Javier Del Valle Monagas Maita
Los pueblos somos eternos,
como eterna es nuestra magra historia universal, en la versión interesada de quienes la
escriben, después de cometer los hechos
más insólitos contra los elementales derechos humanos de las mayorías. Son narrativas que expresan la versión única
y distorsionada de los sucesos que marcan pautas en el acontecer humano de la vida. Pero enfocados en la verdad que importa a
quienes tienen el poder y lo utilizan para perpetuarse en el tiempo y el
espacio, obviando y borrando por la fuerza la verdad verdadera de los
acontecimientos hechos por los hombres.
Existen las otras versiones alternativas, más próximas a la verdad. Pero
son opacadas y forzadas a permanecer en la clandestinidad, donde el poder
mediático del opresor, las hace aparecer como fantasías subversivas y anti
natura.
Libertad: un término que contiene toda una
conducta y sus consecuencias. Es la esencia misma del deber ser social,
político y económico. Que es adorada por
los pobres, manipulada por los ricos y excusa del poderoso para oprimir. Hablar de pueblo, historia y libertad. Es develar una madeja de mentiras que
implican costumbres, tradiciones, religiones, masacres, intentos de
rebelión, re imposición de dominios, injusticias, impunidad, desprecio, discriminación, odio, complejos de
inferioridad, hipocresía y traiciones contra las mayorías. Desde que la descripción de los sucesos
relacionados con el hombre se transmite de unas generaciones a otras, la
primera implicación sacrificada de ésta, es la verdad. Así, lo que compromete al poder dominante es
eliminado y las culpas son entonces recargadas sobre las victimas, que siempre
resultan ser las mayorías oprimidas.
Son
miles los procesos que se describen, de pueblos intentando ser libres, cuyo
resultado acaba en lo mismo: la derrota de las mayorías por las minorías
opresoras. En unos casos por las traiciones, ignorancias y desconocimiento de
esas mayorías, de sus propios intereses. Así desde Espartaco, la revolución
francesa, la revolución Bolchevique, los procesos de independencia de las ex
colonias españolas, francesas e inglesas en el nuevo mundo, Asia y áfrica,
entre muchos otros. Son pocos los objetivos populares alcanzados, incluso en
esas independencias nacionales, los oligarcas herederos de los colonialistas se
quedan con el control de las nuevas naciones, para dar continuidad perversa a
lo ya sucedido.
Puedo
decir que toda regla tiene su excepción y que los sucesos históricos también
los habrán de tener. Pero esas
excepciones no creo que se den por si solas.
Si todos los hechos del pasado, pese a la activación de lideres y
protagonistas destacados, han fracasado por que los pueblos no han sido
preparados los suficiente para empoderarse de su destino, cediendo al chantaje
de los engaños del enemigo, o no enfrentando las desviaciones de los lideres
traidores a tiempo ¿Que es lo que hay que hacer para romper esa cadena de
fracasos? Aunque los protagonistas cambian, las clases dominantes permanecen.
Ellos tienen sus intereses bien definidos y los transmiten a sus sucesores de
una manera impecable. Es decir ellos si tienen clara su condición de clase
social dominante y la de las clases dominadas u oprimidas. Esa verdad la
afirman y reafirman e todas sus actuaciones y hechos. Desde las leyes, los entretenimientos,
juegos, deportes, educación, conducta social, etc. Todo es concebido de tal
forma que las mayorías sepan que deben estar supeditadas a las minorías y que
su única escapatoria era tratar de escalar ese gigantesco peldaño que separa a
ambas clases.
Es
indudable que en toda faena libertaria se necesitan liderazgos en los cuales la
masa popular confíe. Pero el peligro está cuando esas masas se acostumbran a
que sean sus líderes quienes tomen decisiones y fijen el rumbo de las cosas,
acostumbrándose a obedecer. Y que esos
liderazgos se crean infalibles y nieguen la oportunidad y la capacidad
necesaria para que esas masas actúen colectivamente, convirtiéndose así en una
inmensa masa encefálica generadora de
respuestas colectivas.
Así como los fracasos por la
liberación popular de la historia son por falta de preparación de los pueblos
por ser auto suficiente para sostener sus luchas e intereses, producto de la
conjugación de los factores antes descritos y otros omitidos por razón de
espacio, pregunto ¿estamos hoy preparados para sostener este proceso sin la
presencia del líder Chávez activamente? ¿Tendremos las masas la suficiente
capacidad y preparación ideológica para enfrentar a la maquinaria destructiva
propagandista del imperio y sus lacayos? ¿Será capaz la dirigencia de relevo,
de vencer los intereses particulares, grupalistas y los halagos del enemigo?
¿Habrá suficiente comprensión de todos los factores de apoyo del proceso, de la
necesidad de la unidad verdadera para lograr las metas superiores colectivas? Con
todo lo anterior no pretendo negar la necesidad de un alto mando revolucionario
que coordine las diferentes etapas y fases del proceso. Pero siempre tomando en
cuenta a las bases. Tengo la certeza que el pueblo chavista en su mayoría así
lo entiende. El problema está que los líderes también tengan suficiente
equilibrio y comprensión del tema. El
grato recuerdo del 12 y 13 de Abril del 2002, me dan indicios que la base si lo
comprende. Pero también debemos comprender que es necesario caminar mas allá de
lo actual, de seguir impulsando el poder popular, pero haciendo unos
correctivos urgentes, respecto a la
manera como la mayoría de los C/C, se han convertido en apéndices de burócratas
que utilizan los favores políticos para tener adeptos, incluso muchos voceros se
promocionan por la vía de esas vocerías, dejando sus actuaciones al margen del
proceso ideológico y del fortalecimiento de las bases y las comunidades
organizadas como meta final.
Venezuela
es una nación nacida para romper esquemas
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/ lo que será
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