Javier Monagas Maita
¿Quien no se ha topado en alguna calle de este mundo con un joven semi mutilado (aparentemente de forma voluntaria) o con una cantidad de objetos incrustados en su piel, semejando una quincalla? Es común mirar este espectáculo cuasi denigrante, sobre todo en las grandes ciudades del mundo ¿Saben Uds. que no es un asunto casual? He tenido la oportunidad de conversar con algunos de ellos y sus respuestas confirman lo que considero el origen fundamental de esa conducta.
Algunos en sus respuestas dicen abiertamente rechazar a una sociedad controladora, que vive de la apariencia y la crítica a los demás, una sociedad que frustra e impone valores y conductas cargadas de odio y rencor, que ama la discriminación y desprecia a quienes son de color de piel y costumbres diferentes. Una sociedad basada en la acumulación de cosas que llama riquezas, que atacan hasta a los arboles que nos dan vida, etc. Pero profundizando más en las respuestas del ¿por que, el como, el cuando, de que manera, por quien, contra quien? y otras pertinentes; descubro que lo que hay en sus mentes es una gran alienación, una inversión de valores y unas ganas enormes de ser el centro del escenario donde están. Para ello hacen cosas como ensancharse las orejas y se incrustan en ellas latas de refresco que representan el símbolo de dominación y poder capitalista (coca cola), se mutilan la lengua y se hacen disecciones, etc. Son una manifestación de los anti valores inducidos por los medios de comunicación audio visuales y escritos. Aquí está implícita la presencia de las drogas disociadoras, que son convertidas en mercancías por el gran capital en su afán de obtener riquezas, sin importar lo que se sacrifique para ello. Es ese gran capital, el mismo que destruye millones de vidas con las armas de última tecnología fabricadas por ellos, que convierten la muerte en negocio, y como justificación a los saqueos a los cuales someten a los países empobrecidos del orbe bajo su dominación colonial.
El ser humano en su naturaleza es pacifico y tolerante, pero una casta de egoístas avaros que han convertido lo material en su religión y dios, se han apoderado de los llamados medios de comunicación masivos y han distorsionado mediante la propaganda continua y sicológicamente bien dirigida, el noble sentimiento humano de solidaridad y paz, hacia la guerra y el desprecio de la especie por si misma.
Esas figuras que deambulan por las calles de cualquier ciudad, con su carga de frustración, inducción auto destructiva y apariencia extraña, son victimas de un sistema político, económico y social, que centra su interés en las apariencias y las vanidades frívolas. Una sociedad controlada por mentes tan degeneradas, que consideran su máxima realización al montar un vehículo del tamaño de media cuadra, con estacionamiento exclusivo, con chofer, con cagadero bañado en oro, vestimenta a base de pieles arrebatadas a los animales silvestres; que considera deporte, matar por matar animales en las pocas selvas que dejan sus apetencias.
Así como destruye el sentimiento humanitario de las personas, esa calamidad llamada capitalismo, está destruyendo todo lo que significa medio de generación y sustento de vida en el planeta. Lo preocupante de todo este drama, es que hay una gran masa de personas que ven y sienten las consecuencias de esa locura, y no se sienten afectados ni aludidos; asumen actitudes apáticas ante un peligro inminente que ya nos tiene cerca del precipicio.
Se hace necesaria una gran cruzada mundial de quienes entienden esta realidad, para sacudir esas mentes adormecidas, que como sonámbulas, se convierten en cómplices de su propia destrucción, al no reaccionar contra esta malvada dominación Sicológica y materialista.
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
http://planetaenpeligro.blogspot.com/ lo que será
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