lunes, 7 de enero de 2013

Un pueblo curado, inmunizado y desprogramado



Javier Del Valle Monagas Maita

      El cuerpo humano es una complejidad orgánica, cuyo funcionamiento depende de leyes físicas, químicas y biológicas, etc. Que al poseer un equilibrio, hacen que su funcionamiento sea perfecto (saludable).  Cuando ese equilibrio es alterado, el mismo organismo genera las condiciones y, activa las alarmas naturales para que interna y externamente se haga lo necesario para el restablecimiento de ese equilibrio.  Después de superar el problema, ese organismo queda inmunizado contra el factor o agente que lo alteró. Fue así,  al descubrir esa propiedad orgánica, que nacen las inyecciones inmunológicas.
       La sociedad hasta cierto punto, funciona como algo parecido.  El organismo social se rige por normas de convivencia. Pero sucede que al estar sometida a ciertos vaivenes no naturales, si no, de intereses ajenos a su naturaleza,  la sociedad puede ser alterada e inducida a estar enferma a los fines de mantener un desequilibrio, que a fuerza de costumbres e imposiciones se pueda hacer creer al cuerpo social que es normal.
        Las denominadas costumbres, no son más que conductas sembradas y heredadas por generaciones, que de tanto tenerlas, se han vuelto normal. Pero, un análisis serio demostraría que no es así. El feudalismo, el capitalismo, son aberraciones sociales que generaron sus propias reglas y  parametros educativos para perpetuarse, generando grandes injusticias y abusos contra las mayorías, y con el tiempo se convirtieron en malas costumbres aceptadas como cosa natural, siendo todo lo contrario. La injusticia no es natural.
         La evolución histórica, biológica y científica humana, ha  echo que esas mentiras impuestas a punta de  represión, terror, educación dirigida y, costumbres inducidas, bien sea sicológicamente o por la fuerza (Caso  de nuestro continente Abya Yala, a partir de 1492) se han ido derrumbando una por una.
       En el momento actual, la Venezuela que conocemos, se debate entre la muerte de esas mentiras y el nacimiento de nuevos paradigmas, nuevos valores, nuevas conductas. Como sociedad hemos reaccionado a los virus del engaño, la mentira, la traición, la manipulación, el sometimiento, y toda clase de chantaje.  Nuestro pueblo ha sentido en carne propia, todos los rigores del aparataje de dominación que desde 1492 se instaló en nuestro suelo. Ese aparataje ha cambiado en apariencia, pero no en esencia.  Simplemente sigue siendo colonialismo dominante.  Su meta y razón es la misma.
        Las pieles se curten con el tiempo, las consciencias se despiertan y la sabiduría fermenta.  Los últimos ataques certeros, perversos y demoledores de ese sistema colonialista, capitalista y expoliador, contra el pueblo hasta finales del siglo pasado. Hizo que el látigo de la represión y el abuso. Sirvieran de catalizador para que la conciencia popular explotara cual volcán reprimido.  Por eso hemos llegado hasta aquí.   Pero esa reacción no se puede detener.  Es como un gran remolino, que va destruyendo  pasado, re escribiendo la historia con otra óptica, otros intereses y otros valores. Para generar un nuevo futuro, construido en colectivo, para el colectivo, ya no, para una minúscula élite.
        El mundo conformista se sorprende por la reacción del pueblo venezolano a partir de 1989. Es lógica su sorpresa, no han vivido nuestra realidad.  Más aun, causó casi una admiracion mundial, aquella movilización espontanea del 12 y 13 de Abril del año 2002, a la vez que organizada, decidida y consistente  de un pueblo, que más allá de liderazgos o conductores individuales, dimos una señal inequívoca de respuesta colectiva multi céfala, que se organizó, no tan instintivamente, para conquistar un objetivo preciso y que lógicamente tenia una alianza tacita, con el mismo pueblo en armas (ejército).
        Podemos decir que las diferentes agresiones y situaciones de presión mediáticas del enemigo, nos ha inmunizado.  Somos un pueblo que cuestiona todas las matrices provenientes del enemigo. Un enemigo que tenemos perfectamente identificado.  He allí una de las equivocaciones del imperio y sus lacayos internos.  No comprenden la evolución  política y organizativa del pueblo.  Hoy somos un pueblo, que podemos cuestionar a cualquier líder, si da señales de error. Muchos de esos cuestionamientos son con pasión, amistad y solidaridad, pero acotamos lo necesario para que se entienda que somos un  pueblo pensante, no borregos ni eunucos cerebrales. No seguimos hombres, seguimos  ideas, proyectos. Aunque podemos identificarnos y fajarnos al lado de esos hombres constructores de esas ideas y proyectos. Ese 12 y 13 de Abril así lo testifican.  Por eso nos duele Chávez y todos los camaradas compañeros de sueños.  Otros errores mal intencionados los sancionamos con repudio y desprecio (Miquilena, Petkof,  Ismael García, etc.) Somos una militancia, no de un partido, si no de un proyecto político, social, económico y de vida. Aunque existen partidos y se les respeta, siempre y cuando  respeten lo básico de la lucha.  Sabemos que todavía quedan muchos cobardes traidores dentro de las filas del proceso solapados, pero es solo cuestión de tiempo para execrarlos.  Mientras tanto seguimos generando ideas, sueños, proyectos, para una gran patria, más allá de las fronteras.  Siempre en procura del bienestar colectivo.
        El actual liderazgo del proceso venezolano, tiene la suerte de ser parte de un pueblo  pensante, creador y generador. Aunque confiamos en la mayoria de ellos. Están obligados a agudizar más el oído, el entendimiento y la razón. En otras palabras ponerse a la altura de las circunstancias, pues si no…
        Ya estamos desprogramados. Somos antiimperialistas, anti capitalistas, socialistas, rumbo al comunismo. Los términos demonizados por la maquina propagandista yanqui, ya no nos producen miedo. Sabemos que el comunismo no es malo, que Fidel es noble, que el socialismo es justicia, que el imperio capitalista sionista yanqui es muerte, saqueo, robo, guerra y tortura .
       Somos un pueblo libre, amante de la paz, la justicia social y la solidaridad internacional, pero dispuestos a defendernos contra quien o quienes sea. Si nos respetan habrá paz, si no atenganse a las consecuencias…
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