domingo, 16 de octubre de 2011

Bolivia y la cultura primigenia como derecho legal

Javier Del Valle Monagas Maita (*)

Hacer que un derecho sea establecido como una obligación constitucional de un estado, es algo muy importante. Para llegar a ese reconocimiento se requiere de la superación de muchas trabas de tipos: culturales, ideológicas, economías, políticas, sociales. Sobre todo si se trata de reconocerles ese derecho a los marginados de siempre
En nuestra región Abyayala a partir del año 1492, cuando se produce la invasión de ésta parte del mundo, por una cultura extraña, cuyos valores éticos, morales, filosóficos, culturales, sociales etc., estaban diametralmente opuestos a los que regían a las civilizaciones o culturas que habitaban por estos lares.
El factor de superioridad militar y la inmoralidad de la acción genocida, sumado a la sana inocencia aborigen, fue determinante para que los invasores se impusieran a los autóctonos, forzando en consecuencia a los sobrevivientes, a una relación que les obligó entre otras cosas, a abandonar sus costumbres y religiones haciéndoles acatar las que el invasor trajo. Al final el aborigen se quedó sin posesiones, sin derechos y sin posibilidad legal de defensa, incluso de su condición humana. Al punto, que la misma iglesia que formó parte del cuerpo ocupante invasor, le desconoció al principio, hasta el derecho de poseer alma.
Más, no es cierto ese dicho que pretende vender la anti historia, relatada por el vencedor; de que nuestros antepasados no poseían ni cultura, ni leyes, ni organización. Sucede que Éllos (los invasores Europeos) en su ignorancia y en su avaricia egocéntrica, concebían que las cosas del mundo debieran marchar y organizarse en base a sus valores y creencias, que estaban preñadas de mala fe, trampas, vicios y gula.
Los habitantes del Abyayala, se regían por la LEY NATURAL de la supervivencia y el compartimiento de lo existente con sus semejantes. Esto era suficiente, pues el complejo de superioridad, la avaricia, la adoración de bienes materiales y de piedras frías sin espíritu, no representaba para ellos nada más que adornos y decoraciones. Al no existir en sus costumbres y culturas, el consumismo, las monedas y la apetencia de acumulación de riquezas para imponer un poder vanidoso a los demás, no requería de esas normas escritas y mil veces desconocidas por los creadores y redactores de las “civilizadas” leyes escritas. La jerarquización social, venia dada por el valor, la sabiduría y el interés de proteger y servir a los demás de la comuna aborigen. El cual velaba por la salud, la alimentación y la paz de sus semejantes. http://www.puebloindio.org/CSUTCB3.html Tupaj Amaru, Taki Unquy, (Julián Apaza) Tupaj Katari, Zongo, Pedro Ignacio Muiva, Juán Manuel Cáceres. Son estos algunos nombres de hijos aborígenes de la Bolivia que se resistió a la invasión Española.
La sencillez de las normas naturales aborígenes, hacía también sencillo su acatamiento, puesto que por ser derecho natural, el reconocimiento de los otros daba legitimidad al hecho, acción o, posesión necesaria. La misma convivencia y respeto por y con la naturaleza, les facultaba para usar sus recursos sin dilapidarlos, solo para satisfacer humanas necesidades, cuidando que se mantuviera el equilibrio de la misma.
Andando en el tiempo, la existencia en estos días del estado plurinacional , el preámbulo de la Constitución establece entre otros puntos: “…Un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y cultural de los habitantes de esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud y vivienda para todos…”
Pero este es solo el reconocimiento. Ahora se impone la voluntad política de hacerla cumplir. Es importante que los órganos legisladores, creen los mecanismos legales para que sea aplicada esta norma. No debemos olvidar que hay intereses foráneos e internos, que no son favorables a este reconocimiento de los derechos de la MAYORIA de los habitantes de Bolivia; que hasta intereses políticos, personales y económicos de una minoría acaudalada y explotadora, conspiran contra la igualdad de derechos de los indígenas
“Artículo 1: Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.”
Aquí se destaca la obligatoriedad del acatamiento y respeto de la cultura y leyes originarias. Por lo tanto se debe generar el mecanismo y la metodología, mediante el cual los asuntos indígenas sean resueltos por indígenas y el respeto de este ámbito por el resto del cuerpo legal del estado.
Pongo estos dos ejemplos, solo para significar que no es suficiente con crear el cuerpo legal, hay que convertir la norma en hechos y acciones concretas. En esta aspecto la educación debe ser el centro de la creación de una nueva visión social y política de los derechos humanos de las personas. La lucha por ejemplo contra el esclavismo que todavía persiste en la Bolivia de los amores y dolores de Bolívar, no solo debe ir a lo represivo (que es necesario), si no también a lo formativo, a lo consciente, al derecho aplicado estrictamente guiado por unas normas infalibles e incorruptibles. En este aspecto, el fortalecimiento de la condición colectiva del bienestar social es de obligatoria aplicación, pues de lo contrario, las mayorías seguirían marginadas y violentadas en sus derechos e inducidos a no cumplir sus deberes, como forma de justificación al incumplimiento de la ley positiva
Si es posible concatenar el positivismo, con las normas naturales de la cultura indígena. Recientemente en Venezuela se resolvió una acción de justicia, aplicando las costumbres del pueblo Yukpa, indígenas de la Guajira venezolana (caso Cacique Sabino Romero) y está en vías de resolución otro por la posesión de las tierras ancestrales de esta etnia, en la misma región, aplicando un decreto presidencial concatenado con la ley ancestral Guajira.
Resumiendo: es pues, importante y necesario el reconocimiento y la aplicación del derecho indígena, lo mismo que sus otros hechos culturales. De forma que su convivencia pacifica y su modus vivendi, sea respetado como medio de garantizar la convivencia pacifica en una nación que se caracteriza por la variedad de las culturas que la conforman. La libre determinación de los pueblos y la independencia de la nación Boliviana, pasa por fortalecer estos preceptos ideológicos y culturales. Es en este punto, donde destaca lo importante de impedir la injerencia de intereses extranjeros, como es el caso de las reiteradas intromisiones de los distintos gobiernos de los Estados Unidos, en la vida pública y privada de Bolivia Y los bolivianos.
*(Abogado Bolivariano)
javierelvallemonagas@gmail.com javiermonagasmaita@yahoo.es
www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será

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