miércoles, 20 de abril de 2011

Primero los saquean, los empobrecen y luego los desechan

Javier Monagas Maita
Expulsan a haitianos de EEUU por considerarlos una “amenaza para la seguridad nacional”
Lunes, 18 de Abril de 2011 01:20
La Voz del Sandinismo

“El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, expulsó de ese país a un grupo de 19 haitianos emigrantes por considerarlos una “amenaza para la seguridad nacional”.
************
Es la eterna historia de los imperios y lo pueblos oprimidos. Unas elites se las ingenian para controlar un país, lo fortalecen militar y económicamente, utilizan sus fuerzas vivas como instrumentos para la dominación de otros pueblos, le hacen creer a esas hordas que están defendiendo sus intereses, les inducen a cometer toda clase de crímenes; para ello los drogan, les alimentan el ego, los embrutecen a tal punto, que les anulan la voluntad; convirtiéndolos en marionetas obedientes de consignas. En cambio los invadidos, son saqueados, empobrecidos sus hijos y desechados como bagazo sin valor
Las luchas contra la dominación imperialista, es una constante en la cual el mal, representado por unas minorías, se ha enfrentado al bien, que toma forma en las mayorías oprimidas pero, que carecen de la conciencia suficiente para entender que su victoria será un hecho, solo cuando superen las barreras de las divisiones. Muchas veces esas divisiones son estimuladas e impuestas por las mismas elites dominantes que buscan distraer la atención de sus reos en cosas diferentes a las verdaderas causas de su esclavitud.
Las clases oprimidas tienen dentro de si un enemigo poderoso: el egoísmo y la ignorancia; explotando esas debilidades es que se ha logrado crear ejércitos y policías de dominados que reprimen y matan a los de su misma clase. Para sostener el poder de los dominadores. Son contradicciones que se sostienen por el débil o inexistente nivel de educación y conciencia de los pueblos que siempre se vuelcan contra si mismos. De esas deserciones de clases es que salen personajes como: Posadas Carriles, Orlando Bosch, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Álvaro Uribe, Pinochet, Manuel Rosales, y toda la camada de torturadores, traidores, represores y dictadores conocidos. Esta calaña de personajes son colocados en posiciones claves, después de cumplir los requisitos formales de desclasados y serviles al poder económico para que hagan el trabajo sucio.
Las clases dominante, viven de la miseria y las necesidades de las mayorías. De esas carencias forzadas en la mayoría de los casos, es que se crea el caldo de cultivo para comprar a los que traicionarán a sus iguales. Solo con la elevación de los niveles de conciencia se puede combatir ese mal antiquísimo. Es una tarea difícil y muy dura. Pero es la única vía. Un pueblo puede en un momento dado tener el poder de manera circunstancial y precaria, debido a factores fortuitos que hacen que sumen sus fuerzas para un fin inmediato, como una forma de sobrevivir instintivamente ante las agresiones de los poderosos. Pero si no tiene la comprensión de su condición de clase, si no está capacitado para entender el origen fundamental de su conflicto y pobreza; no atacará la raíz de su problema y terminará nuevamente siendo sometido y encerrado en un claustro reformista que derivará en lo mismo, con la desventaja de tener la confianza golpeada, la fe asesinada y un enemigo de clases fortalecido.
Los poderes dominantes son demoniacos, ellos no perdonan jamás las rebeliones y menos aquellas que les infringen daño físico y sicológico. Esa es la desgracia de Haití. La querida nación caribeña está pagando un precio muy caro por Atreverse a ser la primera república negra del Abyayala. El imperio unificado y su eje de poder fundamental hoy: el sionismo Judío, sostienen la sentencia del imperio francés contra el pueblo haitiano. Mientras el mundo esté bajo el régimen político, económico y militar actual, Haití será un gran gueto empobrecido. Conspiran contra él, su pasado glorioso y el color de piel de sus hijos.
Las guerras, las desigualdades, las opresiones y las dictaduras impuestas, son producto de una guerra permanente que asume posiciones clasistas y religiosas. Ambas estrechamente ligadas a una necesaria sumisión de razas, creencias y acumulación de riquezas por parte de una minoría sanguinaria y avara, contra una mayoría descarrilada, desorganizada, sometida y dividida. Esto es lo que se pretende ejemplarizar como bíblico en ese fantasioso pasaje de David Y Goliat. Esa es la razón de representar a esa entelequia inexistente llamada Jesús Cristo, de color de piel blanca, pelo rubio, ojos azules, de estatura alta y atlética a quien un montón de negritos, deformes, feos, mugrosos, desdentados, pobres, patas en el suelo, enfermos, siguen por todos lados con sus penurias y clamando sanación. Una sanación que nunca llega, pero que es utilizada como chantaje para someter a los pueblos a los pies de unos avaros, materialista, explotadores, sádicos, violadores de niños, cometedores de todo tipo de injusticia y que despojan a esas masas incautas, de lo poco que consiguen con un diezmo vulgar y grosero. Para éllos disfrutar de buenos vinos, francachelas, vicios ocultos de toda índole. No creo hagan falta ejemplos, pues hay demasiados.
En la medida que los recursos naturales mermen, en esa misma medida la miseria, el hambre y el sometimiento de los pueblos serán más contundentes. Las guerras serán sanguinarias, vean que ya no se distingue entre civiles y militares como objetivos de guerra, la meta es matar el mayor número posible de personas en cada ataque, las torturas y violaciones son brutales, no olviden las imágenes de Abu Ghraib, de Guantánamo, las condiciones en que está el soldado Manning, acusado de dar documentos para wikileaks. No hay dudas, menor disposición de recursos naturales, sobre todo energéticos y acuíferos, mayor agresividad habrá por parte del imperio superior y sus satélites secundarios,
No es mucho el tiempo del que disponemos para volver la tortilla y acabar con este peligro. Evadir la responsabilidad implica cargar sobre los hombros de quienes tenemos la claridad del panorama, ser culpables. No es el momento de pujar por cargos burócratas, por posiciones económicas o por privilegios políticos para poder hacer el trabajo. Desviarse hacia esa ruta implica cohonestar las barbaridades habidas y por haber. Solos no vamos a hacer nada, necesitamos a la mayoría de la población de su posible destino si no actúa con conciencia y responsabilidad ya. Es necesario fortalecer los factores de unidad y desechar o pulir los que nos separan, que al final son pocos comparativamente.
A veces suena trillado y cansón decir estas cosas una y otra y otra vez, pero la situación de peligro que existe en el planeta es muy grande y las posibilidades de resolverla son muy limitados en el tiempo.
Javiermonagasmaita@yahoo.es www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será

No hay comentarios:

Publicar un comentario