Javier Del Valle Monagas Maita
Quien le de la
gana créalo
Cuando
mi madre murió, en el hospital de
algodonal, en Antimano, producto de una
descalcificación y una complicación cardiaca.
En el preciso momento de su fallecimiento, los vidrios de la sala de
hospitalización tronaron como cuando se golpean con piedra muy fuerte. Luego cuando fui a mi casa en los Frailes de
Catia, para asuntos personales, y preparativos para el sepelio, junto a mi
hermana Omaira. Sobre una
fotocopiadora Xerox, que tenia en el lugar para reparación, tan pronto
entramos, una pequeña ave ( Reinita), se posó sobre el aparato y empezó a
trinar alegremente y a danzar sobre la maquina - Primera vez en más de treinta años que eso pasa viviendo
allí – sentí un impulso, busqué arroz y le puse sobre el aparato. Luego fui al baño y mi hermana fue a
organizar su ropa a su cuarto. En avecilla, recorrió toda la casa trinando, no
comió del arroz. Cuando ya estuvimos listos para partir a lo concerniente. La
avecilla voló sobre nosotros cerca de la puerta a la salida en círculo mediano,
y desapareció fugazmente. Transcurrieron
aproximadamente 40 minutos entre entrada y salida de la casa, hasta que el ave
se volara
Anteriormente, un hermano (Roberto Monagas) que falleció por leucemia. Por razones de costumbre y petición de los
familiares, lo velamos en casa (la misma casa de la narración anterior). Debo
decir sin exagerar que mi hermano era una persona muy tranquila, familiar y de
buena conducta social.
Cuando
llegó su féretro a la casa, un perro se introdujo en la misma, se echó cerca de
la puerta hacia la pared. Curiosamente sentí el mismo impulso de darle de
comer, y aunque algunos pidieron lo echaran, me opuse y le coloque algo de
comer en un platico viejo. El animalito no comió, permaneció toda la noche en
vela cerca de la puerta y del féretro. Cuando al otro día como a las diez de la
mañana, se sacaría la urna para ir al cementerio general del sur. El animalito se paró, acompaño el cortejo
hasta una esquina de distancia aproximada de 8 metros de la puerta de la casa
de forma igual de fugaz como lo del pajarito antes señalado, desapareció.
Esto lo
digo, para que aquellos imbéciles sin sentido ni capacidad de comprensión o
raciocinio, se deleiten en burlas, o
traten de pensar. Si es que pueden.
No soy
creyente religioso, desprecio las religiones y las iglesias estafadoras,
pero se entender que hay fuerzas
poderosas más allá de nuestra pobre y
limitada capacidad de comprensión de la naturaleza en general. Tampoco creo en
dioses ni pueblos elegidos, igual que no creo en discriminación ni
racismo. Pero lo narrado lo viví en
pleno uso de razón y conciencia. No pretendo convencer a nadie. Simplemente doy
mi testimonio: MADURO DICE LA VERDAD.
Yo le creo. Haya los demás. Ojo,
no soy fanático, soy consciente y critico
Planetaenpeligro/ lo que será
Facebook. Javier monagas Maita
No hay comentarios:
Publicar un comentario