Javier Del Valle Monagas Maita
(Voz de los que no tienen voz)
Mirando
el acto de juramentación de la nueva directiva de la asamblea nacional, mi
mente se de rebeló de momento cuando vi a la ciudadana Noely Pocaterra hacer su
intervención de juramento y ni siquiera hizo la mas leve alusión de la
situación de los hermanos YUKPAS, WAYU Y WARAOS, KARIÑAS y otros pueblos
originarios de nuestra nación.
Es
que la situación de nuestros pueblos indígenas es precaria. Aun viven en la
pobreza extrema la mayoría de sus integrantes. Aun hay injusticias, represión,
asesinatos y persecución por parte de algunos elementos de nuestro ejercito.
Aun son subvalorados y marginados de los procesos integradores de nuestro
proceso chucuto.
No
son estas notas para oponer al proceso bolivariano ni para atacar a alguien
especifico. Simplemente se trata de
denunciar la realidad de nuestros venezolanos aborígenes, quienes, pese a
estar amparados en la constitución que abriga a todos los venezolanos sufren
maltratos y abandono.
Es
cierto que el estado Venezolano tiene una serie de entes oficiales, programas
de asistencia y planes educativos para la integración de los hermanos aborígenes.
Pero todo eso se queda en el camino en los baúles burocráticos, las cuentas
personales y la desidia malsana. También
es cierto que nuestro cuerpo del ejército nacional es digno y profesional, pero
quedan rezagos de lacras que se asocian con ganaderos y latifundistas que hacen
uso de las armas, no solo para amedrentar. Si no para matar. Como ejemplo solo vean el caso de los Yukpas
en la sierra de Perija, las familias Fernández y Romero
Nuestro problema, es que tenemos muchos funcionarios públicos en cargos
claves, que por tener resuelta su situación económica, política y social, creen
que los indios también gozan de ese bienestar, en otros casos, es que
deliberadamente obstruyen cualquier acción reivindicativa, por que en su
criterio los indios no merecen ser tratados como personas. Entonces imponen una
negligencia que contamina todo el funcionamiento de la justicia social. Incluso la propia ministra para asuntos
indígena se comporta como un cuerpo extraño cuando de participar en la solución
de los asuntos indígenas se trata. De
esa forma, Nilcia Maldonado no existió como ministra, cuando dos luchadores
Yukpas sufrieron la confabulación del mando regional de ejército en el Zulia,
junto Corpozulia, los ganaderos de la región, la terrofagia, el sicariato y los
gobiernos de turno de la gobernación de ese estado. Varios años estuvieron esos dirigentes
indígenas presos, violándoles todos sus derechos humanos y a la legítima defensa.
Luego al ser liberados por no poder sostener semejante violación jurídica, son
acosados, perseguidos, se les inventan delitos, acusaciones, y se les niega el
sagrado derecho de defender y recuperar sus tierras ancestrales.
Los
indios Waraos parece ser que no existen para la prensa oligarca ni para los
medios alternativos. El estado de
precariedad en la cual viven, parece no importar a nadie. Solo cuando se acercan elecciones, es que
reconocen que existen para luego esconderlos nuevamente en las catacumbas del
olvido. No ha cambiado casi nada la
situación de los hermanos Waraos desde que Aly Primera los sacó del anonimato
cuando les compuso aquella canción nacida de su alma de trovador del pueblo que
lo hizo grande.
Nuestros indígenas merecen respeto.
Respeto a su cultura, pero que se le creen las condiciones humanas de
llevar una vida digna y decente. Son
quinientos años de maltrato, persecución y acoso contra estos nobles
venezolanos. No podemos pedirles nada, ellos han dado su vida, su sangre, su
historia, su fe, su dignidad por esta nación. Soportando estoicamente en
silencio el oprobio de las bestias que creyéndose civilizados son incapaces de
reconocer su sabiduría al convivir con la madre tierra, respetándola, amándola,
cuidándola.
www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será
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