viernes, 14 de enero de 2011

(Lloverán piedras sobre mi techo) El mundo intoxicado: la droga religiosa es una calamidad

Por Javier Monagas Maita
El respeto al albedrío ajeno, no implica esconder la verdad, tampoco expresar la opinión legítima de quien no reconoce legitimidad, ni certeza a una forma de dominación que ha castigado a la humanidad por siglos y siglos. No se sabe en realidad cuando y quien inició esa inmoral leyenda de la religión, que se ha prolongado en el tiempo y perfeccionado en su aplicación por unos bandoleros estafadores, que la hacen negocio y se propugnan como los adalides del poder mundial, detrás del cual suman a sus arcas ingentes cantidades de dineros, riquezas y bienes materiales, pero dejando a la vez rumas de miseria, pobreza, enfermedades y muertes. Si se sabe que fue por la ignorancia de cómo se producen los fenómenos naturales en su momento, que nació esta fabula convertida en instrumento de dominación (religión, dios y diablo)
Todo ser vivo tiene dentro de si una fuerza natural que le impulsa a hacer acciones aparentemente más allá de sus fuerzas y capacidades. Esa fuerza necesita una estimulación extra para ponerse en marcha. Alguien la denominó fe; una motivación que potencia las capacidades de los seres. En los seres humanos, esa fe es un motor que ha impulsados hazañas increíbles de realizar en condiciones normales.
El hecho que una persona ante una dolencia (por ejemplo) se postre ante un muñeco de palo, yeso, o piedra, llamado virgen, santo o ángel y, con el sufrimiento y las ansias de sanación, traslade a esa estatua inmóvil sin voluntad, los poderes que él mismo posee internamente para su curación y mediante esa excitación externa se le activen los mecanismos de su propia voluntad para realizar el hecho. Ente la imposibilidad de explicar y describir ese fenómeno, entonces lo atribuyen a un milagro. No se si recuerdan historias contadas desde siempre de personas que ante la amenaza de si mismo o, de sus seres queridos, desarrollan una fuerza capaz de desplazar objetos sumamente pesados, y que por la motivación del amor, impulsa los resortes de reacción ante la amenaza volcando sobre ella todo el potencial contenido.
Viendo estos días, como una muñeca de yeso y palo, moviliza tanto dinero, logística, e intereses encontrados con la lógica. Si esos muñecos tuvieran de verdad poderes, no generarían a su rededor tanta desgracia, tanta avaricia, no toleraría tantos inmundos sentimientos egoístas de mercantilistas que la usan para fines económicos, políticos y de dominación de clase. Vean que el mayor beneficiario de esta farsa, la iglesia católica y el sionismo, son los que acaparan las multimillonarias ganancias, pero a la vez, son los que nada aportan a las necesidades colectivas de la humanidad.
Por ejemplo, la Conferencia Episcopal Venezolana; enemiga declarada de los pobres y sus intereses, todos los años utiliza esa plataforma de engaño “la divina pastora llamada” para promover intereses diferentes a los del pueblo, para hacer con la fe popular proselitismo político, a favor de las fuerzas asesinas, que mantienen al mundo en guerra y que hacen de la muerte un negocio. Vean a los arzobispos de ese partido llamado C.E.V, como mienten, engañan y se burlan de las buenas intenciones del pueblo creyente de esa farsa. Miren su modus vivendi, como se contradice con las predicas de su propio dogma, hasta en eso son colosales mentirosos, en autos de lujo, transitan con vidrios cerrados, bien lejos de las zonas pobres, a las que dicen se deben. Noten como negocian con los ricos, como reciben prebendas y perdonan pecados de muerte, previo pago del favor.
La fe si existe, pero está bien lejos de ser por causa de una divinidad invisible, contradictoria de la propia predica que dice ser su motivación. Por que si no, como se entiende que sacerdotes, obispos, pastores, Rabinos, santifiquen las muertes que sus protegidos religiosos ocasionan a pueblos pobres, para saquearles sus riquezas y territorios. Recuerden las cruzadas, y la invasión de América por fuerzas expedicionarias europeas que diezmaron a los habitantes del continente Abyayala. Que se bañaban en los deseos de los sacerdotes que los guiaban a producir el genocidio. ¿Cómo se entiende el genocidio que el llamado pueblo de dios, comete contra niños, mujeres y hombres para arrebatarles sus territorios en palestina? ¿Quién explica las masacres en Irak, Afganistán y Pakistán, para imponer la droga como vehículo de vicio y símbolo de libertad occidental, imponer una religión y unas costumbres ajenas a esas culturas? Incluso si leen su propio libro de inspiración, descubrirán que las prácticas religiosas son contrarias a las normas señaladas: roban, matan, mienten, adoran las riquezas materiales, desprecian a los pobres, viven guiados por la gula y la avaricia, cometen delitos de pedofilia, y los defienden a ultranza, convierten los templos en centros de corrupción y promoción del vicio y la guerra, hacen del odio una predica permanente y manipulan a sus feligreses para usarlos como títeres, irrespetando de esa manera a su propio dios inventado. En su biblia dice que no adorareis falsos ídolos: ¿las imágenes no se adoran, la iglesia no adora a las imágenes? la iglesia condena la idolatría como un pecado repugnante a dios ¿entonces?
El verdadero dios de esas alimañas, es el dios dinero, el dios saqueo, y el dios opulencia. Sus santos y ángeles son el vicio, la corrupción, la complicidad y la muerte como negocio. A las pruebas cotidianas me remito, a las palabras y acciones de Sabino Urosa, Baltasar Porras, de Roberto Luckert, Ubaldo Quintana, etc. Son inmorales con sotana, adoradores de ocio, crímenes y desmanes contra el pueblo. Especialmente MICKEL DE VIANA, “el adeco”
Nota: no me interesas hablar de teología o dogmas madiatizadoras. Solo de realidades tangibles. El espacio me lo exige.
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
http://planetaenpeligro.blogspot.com/ lo que será

No hay comentarios:

Publicar un comentario