Javier Del Valle Monagas Maita
Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela, etc. No
es poco lo que se avanzó luego de la odisea del pueblo cubano en los años
cincuenta. y después de la llegada de Hugo Chávez al escenario político
universal. Así como la consolidación
de la revolución cubana fue dura,
difícil y sacrificada. Los demás proceso
no podían ser menos. Es una lección que ya tendríamos que haber asimilado, más
aun, después de la dolorosa experiencia chilena. Y del sacrificio de Patricio
Lumumba, Jacobo Arbenz, Jorge Eliecer Gaitán, Omar Torrijos, entre otros nobles
seres que apostaron por el pueblo y la liberación global.
Sucede que muchas veces, los procesos luego de encumbrase, tienden
a atrofiarse y en muchos casos se retrotraen y dejan de evolucionar hacia el
objetivo que los originó. Entonces llega la apatía, la desmovilización, las
reformas y hasta pueden degenerar en un sistema igual o peor al que se quiso
desocupar.
El peor error que se puede cometer en cualquier proceso de cambio,
es ignorar el poder del enemigo y su
capacidad de reacción. Por eso una vez lograda la primera etapa de acceso al
poder político es muy importante emprender la etapa mas importante de todas
para la consolidación del proceso y la aniquilación del poder del enemigo. Esa etapa empieza por generar una campaña
masiva, permanente y abrumadora de concientización del pueblo, del grueso de la
masa popular, hasta que se convierta en un virus de educación auto renovador y auto sustentador
de su esencia colectiva. De no hacerse así,
es seguro que esos cambios degeneren hacia la promoción de
individualidades con privilegios que se fortalecen en base a sus capacidades de
satisfacer favores grupales y sectaristas. Descuidando lo esencial de las
revoluciones populares: el colectivismo y la dialéctica marxista.
Hacer reivindicaciones sociales de manera automática, sin
orientación y promoción de la comprensión de esas reivindicaciones por parte
del pueblo, puede llegar a ser contraproducente en el transcurrir de algunos
años, pues se convierten en costumbres y se llegan a entender como algo normal,
algo natural. Llegando incluso a desconocerse la historia por parte de las
nuevas generaciones, que no vivieron las
carencias pasadas de esas conquistas sociales.
Si a eso, sumamos el poder mediático y corruptor de las fuerzas enemigas
contra revolucionarias, tenemos un coctel peligroso que puede derivar en desvíos y conflictos internos dentro de las
mismas filas de la base revolucionaria. Hasta el punto, de hacer ver los
privilegios del individualismo como algo bueno y positivo, digno de defender. Y
donde los auto - asignados como indispensables o, preclaros teóricos
charlatanes buscan figurar a costa de lo que sea, sin importar el destino del
proceso. Incluso hasta alaban y hacen loas al enemigo.
Los sucesos actuales en los países progresistas de nuestra región,
con toda su crudeza y realidad son positivos.
Pues, por el avance circunstancial de los logros imperialistas.
Nuevamente los pueblos se movilizan, se remozan los deseos de cambio y la
necesidad de preservar las reivindicaciones logradas. Ahora ese pueblo está
recordando que esos privilegios colectivos no llegaron caídos del cielo, ni es
una dadiva de algún gobierno. En argentina, Brasil, Venezuela, la derecha hace
un gran favor a las revoluciones. Está demostrando que el capitalismo del
crimen organizado gobernante en el Sion imperio, no tiene contemplado compartir
el bienestar con las mayorías, ni siquiera quiere compartir el agua, la energía
solar y el derecho natural a la existencia. Por ejemplo pongo a Macri y sus
actos de gobierno en Argentina y la recuperación de la capacidad de
movilización y lucha del pueblo.
Lo recién sucedido en Brasil y Argentina, es un episodio necesario
y clave para que el poder, no deje de ser parte del proyecto político popular
revolucionario. En realidad no se ha perdido el poder político como tal. Solo
fue cedido por engaño, trampa y falta de conciencia, pero el látigo implacable
del azote que producen los actos del
crimen organizado que de momento accedieron
al poder político en esas naciones, despierta la necesidad de esos
pueblos de activarse en masas para defender lo que jamás debieron ceder a su
enemigo natural ¡Bienvenida la lección!
Debemos entender que
los procesos de cambio revolucionarios actuales, deben ir mas allá de
liderazgos o de elites conductoras. Las nuevas realidades son implacables, la
proyección masiva de poder mediático de las influencias del crimen
organizado que forman gobierno en
Estados Unidos, Europea, Israel, los proyectan como una corriente masiva,
cuando en realidad solo son minorías infladas por el acoso propagandístico
permanente. A esa verdad innegable. Se le
debe enfrentar otra forma de
combatirla y es, mediante la coparticipación real (Más allá del discurso), del poder popular. Es aquí donde aplica la verdad absoluta de
que no puede haber nadie no comprometido con el pueblo en cargos o posiciones
de administración, lucha y conducción de los procesos. Pues, esos que en su
momento tengan posiciones de vanguardia deben ser el ejemplo vivo de lo que se
quiere construir, deben ser cuadros
dispuestos a sacrificar todo lo personal por lo colectivo, de no ser
así, se pierde la esencia y la oportunidad de hacer avances oportunos y rápidos
para la consolidación del proceso revolucionario colectivo. Por eso no tiene
lógica que en ministerios, direcciones, posiciones de vanguardia políticas y
administrativas, estén personas que no tengan compromiso real con la
revolución. Lo contrario es dar armas y poder al enemigo. Las consecuencias
pueden ser fatale.
Si se tiene un sentido y olfato, adaptado a la realidad. Los golpes
recibidos por los proceso de cambio deben ser usados como muletas para el
avance. Una lucha jamás debe concebirse como una escalera de ascensos sin
retrocesos que deben ser calculados como graduales para reimpulsar el
avance. Pensar lo contrario es ubicarse
en otro planeta con otras realidades no
humanas. Es subestimar al enemigo, paradójicamente, es una forma de
demostrarse débil.
Argentina, Brasil. Son
lecciones que se deben asimilar. Sacar sabidurías de sus actos. No olvidemos
que la física universal tiene una ley de acción y reacción. Usemos la
inteligencia y aprovechemos la reacción revolucionaria y pronto propinaremos
nuevamente otra derrota al enemigo de los gobiernos del crimen organizado Sion
imperialistas capitalistas… son tiempos del pueblo, días de batalla por la
vida. Socialismo es vida, capitalismo es muerte y depredación.
¡SOLO CON JUSTICIA Y CONCIENCIA VENCEREMOS!
*Abogado
con Patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2016/05/revolucion-hoy-no-es-tiempo-de-recular.html
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