Javier Monagas Maita
El capitulo libia, es un eslabón más en la cadena de sucesos premeditados, con meta en el secuestro global del poder por parte de una mafia sanguinaria denominada Club Bildelberg. Es de resaltar que este club de anómalas, egoístas, criminales y avaros, no es distinto del imperialismo sionista yanqui. Es la materialización del verdadero poder que controla a los gobiernos en USA y sus países lacayos.
En su última reunión del año 2010, esta mafia tomó la decisión de acelerar el cumplimiento de los objetivos para lograr su meta de controlar el poder mundial. Dentro de esa estrategia se enmarca la destrucción de la OPEP, y el posterior sometimiento de los países petroleros por la fuerza. A eso obedece la invasión a Irak, el acoso a Irán, el golpe de estado mediático en Venezuela, la ocupación de Afganistán y el ahora inmoral teatro creado en Libia. Simultáneamente se continúan generando situaciones artificiales dirigidas a debilitar al estado venezolano, sus instituciones y al gobierno del presidente Chávez. Lo mismo que en Libia, el imperio está fortaleciendo a una oposición cobarde y traidora, que está dispuesta a entregar a la nación venezolana en las garras del imperialismo sionista yanqui a cambio de migajas personales. Ellos están dispuestos a regar las calles de esta nación con la sangre de los hijos que la defenderán. Ese es su plan y por eso aceptan los dineros de la CIA, mediante la NED, USAID, empresas como assertecon, premios estúpidos como mampara (Emil Friedman), con el apoyo de empresas malinches como la polar, Organización Cisneros, Grupo Camero, etc. Es todo un aparataje complementado con la campaña internacional basada en mentiras y medias verdades, mediante los instrumentos de des comunicación a su servicio.
Según se presenta el panorama, dada la urgencia que delata las acciones, el descaro y cinismo con el que actúa el imperio y sus aliados, el año 2011, es el programado para su operación en contra de Venezuela. No soy fatalista. La realidad de las cosas hace que el panorama esté tan claro como un mediodía de verano. Ellos no quieren un nuevo fracaso en Venezuela. Están ajustando las cosas de forma tal que la certeza del triunfo tenga un porcentaje muy alto de probabilidad de triunfo, saben que de fallar la situación empeorará para ellos.
Pronto veremos desde las gobernaciones del Zulia, Táchira, Carabobo, Miranda, nueva Esparta y una que otra supuestamente “bolivariana”, concertar planes de acción, dirigidos a generar el caos y la ingobernabilidad en Venezuela, lo mismo que no pasará mucho tiempo antes que Santos, el oligarca de Colombia endurezca su posición de ataque en contra nuestra. Esta pasividad es temporal y estratégica por parte del país vecino. No debemos olvidar que la oligarquía colombiana y su gobiernillo, son cachorros serviles del imperio, que ellos no piensan ni actúan por su propia voluntad,
El gobierno de Venezuela, no es del agrado del imperio. Por eso es que ya dicen por el mundo, que no es legitimo, así lo hayan elegido en múltiples oportunidades. Ahora dicen que para ser democracias reales, no basta la elección y el apoyo mayoritario, ahora se debe someter una mayoría a una minoría, ante poner los intereses capitalistas a los de las personas. Las empresas y sus ganancias por encima del pueblo y sus necesidades básicas.
En esta etapa de la guerra por el poder global, el imperio se ha templado más su caradurismo; solo necesita una excusa tan absurda como sea, pero que salga de las organizaciones títeres mundiales – ONU, OEA, CIDH, C.I y otros – en el caso de Libia por ejemplo, piden un alto al fuego, pero arman a sus aliados tarifados y atacan a las fuerzas del gobierno legitimo, se abrogan los malditos, el poder de decir quién puede vender el petróleo y a quien, a qué precio y en qué condiciones, poniéndose por encima del estado Libio y su pueblo. Adaptan una resolución específica a sus acondiciones e intereses. Bombardean y masacrar la población civil y dejan a su paso una estela imborrable de contaminación radiactiva que aniquila los suelos fértiles y las aguas dulces por miles de años, además de una ruma de cadáveres, a los que supuestamente salvarían.
Alguien dijo: Esta es una guerra mundial del imperio. Estoy de acuerdo, lo mismo qu en la segunda guerra mundial, el imperio y sus mismos aliados, están desarrollando una guerra parcelada en la que gradualmente van ocupando países, derrocando gobiernos legítimos, imponiendo títeres y sembrando bases militares para sostener la dominación. De la misma manera contaminan los suelos y las aguas con uranio empobrecido y otros agentes químicos, ocasionando una dependencia de esas zonas del alimento extranjero y de las aguas de otros lares. Esta táctica no es casual, por medio de los escases de alimentos y las aguas aptas para el consumo humano, se genera una servidumbre eterna con el centro de poder imperial, pretenden convertir la guerra sicológica y física, también en una guerra estomacal, pretenden usar los alimentos para mover sus maquinas, a costa de la vida de millones de seres humanos. Están tratando de retrotraernos a la época más oscura y diabólica de la humanidad, con ellos reinando.
Estas son solo unas pocas de las miles de razones por las cuales a estas lacras que se dicen oposición en Venezuela no se les puede perdonar ni pasar nada. Ellos están negociando las vidas de nuestro pueblo para sostener sus vicios, drogas y desviaciones.
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
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