Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Clase media cara de olla aporreada, sirviendo a su enemigo |
Cuando se habla de las
generalidades, es lógico suponer excepciones.
Pero en términos de masas, la mayoría es referencia. Así la clase media;
ese sector de la sociedad fracturada. La que junto a la clase burguesa, es la
que posee mayor facilidad y acceso a bienes y servicios. Sobre todo a la educación, es a la vez la más torpe, la mediatizada, la más sometida al esclavismo
mediático y consumista. La que es alimentada degenerativamente hasta
convertirla en una gran masa de acomplejados materialista e hipócritas
explotados por la burguesía, y explotadores de los pobres a la vez. Esa clase media es el factor que basando su
vida en una vana esperanza de ser igual a sus explotadores manipuladores y
pretendiéndose distanciar de sus hermanos del pueblo común, se contrapone a los
pobres o la mal llamada clase baja, de la sociedad en sus luchas por la
liberación contra el capitalismo y el neo esclavismo.
En Venezuela, esa clase media se olvidó rápidamente de cómo el
capitalismo gobernante hasta el año 1999, en una Venezuela regentada por
gobiernos de derecha pro yanquis, les estaban arrebatando todas sus comodidades,
derechos, ventajas económicas, sociales y políticas. Perdieron la memoria de cómo los dejaron sin
patria, sin soberanía, sin sus pequeñas empresas, sin sus negocitos familiares
y de cómo los burlaron creándoles una prosperidad ficticia, en base al
endeudamiento ilegal del país, para luego ser embargados y privatizados todos
los bienes de la república por capitales foráneos que se apoderaron de las
empresas básicas del país, a precios de gallina flaca. Mientras esa clase media
torpe, hubo de pagar por más costos los servicios, empeorados en calidad en
manos de las transnacionales imperialistas, trasladando a la ves esos pesados
costos e impuestos al sector mas débil económicamente: el pueblo. Al cual
obligaron a pagar las deudas de los empresarios maulas y estafadores
politiqueros, cuando el borracho Jaime Lusinchi decidió por instrucciones
yanquis, que el estado asumiera la deuda privada de los ladrones empresarios
estafadores.
Se olvidó esa clase media estúpida, entorpecida mentalmente, castrada de
raciocinio y ensalzada en transculturización, de cómo el pueblo se vio forzado
a reaccionar aquel fatídico 27, 28, 29 de Febrero de 1989 y días subsiguientes,
ante el dantesco panorama empobrecedor al que le sometieron y de la cual,
también esa clase media enceguecida, obtuvo su cuota de dolor y
sacrificio. Fue esa clase media
manipulada la que se volvió en los años anteriores, inducida por la maquinaria
consumista del capitalismo, hacia los mercados de Miami, Nueva York y Europa a
comprar basuras inútiles con dólares prestados, dando origen a aquella frase
identificativa del “ta’ barato, dame dos”, con la que la estigmatizaron los que
la explotaron.
La desmemoria de hoy, hace que esa clase media se vuelva contra quien
les reivindicó. Yo los veo a cada
momento en muchos sitios públicos y privados, a cualquier hora, disfrutado de
las bondades y pertenencias que poseen gracias al apoyo e impulso de la
revolución bolivariana. Pero aun así, se alían con los que en el pasado los empobrecieron
y les quitaron sus logros sociales (cosa de enfermedad siquiátrica).
Si Ud. Logra establecer una conversación con uno de los tantos bobos de
la clase media. Podrá sentir y escuchar solo banalidades y aspiraciones pre
instituidas por medios externos en sus cerebros. Casi que rezan las cuñas de las bondades
inducidas por los medios de des-comunicación. Sobre las bondades de emigrar,
vivir y copiar el modelo de vida Sion yanqui.
Muchos de esos estúpidos programados se van a USA. Pero, pese a los
insultos, racismos, discriminaciones, negación de oportunidades de vida digna,
dicen estar mejor que en su país, a pesar de ser profesionales universitarios,
teniendo que lavar platos, limpiar baños o servir de sirvientes a los gringos o
europeos en lugares denigrantes. Incluso, muchos. Teniendo un ritmo de vida
holgado en Venezuela; roban y estafan para obtener dinero e irse a refugiar
luego en USA. Para luego ser ciudadanos de segunda o de tercera. Algunos logran entender el engaño. Pero
generalmente lo hacen muy tarde, cuando ya el daño es grande y sus secuelas muy
pesadas. Existen familias que se desintegran, al punto de sus hijas e hijos
caer en la droga, la prostitución y otros vicios malignos propios del
capitalismo made in USA.
Tengo por vecinos, algunos profesionales de la educación, que antes del
proceso Bolivariano, Vivian apretados, restringiéndose de muchas cosas
necesarias, para poder subsistir, muchos jubilados que llevaban años esperando
sus pagos y no les llegaban nunca, a menos que fueran adecos o copeyanos y con
padrinos. Pero al llegar la revolución,
en su mayoría fueron reivindicados. Teniendo la oportunidad luego de mejorar
sus viviendas, comprar un auto nuevo, vacacionar, vestir y comer mejor. Lastimosamente también veo a esos semi
andrajosos de la cuarta república, y bien alimentados hoy. Salir a batir las
cacerolas compradas con los pagos de la revolución. Defendiendo el supuesto
triunfo de un inútil burgués mentiroso, drogadicto, pervertido sexual y que es
parte de la mafia capitalista que en el pasado los empobreció.
Los veo. Los escucho. ACUSAR AL GOBIERNO que se ocupa por primera vez en nuestra historia patria de
llevarles el pan a su mesa. De ser
culpable de la especulación y robo que sus conclases empresarios y comerciantes
estafadores cometen. Incluso se ven escenas tan enfermizas,
propias de esa clase media. Como que un representante del estado intervenga un
mercado por especulación y cobro de sobre precios, y la victima del estafador se ponga a defender
a quien la roba descaradamente, y hasta agreda a quien defiende sus
intereses. He allí el mayor signo de
disociación sicótica, a la cual el capitalismo Sion yanqui ha sometido a la
clase media. Es tan así: que estando
ellos más cercanos a los intereses de los pobres. Se identifican y defienden
los de los que les someten y vejan.
Hoy piden y exigen el cese de las
divisiones sociales. Siendo que son ellos mismos los que inciden y promueven
tal cosa, inducidos por factores externos a su idiosincrasia. Esa clase media
enferma, es racista, violenta, agresiva, sectarista, discriminatoria. Pero en
su disociación, acusa a los que se defienden de su enfermedad, de ser
violentos. Para ejemplo están todos los acontecimientos golpistas desde 1998
hasta hoy, en los cuales las victimas mortales son del pueblo chavista. Las marchas convocadas y promovidas por sus
líderes pagados desde USA, y cuyos intereses foráneos defienden. No hay dudas: la clase media venezolana y la
de otros países del área, es una clase social desfasada, disociada,
intervenida, manipulada y desquiciada, esclavizada y sometida por la maldad
capitalista exterior madre o el imperio Sion yanqui. Afortunadamente de su seno también salen los
elementos humanos que enfrentan esa criminal agresión sicótica, que unidas al pueblo
batallan por la verdad y la justicia social…
En toda esta trama renovada a partir del año 1992: la culpa positiva es
de Chávez y siempre le agradeceremos y
recordaremos con honor, amor y coraje.
(*) Abogado con patria
Facebook, Javier Monagas Maita
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