Javier Del Valle Monagas Maita
Desde que tengo uso de razón, la labor del hombre común del campo venezolano no tiene valor para una
sociedad, que sin entender, que sin la
labor de esos humildes y dignos seres hasta sus existencias mediocres y
artificiales citadinas preñadas de irrealidades y de fantasías envilecedoras, no seria posible. De tal forma denigran y discriminan al hombre
y mujer del campo a los relacionan estúpidamente con monte y culebra, pero en peyorativo
y a su labor de sembrar y producir alimentos, la desdeñan como secundario y sin
valor.
Esa creencia sin sentido, no es
gratuita ni por capricho de cerebros vacios que se desviven por maquinas de
volar y cajas hipnotizadoras, que lo que vomitan por sus sonidos e imágenes a
los cuatro vientos, son puras consignas alienantes y robotizadoras que matan lo
humano e imponen el mecanicismo y la parálisis cerebral. Es producto de una
manipulación intencional de la realidad que persigue como único fin destruir la
capacidad de análisis, la auto estima, el libre albedrio, la capacidad de
comprensión del valor real de las cosas y la importancia de los valores éticos,
morales y de solidaridad entre las personas.
La misma promoción e
imposición mediática de la discriminación social, es una estrategia de grupitos de desalmados explotadores que
hacen de la sociedad un campo de batalla, donde el más fuerte demuele al débil
y lo despoja de todos sus derechos y posibilidades de vida decente. Esos
grupitos de sádicos, ladrones, explotadores, traficantes de la fe y
colonizadores. Tienen la desfachatez de decir que una sociedad está en paz, por
que cada cual acepta su humillación y
vejamen sin protestar, rindiendo pleitesía al ladrón capitalista o religioso y
atacando a su semejante de la misma clase social. Algunos llaman a eso
“Desclasamiento” yo lo llamo “ignorancia inducida”.
El alimento es el
combustible del cuerpo. Es la fuente de energía que mueve al cuerpo,
alma y espíritu. Pero absurdamente es menospreciado. Al punto de tenerlo como inferior al otro
combustible que mueve las maquinas con las cuales la mediocridad enfermiza se
vanagloria de su estatus social. ¡Ah!,
pero esa subvaloración de los alimentos
provenientes del campo venezolano, obedece a intereses de clases ¿Cómo
se le va a dar importancia social a algo que nace de las manos sucias,
arrugadas, rotas y sudorosas que rasgan la tierra para preñarla y hacerla
parir? No. No se le puede tener estima y valoración a
algo que no provenga de la elite social criminal. Es mas, no los llaman alimentos, ellos los denominan
materia prima. Es decir cosa primaria,
sin valor. Son los agregados tecnológicos que según sus perras imposiciones
burguesas, lo que da precio y valor
real. Es decir por ejemplo. El maíz en manos de agricultor no tiene si no un
sub precio. Cuando cae en manos de un
ladrón degenerado como Lorenzo Mendoza que le aplica una tecnología robada a un
inventor no burgués (Luis Caballero
Mejías) de pre cocido y deshidratación, entonces si vale. Pero sepan que ese valor no lo da el producto
en si. Si no, el marketing y una marca
impuesta a billetes y atosigamientos mediáticos. Incluso ese maíz pre cocido, molido,
deshidratado, es también despojado de su corazón natural, de sus nutrientes y
de su esencia misma. Es decir, lo que le
venden al pueblo en ese producto artificial es un bagazo sobrante. Pero la publicidad engañosa lo presenta como
producto de alta calidad.
Hoy tenemos una nueva forma
de usar los alimentos, como arma de dominación y
manipulación política contra el pueblo. El gran capital asesino y criminal burgués,
ya no lo distribuye. Lo sigue pagando a
precios sub valorados al campesino. Pero lo acapara, lo esconde, hasta lo deja
podrir, no lo distribuye dentro del
país, lo contrabandea hacia otras naciones, lo envía a mafias de cómplices
explotadores que acaban por ponerles sobre precios incalculables que se hacen
inalcanzables para el común del pueblo, con la intención de que éste, no de mas
apoyo al único gobierno en la historia de esta nación que lo reivindica como
seres humanos... Pero la cosa no acaba
allí. Simultáneamente esa mafia
capitalista y sus lacayos politiqueros. Usando sus medios mentirosos de des
comunicación, Sion imperialistas. Hacen campaña
grotesca por todo el mundo, acusando al gobierno de todas las
consecuencias de los desmanes genocidas que ellos cometen. Es
decir hacen al estado y gobierno revolucionario responsables de los robos, crímenes,
y abusos que la narco burguesía capitalista nacional e internacional cometen
contra el pueblo.
No es casualidad que ahora
los alimentos sean una potente arma. De lo que se trata es de dominar a los
pueblos por el estomago. Ahora deben
entender por que eso, que en el pasado llamaron desarrollismo y que impulsaba a
las industrias cerca de las grandes ciudades, iban a conformar a su vez
cinturones de miserias, donde iban depositando a todos los trabajadores venidos
del campo, a dueños de medianas o pequeñas parcelas de terrenos agrícolas que
ilusamente iban como hipnotizados, después de abandonar sus fundos, gracias a
la invasión galopante de la propaganda desraizante y prometedora de sueños
frustrados del capitalismo depredador. De lo que se trata, es que la terrofagia
se apodere de la mayor cantidad posible de tierras fértiles, que luego serian
manejadas con criterios de empresas privadas capitalistas y que usan sus
cosechas para arrinconar al consumidor cobrándoles precios de estafa y pagando salarios
de miseria, a la vez que se engordan
inmensos latifundios con fines netamente mercantilistas y no productivos. Esa es una de las razones de nuestra
dependencia alimenticia de puertos. Así
se cerraría el circuito de expoliación, propio del Sion capitalismo ladrón.
Con el control alimenticio, se encierra a la
población en una cárcel a cielo abierto.
Entonces nuestras otras riquezas naturales solo sirven para generar
recursos económicos que irían a financiar la agricultura en Estados Unidos y Europa. Mientras en Venezuela las cosechas eran
extraídas de los barcos, en los puertos
marítimos o aéreos. He aquí otra razón para que se desestimara a la
agricultura vegetal, animal y piscicultora en Venezuela durante la colonia que
duró hasta 1998. Este otro círculo de dominación nos tendría en una dependencia
maligna de los centros de poder financiero y agrícola del Sion imperio.
La dominación fue
tal y la opresión colonial también, que era peeseguido y hasta penado
sutilmente pensar en desarrollar centros productivos agrícolas nacionales. Incluso hasta esa cosa llamada agro
industria, era y sigue siendo dependiente de las agriculturas extranjeras. Es así como ese mamotreto llamado grupo Polar
y que se pretende ser centro productivo
nacional, no es mas que una monstruosa estafa que lo que hace es consumir
divisas para obtener materia prima
extranjera. Esa mafiosa estafa parasitaria llamada Empresas Polar, no produce en realidad nada. Solo envasa y
trasiega productos cultivados en otros lugares o por los agricultores
independientes nacionales, a los cuales paga muy miserablemente ¿La razón?
Nos quieren quebrar por el estomago para doblegar la conciencia
libertaria. No lo permitiremos…
¡VENCEREMOS!
*Abogado con Patria
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