miércoles, 29 de julio de 2015

¿SON HUMANOS?


Javier Del Valle Monagas Maita


       Tengo entendido que la palabra humanidad implica respeto, comprensión, amor, protección y preservación de todo lo que contribuya a la eficiencia y existencia y preservación de la naturaleza. Pero dada la conducta generalizada, habría que re definir ese concepto y darle una connotación diabólica, según nuestra historia.
      Los seres humanos no somos dueños de nada. Simplemente somos una especie más dentro del universo animal natural. Si es cierto que todos los seres vivos estamos dotados de un instinto de supervivencia, también es cierto que la única especie que asesina a su especie y otras, incluso a la misma natura, para acumular falsas riquezas y satisfacer enfermizas vanidades es nuestra especie humana.  Por lo que me atrevo a decir que somos unos intrusos malignos dentro del orden natural.  Por eso vamos de guerra en guerra, de destrucción en destrucción, de masacres en masacres, de exterminios en exterminios.
      La madre natura dotó a su arsenal de existencia, variedades de razas. No para que nos exterminemos o para que nos esclavicemos, si no para que comprendamos que la diversidad es un factor de amor y de unión, y que debemos respetar ese orden para tener armonía y paz.
      Es mentira esa predica maligna de que las guerras sirven para desarrollar las capacidades creativas de los seres humanos. Nuestra capacidad de creación es un resorte implícito en nuestra esencia que nos hace ser inconformes con lo que sabemos y nos obliga a la investigación permanente para saber que somos, de que somos y para que somos, y por que estamos en este mundo. Pero para encontrar eso no es necesaria la violencia y exterminio de unos contra otros. Asumimos esa actitud de desprecio al semejante, por que es una enfermedad de la que no nos queremos curar.

       El ser humano puro, sufre el dolor del semejante y de los otros animales. Siente la angustia ajena y desprecia el hambre y la sed del semejante y de los otros animales. Desprecia la destrucción de los suelos, las aguas y los bosques. La carnicería masiva contra animales, personas, bosques, suelos y fuentes de agua, no es propia de los que aman la vida.

      Los asesinos enfermos se inventaron religiones, dioses, drogas, vicios, sistemas políticos, monedas, que disfrazaron de buenos y beneficiosos, pero que en la practica solo generan muerte, sangre, sudor y lagrimas de inocentes. 
      Las maldades de los malos, se tratan de ocultar detrás de mascaras de bondad y, con campañas masivas mediáticas que ponen paños de oscuras mentiras sobre los dolorosos sufrimiento reales: masacres de ballenas, de pingüinos, de amínales de la selva, de niños, mujeres, ancianos, campesinos, obreros. Destrucción de bosques para construir lujosas mansiones donde hacer francachelas que preñan incautas e incautos con drogas, prostitución, sangre, dolor, pobreza, miseria, esclavitud y humillación.
      Se han desarrollado grandes adelantos tecnológicos. Pero su fin no es para bienestar común de la vida, incluso de la madre natura. Esos adelantos tecno-científicos son usados para someter a la vida y a la naturaleza. Con el uso de su poder juegan a ser dioses. Copias reales de esos mamotretos inventados por sus malditas religiones y que con las mascara de divinidades bondadosas imponen esclavitud, servilismo y castración de raciocinio.
       Se busca vida extra terrestre, pero paradójicamente se asesinan a los seres vivientes  de este planeta, que les impiden vivir en este planeta, asesinan a las fuentes generadoras de la posibilidad de sostener a la vida.  Hacen comercio con las masacres y se venden como adalides del progreso humano y del bienestar social, mas el egoísmo de sus acciones les hace ser indiferentes a sufrimiento que generan.

      Millones de seres mueren a diario de hambre y sed. Más, aun así, se bota la comida para mantener un precio que les rinda dividendos. Millones de hectáreas de bosques son devorados para hacer urbanizaciones donde la gente va a agonizar.  Los animales son envenenados con los químicos que vierten en la tierra, el aire y las aguas. Procurando obtener metales que de nada sirven, pero que son sus dioses reales de adoración y estrasnochos.  Se inventaron sectas, religiones, cofradías, desde católicos, judíos, rosacruces, evangélicos, mafias, masones, hermandades. Pero todas con cúpulas de malditos ambiciosos que pretenden ser los salvadores y que en realidad son destructores, engañadores, miserables enfermos con ansias de poder y de figuración, con los que tratan de ocultar sus inferioridades internas.

       Impusieron discriminaciones, exclusiones, racismos y sometimiento hacia lo que originalmente debían amar.  Todos contra todos. Más, las mayorías. Siendo ajenas a semejante barbaridad, por miedo, ignorancia o  descuido permanecen en la oscurana intelectual. Haciendo el juego a los despreciables  enfermos avaros y egoístas criminales. Pero todos rezan, van a templos, tienen símbolos, cruces, compás, escuadras, hogueras, kipá.  Cada cual erigiéndose en elegidos de la nada. Asignándose un destino manifiesto estúpido y demoniaco. Pretendiéndose dueños del todo y ni siquiera se poseen ellos mismos en sus ignorancias y en sus maldades sin sentido.  Solo son lacras dependientes de drogas mentales y físicas, cuya mediocridad los hace peligrosos y despreciables.

http://planetaenpeligro.blogspot.com/2015/07/son-humanos.html 
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