Javier Monagas Maita
El paralelismo que se presenta en algunas realidades y en algunos tiempos, a veces ponen a prueba nuestra capacidad de memoria y comparativa. Yugoeslavia era una nación unida en la voluntad y la capacidad de liderazgo de un hombre, que logró mantener varias nacionalidades unidas en un solo estado. El Mariscal Josep Broz Tito, ese nombre identifica a un líder que logró aglutinar a pueblos que se hicieron fuertes y obtuvieron grandes progresos técnicos e industriales como una sola nación, bajo una sola bandera. Esa unidad siempre fue atacada y despreciada por los imperialistas debilitados europeos y por el neo imperio sionista yanqui, la insidia, la conspiración y las apetencias capitalistas, hicieron esfuerzos permanentes para destruir esa unidad, hasta que después de la muerte del líder unificador, la cizaña diabólica imperialista logró su objetivo. Serbia, Montenegro, Croacia sucumbieron ante la agresión externa y claudicaron sus banderas de libertad, a cambio se convertirse en dominios del imperio sionista avaro yanqui, el costo que pagó en vidas y soberanía es incalculable aun hoy, y la sanguinaria satisfacción imperial también es muy grande. Se logró destruir una unidad progresista y se crearon unos mini estados dependientes y sometidos a las órdenes del sionismo capitalista asesino internacional.
Para ese imperio diabólico, Libia representa un obstáculo y una unidad estatal inconveniente, no tan solo por las razones representadas por la unidad Yugoeslava, si no también por la cantidad y calidad del agente energético en su subsuelo y, del cual hay gran interés por controlar por parte del imperio sionista capitalista. Así como Tito en Yugoeslavia, Gadafi representa la unidad estatal nacional libia, para poder Balcanizar a Libia, el imperio yanqui sionista necesita destruir política, física y moralmente al líder de libia, al factor de unidad. Esa es la razón de la arremetida mediática. Todos esos medios, presidentes y empresarios del petróleo que hoy atacan y destruyen la imagen del presidente libio, hasta hace poco, le rendían pleitesías a Gadafi.
Pero la meta final no es Libia y Gadafi, no, lo que se persigue es la destrucción o desintegración de la OPEP, este paso, es un eslabón más en la búsqueda del control del petróleo a nivel mundial y la OPEP es un gran estorbo en esa estrategia.
Siendo que la energía petrolera es el alimento de las maquinas y de los instrumentos tecnológicos de los que se vale el imperio para imponer una superioridad militar e industrial, ese alimento se debe poner al servicio de sus avaros y egoístas intereses; y para conseguirlo es necesario destruir o someter uno a los países que conforman a la OPEP. Solo así el imperio sionista yanqui, cree poder enfrentar y contener el empuje Chino y el renacimiento Ruso. Pero hablando de alimentos, el que es usado para sostener la vida humana (agricultura) está siendo utilizado como arma de guerra. El constante aumento de los precios internacionales de los alimentos básicos, es parte de una escalada para convertirlos en competencia para los precios internacionales del petróleo. Esa es la otra parte de la guerra para someter a la OPEP. En esta etapa tiene sentido lo de la alteración intencional del clima y el uso del Arma tantas veces denunciada, me refiero al HARRPA ¿no es sospechoso que las grandes inundaciones y las sequias alternas se sucedan en las zonas agrícolas privilegiadas de las naciones que compiten con USA y sus satélites Europeos en la producción de alimentos? El imperio está desesperado y en su terror ante la pérdida de hegemonía y poder global se juega sus últimas y más peligrosas armas. Por estas y muchas otras razones, piensen antes de ser victimas de la propaganda sionista en contra de Gadafi y la OPEP u otra persona o nación que interese al sionismo asesino internacional hegemónico.
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