Javier Del Valle Monagas Maita
No se
debe olvidar jamás, que las FARC, el ELN, M19, etc. Son productos defensivos del pueblo
colombiano contra de las políticas genocidas de la oligarquía gobernante en
Colombia. Que esa oligarquía sigue
gobernando para los intereses transnacionales y para ellos mismos, en contra de
las mayorías. Tengamos presente que la
represión no ha cesado, el crimen selectivo continua, el desplazamiento forzado
del pueblo no tiene limites, que el narco terrorismo es aliado de los poderosos
que gobiernan en Colombia, que los campos, cerros, montañas, ríos y mares son
entregados teñidos de rojo sangre a las empresas mineras internacionales, a la
Monsanto, al ejercito yanqui en forma de bases militares.
En
Colombia la guerra es contra los arboles, contra la flora, contra la fauna,
contra las fuentes hídricas, contra los suelos fértiles, contra la vida, contra
la libertad, contra la soberanía, contra la salud popular, contra la educación
popular, contra la agricultura, contra la dignidad misma, en el loco afan de convertirlas en dinero. El brazo ejecutor de esa guerra es una
oligarquía. Que es a su vez rehén del imperio sionista capitalista yanqui. Para esa casta de enfermos mentales la nacionalidad
es solo un argumento con el cual someten a los pobres y los obligan a que sus
hijos se conviertan en el instrumento que los reprime y garantiza su dominación
elitista. A la vez fuerzan mediante la miseria el nacimiento de sicarios y
asesinos a sueldo con los que amedrentan y masacran a quienes osan rebelarse.
El noble,
digno y glorioso pueblo colombiano, ha perdido el miedo. Tantos años de terror y muerte vencieron el
temor. Hoy se unen, se reúnen, marchan y
exigen respuestas a un régimen que por estar apoyado por el poder imperialista,
cobra con sangre y muerte los reclamos legítimos de las mayorías. La maltratada Colombia tiene la desdicha de
tener gobiernos anti colombianos. Desde su independencia del imperio español
hasta hoy ningún presidente se ha
dignado comportarse como ser humano.
Todos o casi todos sus funcionarios, son agentes destacados de la opresión y
represión contra el pueblo. Muchos como
Álvaro Uribe, Juan Manuel santos y otros, son fichas del narco poder terrorista
y paramilitar.
El pueblo
colombiano es inducido y sumido a la miseria. Gracias a un sistema económico,
político y asocial, represivo y explotador.
Un sistema que desprecia y deshonra la condición humana, que antepone
la ganancia y el robo por encima de cualquier valor moral, ético o profesional. Pese a todo. Ese gran pueblo no pierde su
ingenio, su capacidad de resistencia y su anhelo de libertad. Allí lo vemos en
su batalla diaria exigiendo respeto y peleando sin rogar sus derechos humanos
violentados en más de 200 años de historia.
Hoy el
pueblo colombiano está en huelga. Los pueblos del mundo los apoyamos y les
acompañamos. Las lecciones de esta brega habrán de dejar aprendizajes. Lamentablemente
también dejaran las victimas que la oligarquía sanguinaria provocará en su
intento criminal por detener el destino cierto de un pueblo libre. El mundo debe mirar hacia Colombia. Entender que ese genocidio continuado contra una
población debe parar definitivamente. Pero esa anhelada liberación no llegará
como regalo, ni como por obra de un dios o religión: será un triunfo ganado en
el fragor de la batalla con la conciencia sirviendo de guía y fortaleza
colectiva
Viva Colombia, viva Bolívar, viva nuestra patria grande, libre y
soberana. Muerte a los traidores
(*) Abogado
con patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/
lo que será
Facebook, Javier Monagas Maita
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