Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Son muchas las preguntas que me remiten los amigos, camaradas, hermanos, y enemigos, respecto a las designaciones de los presidentes de Colombia y Chile, como presidentes de la UNASUR y el CELAC. Siendo esos los países más entreguistas y con presidentes tan bajos como lo peor; en cuyos suelos la juventud se bate hoy contra la represión sanguinaria y desproporcional, para preservar el sagrado derecho universal a la educación gratuita y de calidad, por el derecho a la vivienda, a un empleo digno y a una más justa repartición de las riquezas… Ciertamente que a mi también me desconcertó que sean precisamente los representantes mas serviles que tiene el imperio en la región, y que sean casualmente, los que tienen tratado de libre comercio con el imperio sanguinario; los designados como cabezas de representación de dos cosas tan importantes para la liberación e independencia de la región.
Como en la vida se aprende a buscar el por que de cada cosa. No me precipito primero y no hago conclusiones a priori. En mi cavilación, pienso que es una prueba inicial a esos eslabones débiles de la cadena, que por la misma condición de ser presidentes representantes de unas oligarquías rancias, traidoras y entreguistas, de sus países y contrarias a sus pueblos. Se les calibre en las condiciones actuales, que no representan una situación de emergencia, que revista una peligrosidad urgente, pero que requieren de un manejo autónomo de las decisiones y acciones que se deben tomar.
Otra cosa sería:
Empiezo por aclararme lo que puede ser el leiv motiv, para semejante designación. Uno: se equivocaron y olvidaron el pasado de estos dos personajes Terroríficos. Dos: no hubo tiempo de analizar los pros y los contras cuando los propusieron y por lo tanto nombraron a los primeros que se ofrecieron. Tres: hubo complicidad y presión oculta del imperio, e impusieron a los dos macabros agentes del sionismo imperialista, a los fines de volver a hacer lo que se hizo en la convocatoria del congreso anfictiónico de Panamá… Cuarto: lo que expreso en el párrafo anterior. Quinto: no hay un interés colectivo firme en que esta organización plante resistencia al imperialismo sionista yanqui. Sexto: es una jugada estratégica para confundir al enemigo y para demostrar fortaleza organizativa, más allá de las diferencias ideológicas y políticas.
En todo caso, la responsabilidad ahora no radica solamente en los gobiernos de turno de los países. Es el momento de demostrar hasta donde hemos crecido los pueblos, para ser parte activa en el sostenimiento y desarrollo de esta nueva organización regional, apuntando a una verdadero y fuerte bloque, con características de nación confederada, que expresa amor y solidaridad por todos y cada uno de sus miembros. Una confederación de países, que se opondrá firmemente y con todas las herramientas necesarias, a cualquier intento extraño por alterar el orden, las políticas soberanas y la integridad. Así mismo volver a colocar al derecho internacional en el lugar privilegiado, para dirimir las diferencias entre los distintos estados, por el método pacifico y honorable de la ley. Somos una masa activa, protagónica y militante de más de seiscientos millones de seres humanos que saldremos al frente, ante cualquier pretensión de volver a instaurar en este sagrado suelo del Abyayala, cualquier forma de colonialismo, de manipulación armada o imposición de fuerzas contra muestras leyes y pueblos, en beneficio de intereses extranjeros imperialistas.
He aquí pues, que nuestros gobiernos solo serán voceros de la voluntad de las masas que aquí habitamos. No vamos a permitir que nos conviertan nuevamente en mercancías y en nuestros propios enemigos. Pretendemos que no sea ésta una organización más, fracasada. Antes, nos convertiremos en guerrilleros y rebeldes contra la traición. No toleraremos, ni Santanderes, ni paez, ni cosiatas, ni dictaduras impuestas, ni bases militares extranjeras, ni gorilas pro yanquis, ni golpes mediáticos, ni secuestros del poder por parte de camarillas de delincuentes, que se venden al mejor postor por unas pocas monedas y vacios privilegios.
Como pueblos entendemos que nuestro destino, no puede estar en mejores manos que en las nuestras. Ya no entregaremos oro por espejos, temor por terror, inocencias por engaños. En nuestros valores, principios e idiosincrasia, tenemos nuestra esencia y nuestra soberanía, ya no la cambiaremos por apariencias ni por mojoncitos envueltos en papel de regalo, impuestos por los medios de comunicación a base de campañas de agresión permanente a nuestros cerebros. Nuestros recursos son nuestros y nosotros los procesamos, los vendemos a precio justo, y no nos lo saquearan más los piratas nórdicos ladrones. No aceptamos tutelas y cesiones sin retribución justa.
EL CELAC es nuestro rumbo, guía y derecho. Y si es contrario a todo poder foráneo que pretende imponerse de cualquier manera por encima de nuestros intereses y derechos. Con estas palabras contradigo a los gusanos presidentes de Chile y Colombia, cuando dijeron atrevidamente que el CELAC no nació contra nada ni nadie. Con esas palabras miserables, solo quisieron servir de manera de pedir perdón a su amo Sion norteño. Ese no es el sentir de los pueblos, ni siquiera el pueblo digno de Colombia, ni el de Chile… terminó por imponerse la tesis de Bolívar y el Che.
(*)Abogado Bolivariano
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