Javier Monagas Maita
En Venezuela el sistema denominado democracia representativa, era una entelequia según la cual al pueblo se le manipulaba de todas las maneras y los medios posibles, para que acudiera dócilmente a depositar un papel con un color determinado en una caja, que supuestamente era la alternativa a una mejor forma de vida. Cada 5 años se repetía ese ciclo engañoso y que según el resultado, en vez de mejoras lo que conseguía el votante y el no votante era una peor condición de vida.
Las leyes, ordenanzas y cualquier factor que se relacionara con la vida del pueblo, se tomaba sin el concurso o aprobación del mismo. La representatividad convertía en ilegal cualquier intento popular por participar directamente en las cosas que le atañeran pues los representantes se apoderaron de todos esos derechos y los convirtieron en privilegios individuales o partidistas. En otros casos, la simple expresión verbal por querer hacer lo contrario por parte del afectado (el pueblo), motivaba la inmediata reacción de los cuerpos represivos del estado; las consecuencias están suficientemente recogidas por la historia contemporánea
En Venezuela afortunadamente estamos en vías de superar definitiva esa malvada práctica. Faltan algunos avances para que el poder originario, sea ejercido por su legitimo dueño, por eso nos denominamos sistema político participativo y protagónico, contemplado en la novedosa Constitución del año 1999, refrendada y aprobada por mayoría calificada del pueblo. Con todos los defectos que tiene este sistema, es una ventana muy grande hacia la consolidación del poder popular. Esa ha sido la herramienta de superación que nos ha conducido a obtener los logros sociales de hoy, que son muchos, pese a la oposición de los sectores más retrógrados y reaccionarios internos y externos.
Pero vayamos a otro espacio geográfico y hagamos comparación real, por ejemplo. Remitámonos a la supuesta democracia perfecta del mundo, me refiero a EE.UU. observen lo que está pasando en Wisconsin, Ohio, Indiana, etc. En esta cumbre empinada de la máxima perfección de democracia mediática, el pueblo acude a las urnas cada cierto tiempo, elige en segundo grado a sus gobernantes, luego éstos asumen la potestad total de decidir por millones y millones de personas. El resultado es que quitan beneficios populares elementales para la vida para fortalecer las alcancías de los grandes capitalistas dueños de bancos, empresas fabricantes de armamentos, corredores de bienes raíces, etc. Sin tomar en cuenta a quienes los eligieron y a quienes deberían defender
Las autoridades representativas, asumen la facultad de hacer y sostener leyes que les permiten a los banqueros sacar compulsivamente a las familias de sus viviendas, sin consultar a los involucrados y perjudicados, establecen normativas que impiden a las personas permanecer en las calles de la democracia mas libre del mundo, so pena de ir a la cárcel acusados de vagancia, tan solo por no tener un lugar propio donde pernoctar. Las ciudades arrasadas por imprevisiones de las autoridades debido a fenómenos naturales, no tienen derechos a ser auxiliados (Nueva Orleans, katrina), los “representantes” no tienen voluntad ni interés en prestar ayuda a las personas, menos aun si no poseen bienes de capital y grandes empresas.
¿Se puede catalogar semejante caricatura de organización social, política y económica como democracia? Ciertamente es dictadura semejante cosa. Una dictadura de clase, que impone a los ricos sobre el interés de las mayorías populares. Los espacios intermedios (clases medias), son una ilusión y un colchón que sirve de falsa esperanza para los incautos que creen que con leyes tan discriminadoras y racistas, llegarán a tener algún día una vida decente y holgada. Esa pantomima de democracia, les secuestra por ley los hijos del pueblo, los lleva a otras latitudes a servir de carniceros asesinos contra otros pueblos; que jamás les hicieron nada. Gracias a la democracia representativa, que no consulta con los padres y los jóvenes, ellos aprueban esas legislaciones que les truncan sus familias y esperanzas. Hacen lavados de cerebros para conseguir dinero a fin de continuar sus carnicerías inhumanas, incluso contra sus propios aliados y jefes http://www.aporrea.org/tiburon/n175733.html.
Los restos de esa democracia representativa que hoy persisten en Venezuela, son los que se permiten decir por voz de una desvergonzada, paleozoica parlamentaria –Vestalia San Pedro- en la Asamblea Nacional, que “el pueblo no quiere poder, si no, la limosna que ellos les dejaban caer de cuando en vez”
Pero esa democracia representativa, también está en la mentalidad de algunos funcionarios, empleados y diputados, que aunque se ponen la camisa y la gorra roja, tienen el corazón y la conciencia verde o blanca, con polvos del pasado pre 98 en sus actos y costumbres, inundándoles el alma.
Comparativamente pese a sus defectos, lo participativo y protagónico, está a años luz de distancia de lo representativo, que ni es democracia ni es popular. Solo una mascarada de dictadura de clases de ricos contra pobres que han sembrado desde mucho tiempo ha, para someter a las mayorías.
Javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
www.planetaenpeligro.com / lo que será
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