Javier Monagas Maita
Según datos recientes hay más de 7500 presos políticos en Colombia, legalmente reconocidos, no se sabe la cifra de los que no se conocen. Otros datos revelan que existe una cantidad superior a los cinco millones de desplazados, también existe de un desangramiento de los pobres por parte de las bandas armadas del paramilitarismo, que actúan bajo la tutela de ejercito regular y en forma coordinada con los gobiernos al servicio de la oligarquía y el imperio sionista. Las tierras agrícolas, están siendo arrebatadas a la fuerza a los campesinos e indígenas, incluso no solo les arrebatan las tierras si no también la vida y las familias… Sin embargo, solo un leve rumor, una murmuración insignificante, sale de los labios de esas organizaciones ladinas y, cuyos funcionarios solo piensan en el pago que reciben de parte de la nación más terrorista y criminal de la historia humana, me refiero USA. El mismo caso se da respecto a Honduras. Un golpe de estado, que se fortaleció a la sombra del apoyo del imperio, se consolidó sobre la sangre derramada de los obreros, maestros, campesinos y estudiantes. Contrariamente la OEA, con el inmoral Insulza a la Cabeza, maniobró y ganó tiempo para que el trabajo hecho por obra y gracia de la embajada de Estados Unidos; se impusiera a la voluntad de los demás países del continente. Allí está campante Porfirio Lobo, instituido, gracias al terrorismo de los agentes traidores internos del ejército, la policía y, de los sicarios colombianos llevados con la finalidad de ahogar en sangre la protesta y el descontento popular contra la dictadura. Hoy tenemos unas organizaciones inhumanas, refugio de tracaleros mafiosos que por mandato de los derechos humanos, cobran tarifas de impunidad a sus amos; en cambio condenan y acosan a naciones que si defienden y promueven el desarrollo humano y los legítimos derechos de los pueblos a ser respetados.
Es el juego sicológico de torcer la comprensión humana de las cosas con sentido común, para imponer otra, en la cual la falsa verdad se vende como producto de maquillaje. Ya no hay mucho interés en guardar apariencias. La fuerza bruta de las armas y las conciencias compradas hacen el trabajo que es complementado por las matrices de opinión impuestas por el bombardeo masivo a través de los diferentes medios de comunicación al servicio del imperio sionista asesino yanqui.
Mientras tanto, la sangre de los pueblos sigue tiñendo los suelos arrebatados, para dárselos a las grandes transnacionales capitalistas. Las mamparas de organizaciones internacionales de Derechos Humanos, hacen negocios para esconder las culpas de unos países gobernados por sátrapas sanguinarios, pero que paga sus servicios y cobran a la vez para inventarles cargos falsos a otros.
javierdmonagasmaita@yahoo.es www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será
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