Javier Monagas Maita
Un día cualquiera de una semana más. Llegué a la casa del PSUV a saber del procedimiento para la discusión de lo 5 puntos. Nadie sabía nada, nadie informaba, todo era un misterio. Uno de los allegados al grupo del gobernador Julio León Heredia que por coincidencia se encontraba en la sede me llama y me pregunta que “hasta cuando voy a seguir con esa aptitud solitaria de estar denunciando y atacando corrupciones que solo son negocios, pon los pies sobre la tierra, aquí lo de la revolución es solo la excusa para controlar los negocios del estado. Ayer fueron los adecos y los copeyanos, hoy nos toca a nosotros. Sácate ese romanticismo de tu cabeza creyendo que en Venezuela va a haber una revolución verdadera. Lo único que aquí se hará es repartir un poco más para el pueblo, para mantenerlo contento y el resto para nosotros. ¿En quien vas a confiar? ¿Quien no se aprovecha de la posición de gobierno? ¿El grupo de Henry? ¿El de los Gamarra? ¿El de Braulio? ¿El de los Petit? ¿El de los León? No hermano, bájate de esa nube. Así solo seguirás siendo un solitario despreciado, si no te unes a algún grupo de poder seguirás pelando bolas. No compañero, tu nombre ha sonado por allí para algunas comisiones de trabajo, pero ni para eso te quieren, dicen que tú no eres conveniente por que quieres que todo sea derecho y legal y eso no les interesa.
Esa charla real, refleja en parte lo que acontece dentro de la estructura del PSUV, y que es una posición sostenida por aquellos sectores que se han encargado de secuestrar la organización y a los cuales la militancia de base, aunque se queja, lo permite y al final cae en las redes de esos mafiosos. Esas personas, niegan la verdadera revolución, desprecian el trabajo de concientización y educación política de la militancia, ellos siguen apostando a los contratos temporales de empleo, para seguir presionando el voto para si, como cobro del favor. Son ellos los que no se ocupan ni preocupan por dignificar a los pobres, pese a los reclamos angustiados del camarada presidente.
Si hay dentro de la organización gente con fe y ganas de hacer una revolución socialista de verdad, personas que no se desviven ni se motivan por un cargo o un empleo o, por una posición política para manipular. Fueron esas personas las que espontáneamente salieron a la calle el 13 de abril de aquel 2002. Mientras los toleteros se enconchaban, temerosos de la represión de la derecha. No me contaron, lo viví. Después de superada la parte crítica, aparecieron como brotados de la tierra, pretendiendo asumir el merito, de la acción colectiva popular espontanea y sin líderes que en masas se desplegó por toda la geografía nacional con un objetivo claro y definido: el retorno del líder de este proceso al lugar que por mayoría le asigno el pueblo.
No quisiera ser pájaro de mal agüero, pero veo con tristeza, que esa proposición del comandante para tratar de enderezar los entuertos que los secuestradores del PSUV han hecho, terminará como los “5 motores y como las erres”. Al decir estas palabras, se me vendrá una avalancha de ofensas y de calificativos denigrantes, pero si es ese el precio por tratar de que esta revolución se salve y llegue a ser una realidad, no me importa pagarlo. Internamente ya no tengo esperanzas, quizás con la denuncia pública se activen los resortes necesarios para que se produzca un viraje forzado por parte de quien o quienes puedan hacerlo a tiempo. Ojalá pero de algo si estoy seguro. Ni la derecha cuarta republicana puede retornar a poder y la que está dañando internamente, puede permanecer más.
De continuar esta actitud, se encresparán los ánimos, y tarde o temprano ese pueblo que quiere revolución, se sacudirá a los impostores infiltrados y secuestradores de los sueños y anhelos de revolución. Entonces, será la revolución por la otra vía. No la sigan provocando, por que se quemaran. “Guerra avisada, no mata soldado, y si lo mata es por pendejo”
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
www.planetaenpeligro.com lo que será
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