El planeta, la vida y la humanidad, necesitan del aporte de todos nosotros para rescatarlos y salvarlos de las garras del capitalismo sionista explotador e inmisericorde. Es ahora o nunca.
lunes, 27 de agosto de 2012
Delincuencia: el gran negocio, atacan los efectos, pero no las causas
Javier del valle Monagas Maita (*)
Eran cerca de las 11:40 pm. En un programa cualquiera de un canal cualquiera, la entrevistadora le pregunta al invitado, a cerca de las mediadas que se tomaban para combatir la delincuencia, y enfatizó en la pregunta “las cárceles se han convertido en escuelas de delincuentes” a lo que el diputado le responde, que se estaban preparando una cantidad de vigilantes civiles, uno por cada 40 presos para combatir esa perversión y que la guardia saldría de las cárceles
Tanto la entrevistadora como el entrevistado demostraron una ignorancia o desconocimiento cierto sobre el asunto, tanto en la pregunta como en la respuesta. No se si esas preguntas y respuestas supinas, sean intencionales. Pero lo cierto del asunto es que el enfoque está totalmente desfasado de la realidad.
Primero que nada. El delincuente es un producto consecuente de algunas circunstancias y hechos. Cuando la persona va a juicio, o es sentenciada, o es detenida, ya es un producto terminado: en mayor o menor proporción, según sea el delito. Lo que quizás quiso decir la entrevistadora, es que en las cárceles se acaba de pulir o culmina su deterioro. Por que es necesario decir, que todo delincuente es la personificación del caos moral, ético y humano. Repito: Mientras no se comprenda eso y se ataque al producto final de esa manera, instruyéndolo o suministrándoles las dosis necesarias para la cura, (por que el delincuente es una persona enferma de carestía, inoculada de virus de anti valores y de deshumanización) no habrá solución. Eso respecto al delincuente ya consolidado.
Pero vayamos a lo esencial. A las circunstancias que van a influir para que la persona después de cierta edad y de muchas dosis de suministro de incidencias, acabe por cometer su primer hecho delictuoso, como examen previo a su graduación. Dentro de esos factores, encontramos primeramente el ambiente hogareño, un hogar donde los padres ya están contaminados de la misma enfermedad, en mayor o menor grado, donde la pobreza limita el tiempo de contacto de los padres con los hijos a fin de darles la orientación necesaria, en las etapas de la vida mas vitales, como la niñez y la adolescencia. Esa limitación de tiempo va en función de tener que trabajar mas tiempo para medio obtener los recursos económicos para el sustento precario. O que la misma falta de formación en valores de los padres, les impida ver lo importante de esa enseñanza, cosa que a la vez no les permita detectar aquellos elementos inductivos externos al ambiente familiar que ocasionen una desviación conductual del niño, o del joven dejándolo a la deriva o a disposición de la suerte y de la capacidad natural de defensa intelectual que pueda disponer el muchacho (a). Grosso modo, de esa forma el factor social familiar puede incidir en la enfermedad delictuosa.
Pero existe un factor intencional, deliberadamente preparado para ello, es decir para inocular el virus de la delincuencia: ese es la televisión, primordialmente su programación violenta, incestuosa, inductiva del delito, del ocio, de la riqueza fácil, del consumismo desmedido, de la competencia insana, de la banalidad, la vanidad, la jactancia. Mediante las películas, novelas y otras programaciones, esa pequeña cajita luminosa, es portadora de las más oscuras desviaciones de la conducta humana.
Las deficiencias familiares antes señaladas, delegan en la televisión una responsabilidad que es desvirtuada y utiliza para crear un producto. Con la excusa de dar entretenimiento: las imágenes, los diálogos, los gestos y las acciones que se proyectan en esa pequeña diabólica caja, siembran en la fértil y moldeable mentalidad infantil, unos anti valores y prototipos de seres, que centran su atención en la satisfacción de cosas materiales insulsas, pero que le son presentadas como si fueran de primera necesidad, dentro de lo que encontramos: 1) desprecio a la vida. Imágenes permanentes de guerras, de violencias pandilleras, de bandas mafiosas, de indios y vaqueros matándose. De guapetones de escuelas, de barrios, que por medio de la fuerza bruta o las armas logran sus objetivos egoístas. Cadáveres regados como si fueran cosas. Otras, donde el factor común es el matón, las armas, los muertos y el ejército de las estrellas y las barras azules destrozando países, personas, y ciudades completas. En esas tramas maquiavélicas que denominan libretos. la prostitución, el consumo de drogas, y la obtención de cosas por cualquier método, centra la atención del niño. El odio, el desprecio a la vida, y en desarrollar el instinto de robar y matar hacen de los héroes de las películas, los ejemplos a imitar: los Rambos, los Duros de Matar, los personajes más sanguinarios, indolentes y crueles son los personajes destacados y centro de toda la atención. Indudablemente es una siembra alevosa de falsos valores y paradigmas dirigidas a producir conductas específicas. De allí el incremento desproporcional de las ventas de armas y de objetos violentos, así como de sustancias sicotrópicas que culminan un circulo de muerte que se convierte en comercio, negocio lucrativo para unos pocos, en detrimento de las mayorías. De igual forma se promociona la destrucción de la fauna, la flora y todo lo que signifique sustentabilidad de vida natural. El capital es sobre puesto por encima de cualquier otra cosa.
Es por esto y otras cosas, que resulta contradictorio que quienes utilizan el medio televisivo y el cine para promocionar y vender la violencia, la muerte y los vicios como forma de triunfo en la vida. Sean los que paradójicamente se pretenden en erigir en jueces de gobiernos y estados, que supuestamente no combaten la delincuencia. Son contradicciones tan grotescas, como las del Estado Sion Yanqui, el estado que más guerras, invasiones, muertes, asesinatos selectivos, actos y grupos terroristas, y dictaduras, ha producido en el mundo desde el siglo veinte hasta hoy. Se asigne a la vez la potestad de velar por la justicia, la democracia y la libertad. Es decir un mar de contradicciones, que se promueven por los medios televisivos y otros, como lo ideal, lo digno de cuidar e imitar.
(*) Abogado Bolivariano
Javiermonagasmaita@yahoo.es
www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será
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