lunes, 24 de junio de 2013

La patria y el hombre



Javier Del Valle Monagas Maita (*)

 
los cuatro pilares de la patria grande: Miranda, Bolivar, el Che, Chavez
       Hay posesiones en la vida que son tan personalísimas. A la vez, tan extensas y colectivas que no soportan una definición rígida.  Por ejemplo el concepto del amor, solidaridad, hermandad, libertad, patria… Son sentimientos que implican toda una forma de vida, modeladores de existencias y conductas.

       La patria: es ese amor por una identidad, un territorio, una historia, un pueblo, una vivencia, una cultura, una idiosincrasia. Es decir es un todo enmarcado en lo mejor que poseemos y compartimos.  Patria es pureza, nobleza, dignidad, coraje. Es algo tan sublime que solo el concepto de madre la puede igualar.  La patria tal como la madre se ama y se defiende en la pobreza, la riqueza, la abundancia, la escases, la sequia o la fluidez. Entonces digo que la patria está más allá del bien y el mal, pero que nos obliga a darlo todo por ella. Incluso la vida.

      Hay quienes desprecian esa valoración, pues sus anti valores los han convertidos en ególatras encerrados en sus propios intereses.  Son esos personajes los que tienen y ponen precio a todo. Son los adoradores de las riquezas fáciles y amigos de lo ajeno. En fin son todos aquellos que se ponen al servicio de los intereses mas oscuros de la vida, con tal de obtener una tajada de beneficio personal.  La historia está preñada de ellos.  No los voy a citar por ser tan insignificantes, aunque han hecho mucho daño y ocasionado mucho mal.

     No encuentro los ejemplo más representativos y elocuentes de amor a la patria que los gigantes de la historia del Abya Yala: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez,  Bernardo O’Higgins Riquelme, José Julián Martí Pérez,  Augusto Nicolás Calderón Sandino, Agustín Farabundo Martí, Fidel Alejandro Castro Ruz, Hugo Rafael Chávez Frías, entre muchos otros grandes amantes y constructores de patria.
 

     La patria no es un regalo de la vida.  Es un refugio de dignidad que se construye desde adentro del ser humano hacia afuera, que abarca todo lo señalado en el segundo párrafo y que se expande  hasta donde nuestra presencia vaya.  La patria solo podría morir cuando los que la construimos a diario,  muramos.  Pero mientras exista una sola entidad humana con sentido de patria, ésta vivirá. El patriota no es egoísta. Abre sus espacios para dar refugio a quien lo necesite. Más aun, si es pueblo, si es pobre. Si es combatiente de la vida y por la vida. Cuando tenemos patria tenemos todo lo que en ella existe.  Por eso es que la patria es contraria al egoísmo, a la gula, a la avaricia, a la injusticia, al capitalismo.  La patria es libre, soberana, independiente y protectora de sus hijos.  Decir lo contrario es negar  la patria, es otro concepto, otra idea, otro sentimiento.

     Nuestra patria tiene un himno, un escudo, una bandera.  Para poder ostentar esos gloriosos emblemas, muchos hijos debieron verter su sangre.  Por eso quizás, alguien (que no se quien fue) dijo:”la patria se defiende, no se negocia ni se entrega”  Me imagino como tendría  de henchido el corazón al decir esa noble frase.

     En Venezuela el concepto y sentimiento de patria  tiene tiempo siendo atacado. Nuestra historia y geografía patria fue en un momento  magro del pasado adeco – copeyano, sacada del sistema educativo nacional.  No fue por casualidad ni por moda, fue para matar a la patria en nuestros corazones y así podernos someter más fácilmente. Para luego despojarnos de lo demás.

     La historia nos cuenta de cómo pueblos enteros se han batido contra los invasores que pretendieron arrebatarles su patria. Incluso con la complicidad de maulas que pese a tener la nacionalidad, la desprecian. Vean la historia de la República española, allí la traición y la miseria humana de unos pocos vendió a toda una nación y la lanzó en brazos del egoísmo, la monarquía, el fascismo. Una forma de dominación aberrante y cruel.  Miren a Pablo Picasso y su obra dolida “el Guernica” o la angustia de García Lorca en sus poemas y su historia.  Todo por tener una patria.

      El presente de la patria venezolana es de ataque frontal por parte de fuerzas demoniacas capitalistas e imperialistas. Aliados con miserables traidores internos: esconden los alimentos: para quitarnos la patria, asesinan al pueblo; para quitarnos la patria, atacan los servicios básicos; para quitarnos la patria, mienten contra el país y su pueblo; para quitarnos la patria, traen para militares colombianos y centroamericanos; para quitarnos la patria, negocian con el imperio Sion yanqui; para quitarnos la patria, asesinaron a Chávez; para quitarnos la patria, sabotean la educación; para quitarnos la patria,

      Pero la patria también tiene otros enemigos muy peligrosos dentro de sus estructuras: la impunidad Judicial. Jueces que venden  y trafican las decisiones. Una fiscalía timorata y cómplice por omisión y por acción, que solo actúa y sanciona al débil jurídico y económico y se hace la ciega y sorda ante el delito de los burgueses. La corrupción de los privados que contaminan lo público. El trafico de influencias, el compadrazgo, el barraganismo, que coloca a insensatos (as) en cargos públicos para los que no están ni capacitados ni tienen vocación de servicio.

      Teniendo patria, todos los males pueden, deben ser atacados y eliminados.  Pero siempre teniendo patria.  Nuestra patria venezolana, de la que en 1998, solo quedaba casi un recuerdo y escombros derruidos. Es hoy una fuerte edificación colectiva. El arquitecto de ese renacer patriótico y digno es Hugo Rafael Chávez Frías. Por esa razón y por otras más fue asesinado por el imperio sionista yanqui.  Pero no pudieron ni podrán matarnos la patria que nos dejó “el camarita”. Con todos sus defectos y virtudes, tenemos patria
       Nuestro anhelo no es solo la patria venezolana.  Construimos y queremos realizar el sueño de Simón Bolívar y Sebastián F de Miranda, de una gran patria del sur. Y esa patria, ya vive, por que los pueblos la llevamos dentro del corazón y la conciencia.  Solo falta darle la forma definitiva. No será fácil, pero tampoco imposible… la Celac, Unasur, etc.  Son los inicios

(*) Abogado con patria

Facebook, Javier Monagas Maita
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