Javier Del Valle Monagas
Maita
No debe extrañar para nada la actitud de personeros tales como
María Corina Machado (La suripanta), su tío Guillermo Zuloaga, Eugenio Mendoza,
y serviles tarifados como Ramón Guillermo Aveledo, etc. Hoy los grandes
capitales, como ayer, los latifundios. Se amasaron detrás de muchas muertes de
inocentes, dolor, divisiones sembradas, saqueos, guerras convenientes, leyes
adecuadas a intereses particulares, explotación y secuestro del fruto del
trabajo ajeno.
En esta etapa del capitalismo neo liberal. Ese despojo inmoral se intensifica.
Eso es por que la misma competencia entre las elites ladronas y criminales.
Hace que se declaren entre ellas una guerra por el poder en toda su dimensión.
Ellos se enfrentan en sus guerras comerciales, militares, políticas. Pero (ojo)
son capaces de aliarse cuando se trata de impedir que las mayorías superen su
estado de opresión y marginalidad. De tal
forma, lo que ayer era derecho de las
mayorías. Es ahora arrebatado y convertido en mercancía que se debe comprar.
Por ejemplo: el acceso al agua, la medicina, la vivienda, un pedazo de tierra
para sembrar, alimentarse - El aire no lo restringen, por que aun no saben como
limitarlo para respirar -. Eran derechos, que aunque en precariedad. Los
gobiernos estaban obligados a garantizar a los pueblo. Hoy con nuevas
legislaciones, ya no es más así. Por eso vemos los dramas en países como España, Estados Unidos, entre muchos
otros. En los cuales los mendigos ya no pueden ni siquiera hurgar en la basura
para buscar un mendrugo de pan. O menos aun el pueblo común, habitar en
viviendas normales. Incluso, ni siquiera pernoctar en parques, aceras, etc.
Pero lo mas grave es que se fuerza a una gran cantidad de ciudadanos a vivir en
la indigencia al ser despojados de sus propiedades, pensiones y empleos. Con la
pena de no poder protestar.
La violencia importada en Venezuela hoy por los sectores que son alimentados,
pagados y protegidos por el gobierno sionista de Estados Unidos, España,
Inglaterra, Francia, etc. Y de cuya ejecución se encargan internamente, los y
las Marias Corinas Machados, Leopoldos Lopez, Eugenios Mendosas, Henriques
Capriles. Persigue como fin, despojar al
pueblo de todos los beneficios económicos, políticos y sociales adquiridos en
estos quince años. Pues esos derechos de
hoy. Son sustentados con los dineros de la nación, que antes se robaban esas elites y les servían para sostener
privilegios grotescos, vicios y perversiones. Mismos, que por acción de
justicia revolucionaria, les fue quitado por Hugo Chávez Frías y el proceso
Bolivariano. Noten que la solidaridad
criminal de las elites está a la orden
del día: Desde USA, el gobierno envía grandes sumas de dinero para comprar
activistas e inconsciencias. Proporciona logística de inteligencia y planes de
ataques, muerte y agresión. Desde Colombia se envían paramilitares asesinos, probados y
adiestrados en el genocidio que allí se comete contra la población pobre desde
sus inicios de historia republicana. Desde Israel, los macabros y sádicos planes
de terrorismo. Desde Panamá, la mentira
mediática en forma de arma de agresión
en consonancia con el aparataje de desinformación y disociación sicótica
del imperio Sion yanqui a nivel global. Pero desde cualquier región o país
donde gobiernan seudos empresarios o políticos
del sistema. Se conspira contra el pueblo venezolano, su revolución y su
gobierno.
El objetivo final es impedir que el pueblo retenga sus reivindicaciones y que no
sirva más de ejemplo a otros pueblos. Por esos motivos, se destruyó Libia, se
asesinó a Gadafi, se ataca y destruye a Siria.
Por esas y muchas otras
razones, es que en el pueblo Venezolano estamos obligados a vencer.
Afortunadamente no estamos solos. Contamos con la solidaridad y apoyo de otros
pueblos y sus gobiernos y con la fortaleza de conciencia de saber que tenemos
patria libre, soberana e independiente. Nuestra fortaleza radica en el digno
ejemplo del líder revolucionario Hugo Chávez y en la comprensión de nuestra
responsabilidad colectiva por defender nuestros derechos y el de los demás
pueblos que también luchan por su liberación. Sabemos y entendemos de la
necesidad de la unión popular y disciplina para la victoria. Tenemos conciencia
del poder del enemigo. Pero más aun, tenemos comprensión infinita de nuestras
capacidades de lucha y del por que. A cada día que pasa nos fortalecemos en la
idea de un mejor destino colectivo como pueblo y de la necesidad de apoyar a
los demás pueblos hermanos en sus cruzadas. No tenemos miedo al enemigo. Ya lo
conocemos, sabemos de sus capacidades y maldades. Pero conocemos sus
debilidades. No caeremos en su juego. La batalla será en el terreno que más nos
convenga a nuestras necesidades y armas. No en el terreno y momento que ellos
quieran. Mientras nos fortalecemos, ellos se debilitan. No necesitamos de
ellos, ellos si necesitan de lo que tenemos y no se los vamos a entregar. Por
cada caído de nuestras filas, más fuerte será nuestra convicción y conciencia.
Conciencia, conciencia. He allí nuestra clave.
Ave, fortis Chaves Village
(*)Abogado Con Patria
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Javier Monagas Maita
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