Javier
Del Valle Monagas Maita
A mi entender, esta constituyente es el último cartucho que le
queda a la revolución para sobrevivir venciendo la corrupción y la inoperancia
No cabe duda que una de las más poderosas
armas con que cuenta el capitalismo es la corrupción. No es cierto eso de que
es desde el Estado que se propaga esa malévola practica perversa de la corrupción.
Es al contrario, es el sector llamado empresarial capitalista y explotador, el
que induce a los débiles morales alojados dentro de la administración pública para
que les favorezcan. Pongo como ejemplo el
reciente hecho de Odebrecht. Donde destaca
claramente que fue esa empresa privada,
la que soborno a los inmorales enamorados de la riqueza fácil, alojados en los
distintos gobiernos.
¿Quién puede negar que parte de las causas
para la caída inducida del experimento soviético, fue la corrupción que desde
la meca macabra del capitalismo (Estados Unidos) y sus lacayos europeos? Solo alguien
que desconozca esa realidad lo podría negar.
El burocratismo, es precisamente el elemento
obstruccionista más usado ´para que la corrupción sea fértil. Y es allí
precisamente donde el enemigo se afinca. Promoviendo la falta de respuesta oportuna en que se generan las grandes trabas que desesperan a los usuarios que necesitan
solventar asuntos oficiales y personales de interés particular., cayendo en su
desespero en las garras de las mafias gestoras cómplices de los corruptos pagando
cantidades de dinero, que superan el grandes proporciones a las legalmente establecidas.
A mi entender, esta constituyente es el último
cartucho que le queda a la revolución para sobrevivir. Voy más allá: para
salvar a Venezuela. De no ser por la corrupción
inducida por el capitalismo no tuvieran tanta
fuerza los bachaqueros, los empresarios que desvían las producciones de
alimentos, bienes y servicios, los represan y los distribuyen a los ladrones que
inflan los precios a su conveniencia. Los que hacen del contrabando de extracción
un negocio más lucrativo que el narco tráfico.
Si no se legisla para imponer penas muy
duras a la corrupción, no se lograra reventar la espina dorsal de la corrupción,
si no se controlan y sancionan fuertemente a los burócratas obstruccionistas y
cobradores de peaje, si no se castiga con fuerza al capital corrupto y
corruptor, no habrá revolución que defender, si no se hacen cumplir las leyes,
no tendremos patria, ni siquiera una nacionalidad donde refugiarnos y para identificarnos. Para que las tropas enemigas intervengan en
cualquier país, lo primero que hacen las mafia capitalistas, es demoler la
moral y la ética de esos países y créanme, en eso de corrupción, mafias y
organizaciones criminales el sionismo capitalista tiene mucha experiencia, al
punto de inventar un fraude llamado holocausto, sobre el que cabalgaron para
forzar sanguinariamente la creación de un estado mafioso judío llamado Israel,
basado en un viejo y sanguinario mito religioso.
Dentro de sus primeros pasos, la nueva Asamblea
Nacional Constituyente es crear una oficina de recepción de denuncias
sustentadas sobre corrupción, incluso de
sus miembros. Debe haber respuesta rápida
y oportuna. Se deben atacar los vicios y
violaciones de la norma desde los más grandes, hasta los más pequeños, desde el
robo de millones, sobornos para obtener contratos, hasta pasarse una luz roja
de semáforo.
Una revolución es para revolucionar, no para
permanecer estáticos y atrofiados
sosteniendo un estado también atrofiado, con reumatismo y robotizado. Si es necesario pedirle sacrificios al
pueblo, para darle en la cerviz al enemigo Sion capitalista, habrá que hacerlo.
Pero con la garantía de que ese sacrificio represente nuevas etapas que conducirán
a un bienestar próximo futuro garantizado. Todas esas empresas norteamericanas,
europeas y nacionales que se prestan para vejar al pueblo y expoliarlos deben
cesar sus actividades en nuestra patria, deben ser expulsadas las extranjeras y
expropiadas las nacionales, debemos aprovechar el auge creativo del pueblo en la
elaboración de productos, creación de bienes y, servicios para impulsarlas y
crear nuevas alternativas sanas de distribución masiva de esos bienes y
servicios para que cumplan su función social legitima, sin el anti espíritu de
estafa y depredación capitalista.
Miren este ejemplo: En san Felipe-Yaracuy,
existe una planta de llenado de cilindros domésticos de gas licuado del estado
venezolano. Las empresas privadas y la del PDVSA gas, de distribución de esos
cilindros, aplican operación morrocoy, desvían los cilindros llenos a mafias de
ladrones explotadores, que luego cobran hasta cien veces más el precio del esos cilindros. Haciéndole así un grave daño al pueblo y a la
revolución. Inducen a la violación de la ley sobre el uso y manejo de esos
cilindros por personas inexpertas, y trasladadas en vehículos no aptos para tal
fin, arriesgando así, la vida de los desesperados usuarios. La solución a tan
grave problema no es tan difícil, pero a organismos o quienes compete poner
orden son cómplices o activos o pasivos y se hacen los desentendidos. Así la gobernación
del estado, la alcaldía, la empresa PDVSA, no se dan por enterados de tan grave
asunto ¿Qué tan difícil es recolectar cilindros, llenarlos y distribuirlos a
los interesados al costo legal? ¿Por qué si ese problema se presentó de la
noche a la mañana, no se aplican los correctivos de ley oportunamente, con sus
respectivas sanciones? Todo es cuestión de querer. Si se quiere, se puede. Por falta de pueblo y
de apoyo no es ¿Entonces qué es lo que hace falta?
VENCEREMOS!
*Abogado con Patria
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