Javier
Del Valle Monagas Maita
Dice un titular de un diario
de circulación en Yaracuy: “79% de los delitos de hurto y robo, quedan libres” sin castigo, sus autores sin ninguna
restricción. Así como en Yaracuy, esa es la constante en Venezuela. La impunidad sirve de caldo de cultivo para
que diariamente, el crimen organizado tome fuerza y capte nuevos delincuentes
para su ejercito. Las excusas son
múltiples para tratar de justificar esos delitos, como su impunidad.
Los derechos humanos, son la gran farsa para impedir que el ladrón,
asuma su responsabilidad. Mientras los
derechos del agredido se quedan sin ninguna protección. Tal es el caso que el 75% de los delincuentes
vuelven a reincidir y nuevamente son puestos en las calles por culpa de
decisiones absurdas y que sirven para alimentar
la perversión del hampón que al
sentir que no tiene sanción, entonces, asume posiciones de agresión y delito
mas duras y hasta sangrientas, en contra
del desdichado que tiene la mala suerte de convertirse en victima.
Al igual que la mayoría de
los venezolanos, vemos y conocemos a rateros que empiezan violentando una
puerta, una reja y llevándose de una vivienda o de un sembradío, lo que con sacrificio han adquirido o hecho otras personas. Pero
por impunidad y mala concepción de esos malayos derechos humanos, por la mala
praxis jurídica, siguen en las calles reincidiendo una y otra y otra vez, al
punto de tener prontuarios extensos que hasta les sirven a los delincuentes
como aval de hazañas ante sus iguales.
Las cárceles están saturadas, sobre pobladas. Ese pretexto es una de las razones para que
no haya justicia. Pero todos sabemos,
que también la impunidad es un pingüe negocio para muchos bufetes de abogados,
jefes y medianas autoridades policiales.
Ciertamente hay personas que actuando en legitima defensa están en
prisión simplemente por que los retorcidos mafiosos del poder judicial, les
conviene esa injusticia. Pero también es el caso de asesinos con
varios muertos a cuesta, andan por las
calles cometiendo nuevos delitos,
incluso para completar el dinero para
pagar el favor de algunos jueces, fiscales, abogados, alguaciles y
secretarios de juzgados (No son todos,
pero si muchos), que graciosamente les conceden la libertad basados en pingues
formalidades absurdas de expedientes mal elaborados o lapsos deliberadamente
omitidos para tal fin, entre otras coimas.
Estoy claro que todo
esto obedece al plan mayor de agresión y acoso al gobierno y pueblo de
Venezuela. Pero también estoy consciente
que la corrupción judicial y policial, no es de ahora y que si se ha
magnificado y reforzado para imponer los intereses del Crimen Organizado
mundial Sionista, se les debe también dar una respuesta contundente y efectiva:
No se hace revolución con el enemigo
adentro de las instancias del poder revolucionario.
Es necesario
imponer la obligación al delincuente de tener que pagar su comida, ropa y
encierro. Eso lo tienen que pagar
obligatoriamente con trabajo, forzado o no, según su condición y delito. Pero deben cancelar sus gastos. El estado no
tiene por que cargar con parásitos
dañinos al país ¿excepciones? Tal vez haya, pero solo serán eso: Excepciones puntuales.
Más nada.
¿Por qué no se hace
contraloría de los bienes y fortunas de jueces y demás funcionarios ligados a
la justicia? No es justificable que con unos sueldos normales para tales
funciones, muchos de ellos tengan un ritmo de vida propio de magnates y cuentas
bancarias abultadas. Eso no es lógico. Una revolución seria, no acepta esas
incongruencias.
¡VENCEREMOS!
*Abogado
con Patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2017/03/delitos-de-hurto-menores-su-impunidad.html
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Es un tema polémico, sus raíces se hunden en la historia humana, y se trata de cómo al sol de hoy, los valores se han trastocado, pervertido el sentido, inoperante la lógica, la razón extraviada, los controles en manos de ignorantes, que extasiados ante las sombras, buscan como escudo una viveza tantas veces cuestionada, que se aplica contra la razón. Nótese ese extraño fenómeno emergente que se repite en la simple escogencia de controvertidos líderes de papel; personajes poco fieles y opuestos a quienes deben servir y no servirse de la política. Los colocan al frente de los gobiernos, con sus imposturas que operan entre el estiércol, contaminando todo a su paso. El fenómeno social político económico venezolano, apoyado en las vetustas instituciones de un Estado atrofiado, con sus bisagras oxidadas, no permiten los cambios necesarios. Como cascarones vacíos, nidos de reptiles, actuando insensibles ante el padecimiento ajeno, se sirven y manejan a la nación, como el que más, aprovechando las circunstancias y que cada uno trate de no sucumbir frente a esta realidad creada en tránsito alocado, que solo va en pos de satisfacer el ego. La persona, más que neurótica, busca el resuelve en una rutina del sálvese quien pueda. Están los que son y son los que están, lo demás, pura retórica. Lo tiempos que corren indican que llegamos al final de un tiempo y cierre de una era. Lo que está por verse es preludio de la apertura hacia nuevos horizontes, que debemos recorrer a conciencia plena y absoluta. De cada uno depende, del punto y círculo, desde el ojo del huracán observando los torbellinos.
ResponderEliminarSu apreciacion es muy acertada. Pero nopor antigua perdicion, debemos dejar de combatirla
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