Javier Monagas Maita
Yo no se si cada uno de Uds. en sus respectivas regiones se han dado una vuelta por las casas del Partido PSUV. Si lo han hecho quizás coincidirán conmigo, que esos centros están solos, solo son visitados cuando algún interés de índole personal, para una recomendación o para tratar de hallar una plaza de trabajo en algún organismo oficial. Por lo demás la soledad es la eterna habitante de lo que debería ser un centro efervescente de actividad política y discusión ideológica.
La casa matriz del PSUV, debería, ser una escuela de desarrollo ideológico, de discusión política, económico, y social dada la variedad de concepciones que en su seno se encuentran, incluso existen corrientes que reniegan del socialismo mismo, pese a ser ésta, la bandera del gobierno nacional y centro del discurso del líder del proceso. En mi estado Yaracuy, existe una vocería impuesta al margen de la militancia de “ideología y política”, la cual es solo de adorno y para presumir una posición que no se ejerce. No existe en la sede principal del PSUV, un Video Bean, donde se puedan proyectar materiales didácticos necesarios para la labor concientizadora o educativa, no existe un programa que motive a la militancia a estar presente en esa casa, de acuerdo a sus posibilidades y con fines educativos. En la casa del partido la militancia solo conoce de las nuevas leyes sociales revolucionarias el nombre, pues no existe una organización que se encargue de difundir el contenido de dichas leyes y su mecanismo legal de aplicación en la practica social por parte de la militancia y que conduzca a su empoderamiento practico.
Lo planteado por el presidente de renovar esa organización, no es una necesidad y reclamo nuevo, la militancia de base del partido lo viene exigiendo desde hace tiempo. Incluso muchos, ante la imposibilidad de traspasar a las mafias cogollericas que han secuestrado al partido, y que lo mantiene como un centro de clientelismo particular de cada uno de los toletes en que lo han dividido. Se han relegado a ser observadores inactivos de la actividad política, al sentirse utilizados descaradamente.
La inoperancia en que han sumido al PSUV, es incapaz de enfrentar las políticas privatizadoras del gobierno regional, cuando éste, ha entregado a la empresa privada el manejo, extracción y comercialización de los minerales no metálicos, y ha marginado a las comunidades y militancia organizadas. El colmo es que ahora el pueblo tiene que pagar un tributo en estampillas a cualquier ente público al que le solicite una dirigencia necesaria para una mejor forma de vida o desempeño social. Por ejemplo, hay que pagar dos mil Bs en impuestos regionales, tan solo para solicitar al MIN AMBIENTE, una inspección de una quebrada o rio que se desborda y daña sembradíos o casas. A esta aberración irracional, el PSUV no reacciona, se queda estático y mudo. El gobierno de julio León Heredia, gobierna con las fichas de Eduardo Lapi García, generando un malestar y desconfianza en la militancia ¿Y el PSUV? Bien gracias. Con esta conducta, todos los espacios políticos ganados por apoyar al presidente (no a la seudo dirigencia regional) se perderán irremediablemente.
Dada las circunstancias, las condiciones internas y externas del país, no se puede tener una organización política divorciada de la militancia, de la realidad, mucho menos alejada de las predicas y actitudes del líder del proceso. Mientras el presidente evoluciona y avanza, el PSUV, involuciona. Esas actitudes elitistas y ostentosas de los liderazgos en general, se desdicen con la condición humilde y moderada del socialismo. Son contradicciones que hacen mella en el pueblo, en la base. O cambiamos o nos cambian. El tiempo se agota y la paciencia también, no solo el presidente hace revolución, sin él hoy es imposible hacerla, pero sin esa dirigencia disociada si es posible.
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