Javier Monagas Maita (*)
1) Ciertamente un verdadero revolucionario no mendiga que lo incluyan en organizaciones que aunque se disfracen de revolucionarias; solo son maquinas burocráticas de marginales politiqueros mercantilistas. Quien cree en un proyecto político, social y económico de justicia social, no se detiene en pequeñeces para hacer su parte del aporte por construir esa nueva sociedad. Al contrario tiene la doble obligación moral e ideológica de aportar a esa construcción, mientras paralelamente da batalla por desenmascarar a los enemigos que se tildan de aliados. Así ha sido siempre: la traición cabalga en los lomos del interés personal y grupal en detrimento de las mayorías.
Organizativamente, hace falta una vanguardia que motorice los procesos de cambios dados por los pueblos y que canalice las luchas populares a los fines que no sea un esfuerzo disperso y manipulable. Pero esa vanguardia debe cuidarse de no convertirse en una traba y en un aparato burocrático que pretenda tener todos los controles de las acciones y de luchas en sus manos y bajo su exclusiva aprobación e iniciativa. Algo así termina por convertirse en reformismo, que al final degenera en una dictadura grupal, que acaba por ahogar y reprimir las luchas populares. Un liderazgo que no interprete esas verdades, termina por ser desplazado y hasta convertido en enemigo de los que galoparon sobre su popularidad para controlar el poder. Esas fuerzas distorsionadoras de la esencia revolucionaria, acaban por aliarse con quienes decían combatir para que todo vuelva a ser como al principio, como una manera de preservar los recursos económicos y sociales obtenidos de forma ilícita. Es tarea de los verdaderos cuadros revolucionarios, enfrentar esas mafias por sobre cualquier consideración o concesión. De la misma manera impulsar el crecimiento y liderazgo de los nuevos cuadros políticos nacidos a la sazón de la lucha del pueblo por su acceso y toma del poder.
2) Si alguna lección sacaron los imperialistas sionistas de la segunda guerra. La primera, fue tomar el control político y económico de la nación que emergió como la mayor potencia militar y económica después de la segunda guerra mundial. Ya ellos habían apostado y colaborado con los nazis, incluso delatando a los propios judíos y comerciando con el fascismo mundial, la segunda. Es la de no hacer una sola guerra contra el mundo a la vez. Éllos entendieron que por más poderoso y fuertes que sean en lo militar y económicamente no podrían lidiar con cientos de frentes de batalla a la vez. Tal como lo hizo Hitler. Tampoco podrían lograr sus objetivos geo estratégicos con un ejército que poseyera una organización tradicional. Entendieron que para poder comprometer a los efectivos en las batallas futuras, tendrían que ofrecerles beneficios económicos y personales más allá de los que un ejército tradicional da a sus tropas con simples arengas y propagandas nacionalistas o complejos de superioridad de razas. Por eso nacen los ejércitos mercenarios con criterios empresariales o mercantilistas, donde el egoísmo y la ambición es la que motoriza toda la disposición al combate y al crimen como consecuencia. Es decir, la muerte como una forma de obtener plusvalía. Esa es la razón de haber planificado sus guerras a largo plazo y paso a paso, ocupando país por país, estableciendo gobiernos títeres, que servirían en el futuro de apoyo a sus genocidios, justificados en la mentira, estableciendo bases militares, que son mantenidas por el saqueo a las riquezas de esas naciones ocupadas. Vean que donde llega la tropa sionista yanqui, no vuelve a salir de allí; concediendo luego a esa nación una independencia limitada y una obligación de servir de la forma que le sea exigida. Por eso maniobraron para poder intervenir en la segunda guerra mundial, permitiendo impunemente el ataque a Pearl Harbor por los japoneses. Ellos sabían que después de terminada la guerra le pasarían factura a los Europeos y parte de esa factura estaba representada en la entrega de soberanía. Por eso Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España, Australia, bailan al son del sionismo yanqui, al punto, que Francia tiene hoy como presidente a un agente de la CIA suficientemente comprobado. Esa es la esencia de la existencia de la OTAN. Un brazo ejecutor militar, que está por encima de la ONU o cualquier forma de organización internacional.
Detallen que de una manera procaz, el sionismo yanqui ya está legislando con carácter supra nacional, y pese a que no suscribe acuerdos internacionales, los utiliza para sus fines (CPI, DH, acuerdo de Kioto, entre otros) y lo inmoral es que la comunidad internacional, conociendo eso, lo acepta y acata. Dándose el lujo de reconocer a unos mercenarios como representantes de un estado, y negando a un pueblo con trayectoria y existencia histórica su condición de estado.
3) es indudable, que la agudización de las contradicciones de clase y económicas, en todo el mundo hará que los pueblos que permanecieron anestesiados durante siglos por las aparentes bondades del capitalismo y sus bases originarias, debido a que la ambición del gran capital y su plan de convertirse en un supra estado y supra gobierno global, provocará reacciones desesperadas, por el solo instinto de supervivencia inicialmente y, por la toma de conciencia como consecuencia. Al poder identificar al origen del problema, sus consecuencias y las formas de acabar con esa dictadura criminal.
Esa incipiente rebelión está ahora dando sus primeros pasos en todo el mundo, incluso en el seno del propio imperio y en el estado ilegitimo de Israel. Todavía no hay conciencia de clase, que pueda decirse es el motor que dinamiza la lucha. De momento es el miedo, el desespero ante la perdida del empleo, de la casa, de carro y del simple modus vivendi. Pero esas movilizaciones ocasionaran una represión bestial que ya se está viendo. Más la represión en lugar de desmovilizar y de asustar, solo provocará la suma de mas voluntades a la pelea, en el mismo fragor de la batalla se ira abriendo el entendimiento del porque ya no cuentan como seres humanos en esa nueva sociedad dictatorial global neo esclavista. La comprensión de que son solo números estadísticos y márgenes de ganancia por el consumo o no, y que si desean algún servicio o bien deberán pagar con su libertad y con su sangre para poderlo obtener. A mayor comprensión de la realidad, en la medida que la conciencia se anide en las almas de las persona. En esa medida se fortalecerá y organizará la lucha y se definirán objetivos totalmente anti sistemas. Entonces la sangre teñirá las calles, los hospitales colapsaran, las cárceles se abarrotaran de pueblo, y las ejecuciones extrajudiciales serán una constante. Para todo eso crearon el cuerpo de represión interno del ejercito yanqui durante el gobierno del “Bordeline” George W Bush, activaron la cuarta flota, y sembraron nuevas bases militares en todo el mundo, crearon nuevas armas climáticas y naves robots que no sienten ni padecen ante los crímenes por venir.
Corresponde a las vanguardias del mundo, más allá de las fronteras o de las nacionalidades, coordinar la creación de un gran movimiento popular global, capaz de enfrentar esa barbarie en todos los terrenos. Irremediablemente el mundo marchará hacia una gran conflagración global de lucha clases. Los gobiernos progresistas tendrán que ponerse a la cabeza de esa cruzada por la vida y por la libertad.
(*)Abogado Bolivariano
Javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gamil.com
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