domingo, 25 de octubre de 2015

¿CONCILIACIÓN POLÍTICA? ¿CON QUIENES? ¿A QUE PRECIO?


Javier Del Valle Monagas Maita

            Hablemos claro. Las confrontaciones políticas en Venezuela siempre han existido y seguirán existiendo, pues se trata de la toma del control de poder político por  parte de los diferentes factores que hacen vida en la nación. Eso de que la sociedad está dividida no es nada nuevo. Las vertientes ideológicas y a veces no ideológicas, si no de intereses son parte del que hacer nacional. Esas conductas son en la mayoría de las veces incitadas, financiadas y promovidas desde el exterior.
     Generalmente, quienes reclaman conciliación son los factores más débiles políticamente y masivamente, pero que no pierden esperanza de ser poder. Y asumen ese concepto con una connotación diferente, es decir “negociación” y como toda negociación trae detrás de si concesiones, dádivas, regalos, cargos políticos administrativos, manejos de dinero, etc.
    Hasta ahora, en estas diatribas de las conciliaciones del pasado, siempre estuvo excluido el pueblo.  Solo las élites o los mandos  de los diferentes factores políticos asumían  las ganancias y el pueblo nada más era peón de palo y fajador de intereses ajenos falsamente presentados como propios. En la pasada etapa reciente, de la historia nacional, por ejemplo AD y COPEY, se presentaban como  captadores de esas divisiones y promotores de la “conciliación” a la vez. Pero que paradójicamente esa confrontación solo servía para saber quien era mas entreguista y servil a los intereses imperialistas del sionismo capitalista transnacional y su gobierno yanqui. Siendo en realidad un tétrico montaje teatral, conformado en Nueva York y rematada en la quinta “Punto Fijo” en los inicios de los años sesenta. En todas esas actuaciones siempre el pueblo  ha puesto los muertos y los monopolios nacionales e internacionales asumen las ganancias.
     Hoy, el factor débil política y militantemente – la derecha pro Sion yanqui -, asume la conciliación como bandera para encontrar concesiones y cuotas de poder que no ha logrado por las vías electorales o legales.  Pero primero se impulsa  con la violencia, el narco terrorismo, las muertes  de los pobres en los barrios, el paramilitarismo  contratado desde Colombia, los golpes de estados mediáticos y armados, pero siempre galopando sobre la mentira, el engaño y la desfiguración de la realidad. Incluyendo a la  llamada guerra económica, que no es mas que la reedición de lo ya aplicado en el Chile de Allende, con el contrabando de alimentos, destrucción del símbolo monetario, escases artificial de productos alimenticios y la consecuente estafa con los precios. De tal manera llegamos a los días de febrero del año 2014, hasta los presentes y seguramente futuros. Donde el ataque sicológico al pueblo se suma a los actos agresivos antes señalados.  Todo eso dirigido a desmoronar la voluntad popular de apoyar al proceso bolivariano y de que sea percibido éste, como el gran culpable de todo lo malo que pasa en Venezuela, disimulando así que es esa derecha. Pagada y asesorada desde el extranjero, por esos poderes económicos que tienen hambre y sed de los recursos que existen en el país, que  de forma humana son puestos al servicio de las mayorías populares antes desasistidas.
      Existen sectores no acólitos a esa oposición, que asumen el discurso de la conciliación, pero que deliberadamente desconocen que lo que esos elementos violentos  - comprobada y reiteradamente probados como violentos, que han generado muertes, incendios, secuestros, destrucción de bienes privados, nacionales y oficiales - entienden por conciliación, es la entrega de  todas las banderas reivindicativas del pueblo  y la cesión del poder a esas minorías violentas para poner al país de rodillas al enemigo extranjero. Produciendo de manera colateral: miseria, hambre, persecución, encarcelamiento y pobreza de las mayorías populares. Esto no es especulación. Es cosa ya probada.
       ¿Creen esos señores, no de derecha, que el pueblo está dispuesto a aceptar ese sacrificio en nombre de una absurda conciliación, que no es más que un juego de palabras para confundir? ¿En verdad creen que ese precio macabro es justo? Que para que esa oposición pagada, asesorada e incitada de los centros económicos y de poder transnacionales se quede tranquila. ¿Se les debe consentir que destruyan todo lo que se ha construido en estos 16 años de sacrificio, lucha, batalla y  dolor? Todo tan solo para que sus élites reciban las limosnas de privilegios de sus amos y volvamos a retroceder a los años  de mandato e imposición del BM y el FMI.   Yo no lo creo así. Ni creo en conciliaciones sangrientas sembradas a las patas del patíbulo. Prefiero seguir la lucha hasta derrotarlos definitivamente, será mas larga, pero mas digna, noble. Menos dolorosa y a la larga será el único camino a la verdadera paz.

     Veo con pesar, como también se emiten opiniones y artículos de supuestos “revolucionarios” y “militantes de izquierda”, desde paginas que en el pasado fueron trinchera de lucha, pero que hoy han derivado en medios de proyecciones de intereses egoístas y anti populares revolucionarios, - tal como aporrea.org -,  que contribuyen a hacer creer en otras latitudes, que Venezuela se acaba, que el caos es un hecho irremediable, a menos que se negocie con el enemigo. Son opinadores mareados que tratan de presentar al presidente Maduro y a la revolución bolivariana como algo muerto y que ha arriado las banderas chavistas. Llegando en algunos casos a algo tan inmoral de presentar a ministros fracasados del pasado, como clarividentes sabedores de todas las soluciones a los problemas presentes ¿Entonces por que antes no fueron eficientes ni solucionaron nada? ¿Por qué hasta el mismo Chávez los alejó? A diario me llegan correos desde el exterior pidiendo aclaraciones sobre escritos perversos de estos malayos camaradas distorsionadores de la verdad verdadera.  Es cierto que hay problemas en Venezuela. ¿Acaso no somos atacados por el poder más perverso, sanguinario y poderoso de la tierra? Pero estamos venciendo, tenemos 16 años venciendo. Los dos momentos más cumbre de ese ataque  maligno fueron en los días 11, 12 y 13 de abril del año 2002 y diciembre, enero del 2003.  Con todo que hubo un lockout empresarial y el saboteo de todas las estructuras e instalaciones petroleras, vencimos. Comparado con eso, lo de ahora, aunque es duro, es mas fácil de lidiar, seguimos teniendo gobernabilidad y no vamos hacia ninguna guerra civil, ni el enemigo podrá intervenir en Venezuela tan fácil como en Irak, o Libia. Eso ténganlo por seguro amigos y hermanos del mundo. Los venezolanos estamos listos y preparados para cualquier circunstancia y les juro que en las que sean, saldremos triunfante. Además sabemos de las voluntades populares extra patria, que están listas para acompañarnos en la batalla de ser necesario. De eso estamos seguros. 
¡CON BOLÍVAR, CHÁVEZ, MADURO Y EL PUEBLO VENCEREMOS!
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