Javier Monagas Maita
“Estábamos detrás de él (Pérez Becerra) hace mucho tiempo”, afirmó este fin de semana el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien asegura que el periodista “ha sido el responsable durante muchísimos años de toda esa mala propaganda que le han hecho las FARC a Colombia en Europa” Declaración del narco presidente Santos, ante la captura de Joaquín Pérez Becerra
Cuando la vergüenza y la moral se hayan ausentes, cualquier argumento es valido para pretender justificar lo injustificable. Sepa Ud. señor Santos que la mala reputación y propaganda negativa contra Colombia la hace una oligarquía mezquina y avara. Que conspira contra toda una población, misma, a la que tienen sometida a punta de terrorismo de estado, por unos gobiernos que mienten y engañan cuando hay elecciones, pero después se olvidan de la gente.
Colombia goza de mala imagen mundial, por culpa de un estado que ampara al narco trafico, que protege a los paramilitares; quienes son reconocidos por ser las bandas más sanguinarias que existen a nivel mundial. Lo negativo de Colombia, es la impunidad con la cual se violan los derechos del pueblo; al que persiguen por simple sospecha, al que torturan, le asesinan su familia, lo despojan de sus bienes y propiedades, lo obligan a vivir en la indigencia, un pueblo, que se tiene que ir a otras naciones para poder tener un poco de paz y seguridad. El colombiano, Presidente Santos, no siente seguridad ni con la policía ni con el ejercito de la oligarquía, pues en cualquier momento los secuestran, los uniforman, los asesinan y son presentados después como muertos en combate con el cargo ilegitimo de ser guerrillero o, en su defecto, van a parar a un cementerio clandestino, donde perduran en el olvido hasta que la casualidad los rescata, para luego ser victimas de un circo de declaraciones y calificativos que en vez de reivindicarlos, más bien los veja.
La mala imagen mundial de Colombia, radica en una mentira tan grande como el cielo, desde la cual unas elites se apropian de las riquezas del país, condenando al pueblo a la pobreza, sin derecho a protesta. En Colombia ser imparcial, legal y honesto es un delito, es sinónimo de comunista por lo tanto es candidato seguro a las catacumbas. En Colombia los políticos de derecha que defienden los intereses de los Betancourt, los Belisario, los Michelsen, López, Gaviria, Hoyos, Santos, etc. Andan en connivencia con el narco terrorismo civil y de estado. La mala imagen de Colombia la refleja un presidente que forma parte de los sanguinarios carteles de la droga y, amigo protegido de Pablo Escobar Gaviria el tuti capo di los capo, quien le preparó el camino a la gobernación de Antioquia y a la presidencia de Colombia luego a “Barito”. La reputación de Colombia se daña cuando bajo el gobierno de Uribe, los cargos públicos de senadores, diputados, concejales y hasta de porteros; los desempeñaron en gran proporción los agentes de los carteles de las drogas bajo el amparo del señor presidente.
Se cae la visión de Colombia, cuando un Ministro de defensa, en complicidad con el narco terrorismo Norteamericano, atacan a un país vecino, masacran a mansalva a unos seres humanos, dentro de los cuales había estudiantes casi niños, que de paso, estaban dormidos. Mismos a los que sin misericordia, rematan en el suelo con tiros de gracia. Se pierde la imagen de Colombia, cuando la soberanía es vendida por míseras limosnas a los mayores terroristas y asesinos del mundo: el imperio sionista yanqui. Se hunde Colombia en el descredito, cuando en forma miserable envía a sus soldados a matar a personas en países tan lejanos, que muchos de ellos ni sabían de su existencia, tan solo por obedecer ordenes del imperio. Se deteriora la apariencia de su país, señor Santos, cuando sus propios connacionales son fumigados, envenenados, torturados y expulsados de sus tierras, para luego entregarlas a las transnacionales sionistas sanguinarias. Cualquier ser humano de cualquier parte del mundo, al ver el cuadro dantesco de la vida de la población humilde de Colombia, inmediatamente se hace la imagen que Ud. y los oligarcas suyos reflejan. Afortunadamente el pueblo colombiano aún mantiene dignidad, espíritu de lucha y disposición a conquistar la libertad.
Por ultimo señor santos aclaro. Que la mala imagen no es del pueblo digno colombiano, no, es de ustedes los oligarcas explotadores y saqueadores de las bondades de ese gran pueblo. Tal vez la liberación de la nación neogranadina no sea tan fácil, pero le aseguro señor Santos, que cuando se logre hacer, será definitivamente ¡entonces Uds. no serán más en Colombia!
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