viernes, 30 de diciembre de 2011

Tiempo de política, tiempo de acción, tiempo de convencer

foto cortesia tedejo

Javier Monagas Maita (*)
En política, el sentido de la oportunidad es muy importante para fortalecer cualquier proyecto que sirva de guía a una sociedad. Si no existe esa importante herramienta, lo más probable es que lo que se avanzó por las circunstancias fortuitas que sean, tendrán un seguro retroceso y se pierda todo los espacios ganados. En política no solo se trata de conquistar los espacios, si no de mantenerlos, pues no hay nada más peligroso que perder la confianza de las personas después de haberla ganado. No hay peor enemigo en política, que aquel que fue convencido para respaldar un proyecto político y después se le genera una frustración.
Estas notas no están dirigidas a atacar a nada ni a nadie. Solo es la expresión de ideas y conceptos que manejo, que me parecen oportuno expresar dadas algunas circunstancias y acciones que me parecen peligrosas, muy peligrosas por el efecto que se está produciendo en la militancia que apoya este proceso que se trata de fortalecer en Venezuela definitivamente y cuyas consecuencias estoy captando en la calle, en lo cotidiano, en la vivencia dentro del pueblo. Esas vivencias que no recogen ni las encuestas, ni los jala bolas, ni los tarifados que solo piensan en su pequeño mundo e intereses particulares. Todos los errores tienen consecuencias. Cuando esas consecuencias se minimizan o se desprecian, lo mas seguro es que los errores se sigan repitiendo una y otra vez, bien sea por culpa de las cegueras, del ocultamiento de las realidades o por simple arrogancia. Cerrarse a escuchar lo que expresa el pueblo común, es condenarse a un distanciamiento tarde o temprano de éste.
Cuando se apoya un proyecto político por convicción, se hace mas allá de los beneficios económicos o personales que se puedan obtener. Es más, a veces suena hasta ofensivo el recibir favores o beneficios no ganados por merito y por derecho. Cuando ese pueblo que se rebeló en aquel año del 1998 contra las dadivas y favores inmerecidos, de un sistema podrido, carcomido por la corrupción y las injusticia. No lo hizo para que lo trataran como mendigo o como un cobrador de favores, ese pueblo solo exigía y sigue exigiendo derechos y oportunidades para una vida decente, sin dadivas ni favores. Para que la justicia y el respeto se impusieran en una sociedad que ya estaba asqueada de tanta inmundicia politiquera.
Es altamente dañino y desmoralizante, como el gobierno nacional, hace concesiones alegres, a asesinos, a corruptos, a inmorales que están identificados dentro del seno de las mayorías del pueblo como sus enemigos, y que han cometido toda clase de bajezas e improperios contra ese pueblo. Duele y frustra al pueblo, los perdones e indultos inmerecidos, a quienes nunca perdonaron al pueblo. Cansa y perjudica, ver como dentro de las estructuras de poder o de gobierno, siguen unos sátrapas haciendo desmanes impunemente, y que pese a que en el pueblo los señalamos, los denunciamos, siguen allí, haciendo daño, atornillados y apoyados por bandoleros de camisa roja, pero de corazón blanco, verde y con las barras y las estrellas de la traición en su horizonte.
Avergüenza y entristece al pueblo chavista, como se hacen concesiones políticas, económicas y hasta ideológicas a una oposición que después de lograr su objetivo se burla de ese gobierno que ven como pendejo, que demuestra una debilidad que castiga y abofetea al pueblo. Entiendo que se debe establecer estrategias para arrebatar de las garras perversas de una oposición macabra a un gran número de venezolanos engañados por la canalla mediática y la poca acción de algunos “revolucionarios”, pero esa tarea no debe hacerse con concesiones a los delincuentes que utilizan y engañan a esa gente desprevenida. Estos son tiempos de acción para mantener a esa mayoría de la población atada al carro de la razón y del Adecentamiento del país y sus instituciones para construir una verdadera estructura revolucionaria y socialista en Venezuela.
No hay mejor método de convencimiento, que la aplicación de la predica a la practica cotidiana, que la acción sea consecuente con el verbo. ¿De que vale repetir y repetir que somos socialistas, cuando en realidad la practica de las instituciones y un gran número de funcionarios es altamente capitalista, sectarista y anti popular? estas cosas tal vez se puedan disimular por un tiempo, pero eso seria peor, hacer como el avestruz no es la mejor estrategia para una revolución. Lo procedente es atacar las desviaciones y los desviadores. Una revolución debe ser anti amiguismo, anti coleguera y anti solidaridad automática. En una revolución lo valido es ser consecuentes con el proyecto y todo aquel que se desvíe de la ruta debe ser apartado, para evitar la desbandada masiva y la correspondiente muerte del proyecto.
Sostener el proceso revolucionario hoy, va más allá de una instauración de un sistema económico, político y social. Es la única forma de tener país, nación, patria, soberanía, independencia, libertad y futuro como pueblo. Eso no se puede arriesgar por simples compadrazgos o por una sordera anti solidaria. Una revolución debe identificar a sus aliados y defenderlos, así como ellos nos defenderán de los enemigos comunes. Aplicar tácticas y estrategias para no provocar la agresión del enemigo imperialista, haciendo concesiones o, ignorando a nuestros aliados, es darle mayor poder de ataque a ese enemigo. A estas alturas, sabemos claramente identificados a los enemigos del pueblo y de la revolución, así como nuestros verdaderos aliados. Por lo tanto debemos actuar en consecuencias para debilitar a los primeros y fortalecer a los segundos. La propaganda y amenaza enemiga ya no puede ni debe intimidarnos ni extrañarnos. Sabemos que ellos solo esperan el momento oportuno para lanzar el zarpazo, y en vez de trata de conciliar con ellos, lo que debemos hacer es fortalecernos en la defensa de lo que será inevitable agresión ¿Cuántos gobiernos y procesos han sucumbido creyendo que haciendo concesiones al imperio, evitaran la agresión? El ultimo ejemplo de Libia es muy significativo ¿no aprovecharemos la lección del mártir Gadafi?
Vuelvo a insistir en la propuesta que he hecho en otras oportunidades: preparemos además de las milicias, a todos los venezolanos que no conocen el manejo y uso de armas para defensa de la patria y generalicemos en conocimiento de las tácticas de guerra asimétricas. Única forma de disuadir al enemigo. No hay otra.
El liderazgo de este proceso no se pone en duda, al contrario debemos de fortalecerlo. Pero no por eso debemos ser ciegos, sordos y mudos ante una realidad que está allí gritando a los cuatro vientos sus debilidades, a las que hay que atacar para qué fortalezcamos lo positivo, que es bastante. La impunidad y el perdón del delito, no son buenos para ningún proceso. Busquemos lo que decía Simón Bolívar, cuando refería a los perdones tras otros perdones y sobre la impunidad.
(*)Abogado Bolivariano
javierdelvallemonagas@gmail.com javiermonagasmaita@yahoo.es
www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será

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