miércoles, 26 de junio de 2013

LA OLIGARQUIA COLOMBIANA: SU MAXIMA ASPIRACIÓN ES SER COLA DE RATON




Javier Del Valle Monagas Maita (*)


      No hay duda, que las limitaciones mentales son defectos que hacen que las personas que lo padecen se comporten como unos perfectos tarugos intelectuales.  De eso dan fe la historia y sus consecuencias. De tal forma unos serviles privilegiados por conveniencias ajenas obtienen beneficios que les sirven para mantenerlos contentos y dispuestos a la vez a traicionar todo lo que les rodea.  Es la típica conducta del malinche cuya visión no se extiende más allá de sus narices y sus aspiraciones  máximas apuntan a mantener contentos a amo que los protege.
     La historia de la oligarquía colombiana es una vergonzosa relación de sometimiento a los poderes imperiales extranjeros,  desde aun antes de la independencia que Simón Bolívar le procuró al pueblo colombiano junto a las demás repúblicas del sur que conformaron el sueño del libertador y por las cuales entregó sus posesiones y hasta su vida. Aunque Francisco de Paula Santander resaltó por circunstancias de la vida, en ese triste papel. No es menos cierto que esa ha sido y es, la conducta de la casta oligárquica colombiana hasta nuestros días: entreguista, cobarde, traidora, acomplejada, enfermiza de vanidad, maltratadora del pueblo, servil del poderoso extranjero, envidiosa, y anti patria.
     Esa degradada oligarquía, para sostener su posición absurda, ha sometido al pueblo colombiano a las peores pesadillas vivenciales a las que se puede someter a un pueblo. Que pese a esa traición, no pierde su nobleza y anhelos de libertad clasista. Lo terrible de todo el drama es que esa magra casta, es sanguinaria y criminal como toda bestia servil. Hoy encontramos a una nación postrada de rodillas ante un imperio que la saquea por todas partes, que dispone de bases militares en todas partes de su territorio, que utiliza a su ejercito y su policía para masacrar campesinos, obreros, estudiantes, profesionales, sindicalistas, periodistas, etc.  Las tierras de Colombia hoy,  son arrebatadas al pueblo a sangre y fuego,  para entregárselas en bandeja de plata a las transnacionales Sion yanquis: transnacionales mineras, farmacéuticas, agrícolas, pecuarias, narco trafico, etc.  Hasta los últimos presidentes y otros funcionarios de estado, son fichas del narco terrorismo, desde Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos, senadores, altos mandos militares, servicios de inteligencia, etc.  Pero sometidos a los designios de los gobiernos de Estados Unidos.  El descaro del servilismo es tal, que incluso fuerzan al pueblo a servir a causas ajenas a sus intereses populares mediante el ejército. Participando en guerras como Afganistán. Y ahora firman un acuerdo leonino con la mayor organización militar, criminal y terrorista del mundo (OTAN), a los fines de recibir algunas limosnas a cambio de la sangre que sus soldados derramen en el mundo, inclusive en su propio suelo. Todos, absolutamente todos los gobiernos de Colombia, desde la colonia hasta hoy han estado bajo el signo de la oligarquía y siempre se han prestado para dividir la región, para servir de peones malditos a favor de los imperios a los que se les han sometido por limosnas.  No hay duda que la mediocridad malvada de esa oligarquía es tan obvia, que su mayor aspiración es servir de cola de ratón, por que ni siquiera pueden soñar con ser cabeza de roedor.  En eso se parecen a la godarria de Venezuela y a los oligarcas de Chile.
     El terrorismo y las masacres han sido los instrumentos más eficaces para que esa putrefacta oligarquía colombiana se mantenga en el poder. Solo paséense por los recientes hechos en el Tibú  
no es ninguna novedad en Colombia, las masacres de campesinos, obreros, las torturas, los cuerpos destrozados por motosierras, los falsos positivos, los cementerios clandestinos, los expedientes judiciales amañados, los secuestros, los desplazamientos forzados, las fumigaciones de pueblos y caseríos, las destrucciones de sembradíos de alimentos, las contaminaciones deliberadas de ríos y quebradas que surten de agua dulce a pueblos enteros.  
Es así, que cuando no son asesinados, son enfermados y dañados hasta sus genes, con las malditas fumigaciones, cuyas consecuencias son las de nacimiento de niños deformes y enfermos, tierras infértiles para producir alimentos,  es decir: la oligarquía colombiana odia y desprecia al pueblo colombiano, lo negoció y lo entregó a los intereses imperialistas cual si fueran mercancía.       http://tlahui.com/politic/politi00/politi10/ecu10-6.htm    el pueblo de Colombia resiste, pero la complicidad internacional del sionismo judío y su posesión militar más poderosa: USA, hace que la fuerza del mal de la oligarquía colombiana, sea muy fuerte.  Incluso la acción criminal de la oligarquía cola de ratón colombiana es tan pervertida, que apunta a hacer daño a los países vecinos de Ecuador, Venezuela y Panamá, con los llamados efectos colaterales y dañando los ríos tributarios que van a esos países desde Colombia. Amen de el trafico de droga y la violencia oficial del estado colombiano con su narco paramilitarismo terrorista avalado por USA
(*) Abogado con patria

Facebook, Javier Monagas Maita
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