Javier Del
Valle Monagas Maita(*)
Corrían los
años sesenta. Días muy duros para el
común del pueblo: Represión, persecución, prisión sin juicios, redadas
policiales, cárcel hasta por hacer deportes en las calles de Caracas, por no
existir canchas deportivas ni espacios apropiados. Ser joven, ser moreno o
negrito, ser estudiante, ser pobre, ser de un barrio era un delito condenado
sin juicio previo. Mediante la ley de vagos y maleantes. Se adquiría un pasaje
a las colonias penales del dorado sin más pasaporte que la decisión de un
prefecto o cualquier funcionario adeco o copeyano.
Eran días en los cuales la única
esperanza o alternativa a los vicios inducidos en nuestros barrio era o la de
arriesgarse a estudiar, o ser parte de
una célula o comité de base del PCV.
Eran días en los cuales pretender mejorar las cosas se podía pagar con
la vida, en una prisión torturado y
desaparecido después. Eran días en los cuales arriesgando nuestros pellejos
hacíamos pintas o manifestaciones de calle gritando con pesar “camarada tu
muerte será vengada” una escena que se repetía una, y otra, y otra vez cada vez
que un camarada o amigo caía por las balas del pacto de punto fijo. Hasta la saciedad. Lo cierto es que nuestros
mártires. Muertos quedaban y en la impunidad, pese a saber quien o quienes eran
los autores materiales e intelectuales. Nada pasaba, excepto más represión
popular.
Una vez obtenido el gobierno en 1998,
esos mártires siguen sin ser vengados. Aunque sus memorias son resaltadas. Los
autores de sus asesinatos habitan en impunidad y muchos hasta en exilios
dorados. Es más, pese a ser gobierno, no
tenemos el poder. Y es por esa razón que los mártires del golpe de estado 2002 - 2003,
están sin ser vengados, pese a que existen documentos fílmicos y
escritos que delatan a sus asesinos. Como
conocidos son quienes asesinaron a Danilo Anderson y están libres.
En el colmo de esa impunidad, muchos
asesinos fueron perdonados. Sin consultar
a sus dolientes. Pese a eso, han reincidido y producido más muertes y seguimos
con más impunidad y los camaradas caídos acompañados por nuestra eterna prédica
“tu muerte será vengada”. Nuestros
deudos enterrados y, sus victimarios
desfrutando de las bonanzas que el gobierno procura para los venezolanos. Compran apartamentos lujosos
en USA, en Miami, Nueva York, Madrid. Pero engruesan sus fortunas con negocios
y traiciones que comprometen a nuestra nación. Aquí mismito.
Hoy un agente del sionismo internacional
sanguinario – que quiso ser presidente. ya antes perdonado -, y opresor,
sin ningún reparo usó el espacio radioeléctrico nacional para llamar a
la guerra. Su calculada acción ha
producido más de 8 victimas fatales, centenas de heridos, millones de Bs en
perdidas materiales, públicos y
privados. Todo por que no puede acceder al poder con consentimiento
popular. Quieren acceder al poder, tan
solo para desvalijar a la nación y entregar sus riquezas a los poderes
sionistas internacionales que van desvalijando pueblos por el mundo y
masacrando a sus habitantes.
Es el momento de tomar el poder. Ya
tenemos el gobierno. La justicia debe actuar sin dilación, ni contemplación. Lo
privilegios y los favores deben cesar. Los delincuentes genocidas, deben recibir todo el peso de la
ley. Mientras más poder tuvieran y lo utilizaren para delinquir, mayor debe ser
la sanción.
El pueblo revolucionario pierde la
paciencia. Nos asesinan, nos atacan, nos acosan, destruyen nuestras
instituciones, bienes particulares y públicos. Nada pasa. ¡Basta de impunidad!
No nos sigan pidiendo paciencia y paz, mientras nos diezman y los asesinos
siguen libres. No solamente los asesinos materiales, si no los intelectuales.
Esos asesinos intelectuales que se escudan en los medios de comunicación para
imponer sus matrices y maldades, para acusar a otros de sus delitos, para enfermar
la mente y salud del pueblo. Mientras
hacen negocios muy lucrativos. Ya no nos
pidan paciencia, calma, o paz. Si las instituciones gubernamentales no
funcionan y dan castigo al VIOLADOR ASESINO,
entonces es el momento de hacer
justicia por otros métodos. No queremos más retoricas, queremos acciones concretas.
Empecemos por favor
a vengar a nuestros mártires
No
queremos esa venganza enfermiza y sanguinaria. No, queremos la aplicación
de justicia. Sentir que nuestros hermanos y camaradas no cayeron en
vano, que su memoria es un digno ejemplo que nos recuerda lo necesario del
sacrificio por el bien común, pero con justicia, sin privilegios ni
concesiones. Ellos y sus deudos deben saber que los amamos y respetamos por su
sacrificio.
Que estas muertes recientes no pasen a
engrosar la larga lista de olvidados y recordados a medias. Hagamos de Éllos,
estatuas ideológicas vivas de justicia en
nuestras conciencias y corazones. Así tendremos por fin paz.
(*)Abogado Chavista - Revolucionario
Planetaenpeligro /
lo que será
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