Javier Del Valle Monagas
Maita
Jamás podría apoyar o permitir que las
condiciones para que se detenga o se retroceda en los avances políticos,
sociales y económicos que se han conquistado hoy en Venezuela y buena parte del
sur Abya Yala. Por esa misma razón no callo, ni callaré jamás la crítica
constructiva sobre las deficiencias y desvíos que a mi entender hacen daño e
impiden la dinámica cambiante de este proceso.
Por lo tanto, debe quedar claro que estas notas no son para complacer,
menos para conspirar. Simplemente es la cuota que me corresponde aportar para
la liberación necesaria y la soberanía de mi nación o región.
Las características
de este proceso de cambio, son casi inéditas, debido a que el camino escogido
para tal fin, son diferentes a otras experiencias. Hasta se puede decir que se
han asimilado experiencias ajenas para no cometer los mismos errores y
aprovechar los aciertos.
Como es natural el liderazgo impone su visión y criterio respecto a
la dinámica de los cambios. Pero esa dirección debe ser inteligente y
zambullirse en los conceptos, opiniones e ideas de las bases, de lo contrario
el aislamiento y debilitamiento es inevitable. Lo bueno de este proceso, es que
el líder original (Hugo Chávez) logró imponer una inquietud y reconocimiento de
las mayorías a su derecho a opinar y ser escuchado, sin temor a los naturales
conflictos que esa libertad genera. Es esa misma condición la que ha impedido
un estancamiento, pese a la labor destructiva del enemigo desde afuera y desde
adentro de las estructuras de poder y de las fronteras nacionales.
Es cierto que el avance popular en lo social, económico y político ha sido muy
importante, pero en lo que se refiere a la elevación de la conciencia y en la
necesidad del reconocimiento y aporte al reconocimiento de, la auto eficiencia
y corresponsabilidad. No se ha caminado lo suficiente. Es por esa razón que los
créditos agrícolas no rinden beneficios deseados, la administración de los
fondos públicos no es eficiente y contienen mucha corrupción. Así por ejemplo,
muchos de los responsables de velar por que el pueblo reciba los alimentos
básicos a través de MERCAL, desvíen gran parte de esos productos hacia los
negociados ilícitos, en procura de fortunas y beneficios ilegítimos, sin importarles
el esfuerzo y costo para poner esos productos cerca del pueblo humilde. Incluso
hasta juegan a que se pierdan para que luego sea materia de propaganda de enemigo al que
sirven.
Eso no cambiará hasta que la mentalidad del compadrazgo y el
grupismo de poder no sean combatidos o eliminados. Por ejemplo en materia
agrícola existe un poder omnipotente por parte de Elías Jaua y todo aquel que llega o se desempeña en el medio
agrícola, desde Ministerio, INTI, CVA, etc. Debe ser acolito del “Jefe”. De tal
forma siguen los suelos improductivos, los alimentos importados, los créditos
desaparecidos y sin beneficios económicos ni materiales. Los centrales
azucareros del estado, procesando materia prima extranjera, con una plantilla
exagerada de trabajadores dependientes y acólitos del grupo, que piden mucho y
aportan poco al desarrollo productivo, técnico y eficiente (pongo como ejemplo
el central “Santa Clara” de Yaracuy), mientras la producción nacional se pierde
en el suelo, huérfana, destruida y frustrando al productor.
De la misma forma, las leyes,
los tribunales, los órganos relacionados con la justicia son ineficientes,
discriminatorios, con preferencias sociales y económicas a la hora de cumplir
sus funciones. Se siguen tarifando
decisiones, encarcelado a débiles jurídicos y liberando a poderosos
delincuentes. Las cárceles se han convertido en un negocio de unas mafias que
trafican hasta con el simple derecho a dormir en el suelo de una prisión. Los
famosos PRANES ya se han institucionalizado como un poder reconocido dentro de
las prisiones. Desde dentro de esos centros penitenciarios se dirigen
operaciones de diferentes índoles que afectan la estabilidad y seguridad del
país. Incluso muchos funcionarios que supuestamente están para velar por la
seguridad y tranquilidad ciudadana. Pasan a ser
empleados pagos de esas mafias. Esa es la razón por la cual se
encuentran desde fusiles, granadas, y otros tipos de armas dentro de esas
penitenciarias, hasta drogas, celdas hoteles, barraganas pernotando día y noche
, televisión vía satélite, teléfonos celulares y muchísimos privilegios mas.
Incluso hasta gran parte del sicariato se maneja desde detrás de las rejas.
Esos vicios y desviaciones
deben ser atacados y eliminados de raíz. El preso debe trabajar y pagar su
sustento. No se puede seguir permitiendo que las prisiones sigan siendo
negocios para unas mafias y centros de alojamientos para criminales improductivos.
No es violación a los derechos humanos poner a hacer trabajos pesados. Es, al
contrario, una manera de mantenerles sus mentes ocupadas y una forma de
represión para que no reincidan en el delito. Quienes se oponen a estas cosas
necesarias, y se escudan detrás de la manipulación de los derechos humanos,
solo son los beneficiarios del actual estado de corrupción existente. Con esas
gentes y esos criterios jamás habrá revolución, justicia social plena y
liberación del país. No es asunto de dictadura, es asunto de justicia.
Presidente Maduro, señores de la
Asamblea Nacional. Es urgente atacar estas deficiencias graves. De lo contrario
fracasaremos
(*)Abogado Con Patria
Javierdelvallemonagas@gmail.com
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2014/01/el-camino-la-revolucion-no-empieza-con.html
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Javier Monagas Maita
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