Javier Del Valle
Monagas Maita (*)
No
se es revolucionario, no se es socialista, no se es obrerista, no se es pro
humanista, si a nuestros aliados los entregamos a las mazmorras enemigas, tan
solo por cubrir apariencias y en acatamiento de expedientes y actuaciones
policiales entrampadas del enemigo. Los principios
éticos no se negocian ni se tranzan. Cuando nos definimos revolucionarios,
estamos asumiendo una posición de vida que jamás debe traicionar a los aliados.
A aquellos que arriesgan sus pellejos, por unos ideales que van en la dirección
del favorecimiento de las mayorías y en contra de las elites dominantes,
explotadoras, expoliadoras de vidas, bienes, salud y derechos.
El que lucha por el pueblo y por la libertad
en Colombia, en España, en México, en Chile, Palestina, Siria, Brasil. Etc. Es
tan noble, digno y respetable como los que luchamos en Venezuela. La lucha por
la liberación y contra el imperialismo Sion yanqui nos hermana y nos obliga a
la solidaridad efectiva y plena.
Es inconcebible que los servicios policiales sanguinarios de las
burguesías de diferentes países del mundo nos presenten expedientes amañados sobre
compañeros de lucha universales y en base a esos truculentos expedientes los
secuestremos y los entreguemos a las fauces de esos criminales farsantes
mentirosos ¿acaso en Venezuela no conocemos de los amañamientos y fabricación
de expedientes contra revolucionarios, que después de apresados fueron asesinados
en las mazmorras de las policías de la burguesía?
Un gobierno calificado como revolucionarios, que es atacado por el poder
sanguinario imperialista, no puede ceder al chantaje de ese imperio y para
cubrir apariencias entregar a los hermanos de luchas del mundo que comparten
nuestros ideales y nuestras esperanzas de libertad e igualdad. Un gobierno
revolucionario escucha y acata a su pueblo, no lo ignora ni le arrebata su
derecho a proteger a los aliados sin importar de donde sean, donde nacieron y
donde luchan. Solo debemos saber que luchan por sus hermanos del pueblo humilde
y vejado para hacerlos compañeros de ruta y de lucha. Por ende ser solidarios
con ellos.
En Venezuela sabemos de lo duro de la lucha por la liberación, eso
implica que debemos comprender lo duro de las batallas de los demás pueblos del
mundo, contra el enemigo común.
La palabra siempre debe estar acompañada por la acción, de no ser así,
todo se queda el engaño y mentira. Y la revolución bolivariana, chavista y popular,
no es mentirosa, engañadora ni traidora.
La rectificación es de sabios y el acatamiento a la voluntad popular es de
revolucionarios.
(*) Abogado con patria
http://planetaenpeligro.blogspot.com/2013/10/principios-eticas-y-moralidades-dan.html
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