamente hacen condenas leves y de palabras dubitativas, que luego neutralizan cuando van a bendecir a las armas y a los que cometen esos genocidios.

         Las religiones dominantes hoy mundialmente, es decir la católica, judía y musulmana.  Giran en torno a un dios único. Cada una tiene su propio dios único, por esa razón viven en constante conflicto para imponer cada cual su mito. Son incontables las victimas de esas guerras religiosas ¡ah! Pero coinciden en algo: todas se arriman para el lado de los explotadores, de los ricos, de los ladrones del trabajo y sudor ajeno.  Todas coinciden en poner diezmos obligatorios a los pobres, es decir una patente de corso para creer. Para mi concepto una estafa secular, con la que unos chulos  se resuelven la vida sin trabajar a costa de los demás.  Ya el gran pensador  Carlos Marx definió a las religiones como “el opio de los pueblos”. Una maligna droga sicológica que embrutece y encasilla a las personas en el conformismo de su desgracia.
         En  nuestros días podemos ver ejemplos vivientes de esa perversión activa.  Solo observen la conducta de la Conferencia Episcopal Venezolana (C,E.V) detallen al propio cardenal Jorge Urosa Sabino.  Concentren su atención en la forma morbosa y sádica como este mafioso despreciable, mide cada una de sus palabras en todos los escenarios para atacar al pueblo y sus reivindicaciones. Como defiende descaradamente las posiciones burguesas y los crímenes del sistema capitalista contra los pueblos. Analicen la forma  sicológica con la cual lanza sus dardos verbales venenosos y ponzoñosos, con palabras suaves, pero bien escogidas para producir un efecto maligno en la psiquis de quienes ilusamente creen en esa  religión ¿Por qué la feligresía no compara lo que dicen sus propias escrituras y la forma de vida de esos gusanos  engañadores? Bueno. He allí el efecto de sus manipulaciones de la fe.  Neutralizan la capacidad de análisis y criticidad de lo que ellos llaman  creyentes. Por eso se dice el efecto droga, al que refería el pensador Marx. De las otras ni hablar. Solo vean las guerras en el mundo y como el sionismo judío galopa sobre las vidas perdidas y como por cada asesinato sus arcas se alimentan. Roban territorios y riquezas naturales. Son enfermos de gula y criminales que convierten a pueblos en inmensas prisiones a cielo abierto, sin importar las consecuencias, De los musulmanes ni hablar. Juegan al freno de la conciencia y al esclavismo humano en nombre de un dios inexistente e indolente, que tienen a unos promotores del desvío de la fe, como poderes capaces de decidir que se come, que se viste, como se piensa y somete a las mujeres a simples objetos de uso.  
        Un agente del sionismo sanguinario Enrique Capriles Radosnki, genocida y criminal, que quiso ser presidente de Venezuela, es quien ha ocasionado la muerte de mas de 15 personas y mas de 70 heridos, la destrucción y daño de bienes públicos y privados  desde el 15 / 04 / 13,  y antes en el golpe de estado del 2002 – 2003. Tan solo por que el pueblo no lo eligió.
Planetaenpeligro / lo que será
Facebook: Javier Monagas Maita  

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