En aquel 11, 12 y 13 de abril del 2002, los nuestros murieron dos veces: por las balas traidoras y luego por la impunidad del indulto.

Javier Monagas Maita
Gabriel García Márquez se adelantó 21 años a los sucesos del 11, 12, 13 de abril del 2002. Esto, en razón que los sucesos del golpe de estado, que estaba anunciado. Más la traición, la ineptitud, la falta de criterio y unos servicios de inteligencias, que carecían de toda materia gris posible, para detectar el movimiento obvio de los enemigos de la patria; cuando hasta por prensa, radio y televisión fue anunciado que la batalla decisiva era en Miraflores. Esos mismos servicios de inteligencia no fueron capaces de detectar la traición desde adentro de sus organismos, hasta de sus propios jefes.
Todos los que miramos las escenas de cómo se desarrollaba una masacre a mansalva por parte de unos franco tiradores traídos de Colombia (ese fue el aporte de Uribe) agentes de la Policía Metropolitana, policía de Chacao, policía de Baruta. Quienes cuidadosamente fueron colocados en lugares estratégicos para asesinar al pueblo, sin importarles su tendencia política. Esos criminales no llegaron allí por iniciativa propia, fueron colocados intencionalmente para producir el daño que efectivamente hicieron. Dada la cantidad de documentos, y las propias auto delaciones de los golpistas más destacados, cuando se ufanaban de sus hazañas por los medios de comunicación, tambien implicados en el golpe: Leopoldo López, Capriles Radonski, Carlos Ortega, Henrique Mendoza, el alto mando Militar, Manuel Rosales, la elite de la Conferencia Episcopal Venezolana, Alfredo Peña, el mando Mayor de la Policía Metropolitana, el comisionado de policía de la Alcaldía Mayor, Julio Borges, el director de la PTJ, el General Salazar, especialmente Guaicaipuro Lameda, los Cisneros, Alberto Ravell, los dueños de Televen (Camero y Carlos Croes) Marcel Granier, Peter Botton, Roberto Alonso (ejecutor armado de muchos ciudadanos) el cura maldito Mikel de Viana - este inmoral merece una nota explicativa aparte, por como se lamia los labios y la lengua, cuando la sangre inocente era derramada en las calles de Venezuela y, luego en Miraflores; el muy maldito, se ufanaba diciendo que todo el mundo sabia que el coño’e madre es adeco. De lo cual no cabe duda que sea – bueno, estas alimañas, estuvieron implicadas todas en el plan del golpe. Por lo tanto son y seguirán siendo culpables de homicidio colectivo en grado autoría intelectual. Son esos individuos pues, culpables de las muertes en las fechas ya señaladas. Es decir de la primera muerte, la segunda muerte de esas mismas victimas, se las propino Hugo Chávez Frías, al concederles un perdón a los genocidas, que resultó más doloroso que la primera muerte. http://www.viejoblues.com/Bitacora/node/4751
La CEV. También es doblemente asesina. Por solicitar luego amparada en el engaño y la farsa religiosa indulto a los asesinos http://www.aporrea.org/actualidad/a11466.html. Desconociendo tanto ellos los curas diabólicos de la CEV, como el presidente, que los crímenes de lesa humanidad no tienen ni perdón ni prescripción.
Lo procedente ahora, como única forma de dignificar a los masacrados es rectificar ese malayo indulto y enjuiciar a todos los asesinos que andan por allí impunes y hasta desempeñando funciones de estado, de ese mismo estado que desconocieron y desconocen aún.
Tal parece que esos muertos no pesan en la conciencia y en el alma de los poderes encargados de hacer justicia. A estas alturas del tiempo, solo los policías ejecutores de las orden de matar esas personas, pero los autores intelectuales andan liebres y hasta cobrando un sueldo del estado. El mismo reportero de CÑM, en esos días Otto Neustald, se auto implicó, cuando reconoció públicamente y por una grabación, que el tenia conocimiento de las muertes que iban a ocurrir, al grabar los mensajes del alto mando militar muchas horas antes de producirse la emboscada criminal.
¡LA IMPUNIDAD NO PUEDE SER ETERNA!
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