Javier Del Valle Monagas
Maita
Hablemos claro. Las confrontaciones políticas en Venezuela siempre han
existido y seguirán existiendo, pues se trata de la toma del control de poder
político por parte de los diferentes
factores que hacen vida en la nación. Eso de que la sociedad está dividida no
es nada nuevo. Las vertientes ideológicas y a veces no ideológicas, si no de
intereses son parte del que hacer nacional. Esas conductas son en la mayoría de
las veces incitadas, financiadas y promovidas desde el exterior.
Generalmente, quienes reclaman conciliación son los factores más
débiles políticamente y masivamente, pero que no pierden esperanza de ser
poder. Y asumen ese concepto con una connotación diferente, es decir
“negociación” y como toda negociación trae detrás de si concesiones, dádivas,
regalos, cargos políticos administrativos, manejos de dinero, etc.
Hasta ahora, en estas diatribas de las conciliaciones del pasado,
siempre estuvo excluido el pueblo. Solo
las élites o los mandos de los
diferentes factores políticos asumían las ganancias y el pueblo nada más era peón de
palo y fajador de intereses ajenos falsamente presentados como propios. En la
pasada etapa reciente, de la historia nacional, por ejemplo AD y COPEY, se
presentaban como captadores de esas
divisiones y promotores de la “conciliación” a la vez. Pero que paradójicamente
esa confrontación solo servía para saber quien era mas entreguista y servil a
los intereses imperialistas del sionismo capitalista transnacional y su
gobierno yanqui. Siendo en realidad un tétrico montaje teatral, conformado en
Nueva York y rematada en la quinta “Punto Fijo” en los inicios de los años
sesenta. En todas esas actuaciones siempre el pueblo ha puesto los muertos y los monopolios
nacionales e internacionales asumen las ganancias.
Hoy, el factor débil política y militantemente – la derecha pro
Sion yanqui -, asume la conciliación como bandera para encontrar concesiones y
cuotas de poder que no ha logrado por las vías electorales o legales. Pero primero se impulsa con la violencia, el narco terrorismo, las
muertes de los pobres en los barrios, el
paramilitarismo contratado desde
Colombia, los golpes de estados mediáticos y armados, pero siempre galopando
sobre la mentira, el engaño y la desfiguración de la realidad. Incluyendo a la llamada guerra económica, que no es mas que la
reedición de lo ya aplicado en el Chile de Allende, con el contrabando de
alimentos, destrucción del símbolo monetario, escases artificial de productos alimenticios y la consecuente estafa con los precios. De tal manera llegamos a
los días de febrero del año 2014, hasta los presentes y seguramente futuros. Donde
el ataque sicológico al pueblo se suma a los actos agresivos antes señalados. Todo eso dirigido a desmoronar la voluntad
popular de apoyar al proceso bolivariano y de que sea percibido éste, como el
gran culpable de todo lo malo que pasa en Venezuela, disimulando así que es esa
derecha. Pagada y asesorada desde el extranjero, por esos poderes económicos
que tienen hambre y sed de los recursos que existen en el país, que de forma humana son puestos al servicio de
las mayorías populares antes desasistidas.
Existen
sectores no acólitos a esa oposición, que asumen el discurso de la
conciliación, pero que deliberadamente desconocen que lo que esos elementos violentos - comprobada y reiteradamente probados como
violentos, que han generado muertes, incendios, secuestros, destrucción de
bienes privados, nacionales y oficiales - entienden por conciliación, es la entrega
de todas las banderas reivindicativas
del pueblo y la cesión del poder a esas
minorías violentas para poner al país de rodillas al enemigo extranjero.
Produciendo de manera colateral: miseria, hambre, persecución, encarcelamiento
y pobreza de las mayorías populares. Esto no es especulación. Es cosa ya
probada.
¿Creen esos señores, no de derecha, que
el pueblo está dispuesto a aceptar ese sacrificio en nombre de una absurda
conciliación, que no es más que un juego de palabras para confundir? ¿En verdad
creen que ese precio macabro es justo? Que para que esa oposición pagada,
asesorada e incitada de los centros económicos y de poder transnacionales se
quede tranquila. ¿Se les debe consentir que destruyan todo lo que se ha
construido en estos 16 años de sacrificio, lucha, batalla y dolor? Todo tan solo para que sus élites
reciban las limosnas de privilegios de sus amos y volvamos a retroceder a los
años de mandato e imposición del BM y el
FMI. Yo no lo creo así. Ni creo en conciliaciones sangrientas sembradas a
las patas del patíbulo. Prefiero seguir la lucha hasta derrotarlos
definitivamente, será mas larga, pero mas digna, noble. Menos dolorosa y a la
larga será el único camino a la verdadera paz.
Veo con pesar, como también se emiten opiniones y artículos de supuestos “revolucionarios”
y “militantes de izquierda”, desde paginas que en el pasado fueron trinchera de
lucha, pero que hoy han derivado en medios de proyecciones de intereses
egoístas y anti populares revolucionarios, - tal como aporrea.org -, que contribuyen a hacer creer en otras
latitudes, que Venezuela se acaba, que el caos es un hecho irremediable, a
menos que se negocie con el enemigo. Son opinadores mareados que tratan de
presentar al presidente Maduro y a la revolución bolivariana como algo muerto y
que ha arriado las banderas chavistas. Llegando en algunos casos a algo tan
inmoral de presentar a ministros fracasados del pasado, como clarividentes
sabedores de todas las soluciones a los problemas presentes ¿Entonces por que
antes no fueron eficientes ni solucionaron nada? ¿Por qué hasta el mismo Chávez
los alejó? A diario me llegan correos desde el exterior pidiendo aclaraciones
sobre escritos perversos de estos malayos camaradas distorsionadores de la
verdad verdadera. Es cierto que hay
problemas en Venezuela. ¿Acaso no somos atacados por el poder más perverso,
sanguinario y poderoso de la tierra? Pero estamos venciendo, tenemos 16 años
venciendo. Los dos momentos más cumbre de ese ataque maligno fueron en los días 11, 12 y 13 de
abril del año 2002 y diciembre, enero del 2003.
Con todo que hubo un lockout empresarial y el saboteo de todas las
estructuras e instalaciones petroleras, vencimos. Comparado con eso, lo de
ahora, aunque es duro, es mas fácil de lidiar, seguimos teniendo gobernabilidad
y no vamos hacia ninguna guerra civil, ni el enemigo podrá intervenir en
Venezuela tan fácil como en Irak, o Libia. Eso ténganlo por seguro amigos y
hermanos del mundo. Los venezolanos estamos listos y preparados para cualquier
circunstancia y les juro que en las que sean, saldremos triunfante. Además
sabemos de las voluntades populares extra patria, que están listas para
acompañarnos en la batalla de ser necesario. De eso estamos seguros.
¡CON BOLÍVAR, CHÁVEZ, MADURO Y EL PUEBLO VENCEREMOS!
Por favor ayude a
difundir este blog para enfrentar a la matriz des-informadora de la
derecha. Dale me gusta al blog
Twitter: @javiermonagasm
No hay comentarios:
Publicar un comentario