miércoles, 9 de septiembre de 2015

ESTA NACIÓN COLINDANTE, DA DIARREA EN LAS 2 BOCAS DE JUAN MANUEL SANTOS


Javier Del Valle Monagas Maita

     Desde el Perú. Con un fuerte olor a azufre llegado del mar, le inyectaron una fuerte dosis de narcóticos verbales diarreicos al Uribista Juan Manuel Santos.  El cachaco bogotano se despepitó y soltó su retahíla de incontinencia.  No podía ser de otra forma. Ellos, los oligarcas de blanca tez. Siempre arrodillados a imperios, tan acostumbrados a que los humildes, los pobres, los negros, los indios, los zambos y los morenos de Colombia, se les postren a su vez, (como una forma de lavar su propia indignidad ante sus patrones extranjeros).  So riesgo de quitarles la vida y sus tierras; desplazarlos masivamente a otros lares si osan no hacerlo. Acatan la orden: provocar a como de lugar a la nación del grande Simón para tratar de llevarla al terreno donde el amo norteño de los cachacos, aprovechará para meter sus pútridas garras.
      No funcionó  la necia estrategia. El noble obrero revolucionario, le da una lección de cordura, diplomacia, táctica, control y sabiduría al engreído cachaco.  El digno hijo de Chávez, no pierde la compostura ante tan grotesco personaje y su agresión estéril. Los medios audiovisuales logran poner el relieve de ambos rostros. El primero. El del cachaco servil: Rígido, encrespado, furibundo, desencajado, con mirada agresiva y la furia brotándole por las comisuras de la bocaza sin clase. Mientras, el obrero digno luce: calmo, pausado, sobrio. Dueño y señor de sus actos y gestos. Es lógico que destacara la inteligencia del  más lúcido y calmado, que no expresó ni una sola ofensa o frase agresiva. Es decir el obrero venezolano, hijo de Chávez.
      Pero no crean, que esa compostura es espontanea, no. Allí hay mucho ensayo de teatro y pantalla. El cachaco, desde que aquel portaaviones ocupó el puerto peruano. Asume abiertamente su papel de carnada infeliz, para tratar de forzar un desenlace, con el cual el agredido quede como agresor y el eterno agresor, asesino, actor de falsos positivos. Queda como agredido.  Es una vieja táctica muy usada por los colonizados del capital sionista actualmente.
      Venezuela no caerá en la provocación. Pero eso no implica que cederá en exigir las necesarias rectificaciones que por si o, por si. Tiene que hacer el gobierno del cachaco para que las fronteras sean otra vez abiertas. Ya no podrán robar, ya no podrán asesinar, ya no podrán secuestrar, ya no podrán contrabandear, ya no podrán seguir siendo alimentados y activados con energía barata sustraída ilegalmente, que es del pueblo venezolano.

      El gran terror del gobierno Cachaco, es que no tiene forma y capacidad para cumplir con las exigencias mínimas de su noble pueblo.  Sabe que esas regiones fronterizas siempre vivieron, comieron y durmieron gracias a la economía venezolana, pero de forma parasitaria.  Pero todo abuso tiene un límite. Ese límite se cumplió y ahora el cachaco ha de asumir su responsabilidad como jefe de un estado fallido. Tiene que dar respuestas a un pueblo que siempre fue despreciado, olvidado, perseguido, asesinado y desplazado. Ya no hay vuelta atrás. O asume o expone su incapacidad y mediocridad criminal.
     Esta acción de Venezuela en sus fronteras, no es contra el pueblo hermano colombiano. Es contra el país colindante oligarca, expoliador, parasitario, tramposo y servil del Sion capital monopólico y sanguinario.   En todo caso, si fuerzan la barrera, no les irá tan bien como creen, ni a uds, ni a sus titiriteros. En todo caso. Ya este asunto es de la región Abya Yala  en su totalidad y el cachaquerismo tendrá que entrar por el carril ¿Saben que están aplicando la misma práctica paraco - militar de bachaqueo ahora contra ecuador?
     Este país colindante, señor cachaco de pacotilla, no cae en sus provocaciones de títere y tampoco se cala sus impertinencias de mandadero. Tenemos una historia muy rica y entronizada en el pueblo, gracias a Hugo Chávez Frías y no es un simple mandadero de blanca tez, servil y sin personalidad quien la cuestione. Ud. Señor cachaco, no calza los puntos, ni siquiera a las suelas del presidente obrero o, del pueblo de Venezuela. Para  cuestionar una historia tan grande, rica y vivida permanentemente. Vaya a limpiarse las partes y  restos de sus incontinencias, señor cachaco  de Bogotá
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